Clarín

Príncipe Salman: “El líder supremo de Irán es el nuevo Hitler de Oriente Medio”

El poderoso hijo del rey saudita cargó contra Teherán, dijo que se formará una coalición para detener a la potencia persa. Y denunció el control por Hezbollah del gobierno de Líbano.

- Riad. Especial para Clarín The New York Times

A diferencia de otras Primaveras Árabes –todas las cuales avanzaron de abajo hacia arriba y fracasaron, salvo en Túnez-, esta está siendo conducida de arriba hacia abajo por el príncipe heredero del país de 32 años, Mohammed bin Salman. Este dirigente tiene en conjunto la responsabi­lidad del manejo de la economía del reino y la dirección del ministerio de Defensa y la conducción de la guerra que libra actualment­e Riad en Yemen contra los rebeldes proiraniés de ese país.

De tener éxito, no sólo cambiará el carácter de Arabia Saudita sino también el tono y el tenor del islam en todo el globo. El príncipe heredero, conocido como “MBS”, acaba de ordenar el arresto de decenas de príncipes y hombres de negocios sauditas bajo cargos de corrupción y los encerró en una cárcel de oro improvisad­a –el Ritz-Carlton de Riad- hasta que aceptaron entregar sus ganancias mal habidas. En esta entrevista remarca la disputa de su país con Irán y elogia a Donald Trump como el dirigente del tiempo correcto.

El reportaje se hizo en el ornamentad­o palacio de paredes de adobe de su familia en Ouja, al norte de Riad. MBS de 32 años habló en inglés, mientras que su hermano, el príncipe Khalid, nuevo embajador saudita ante Estados Unidos, y varios altos ministros compartían distintos platos de cordero y animaban la conversaci­ón.

En la entrevista, el príncipe heredero prefiere no discutir el extraño episodio en torno del primer ministro libanés Saad Hariri que dimitió a su cargo en un anuncio realizado en Riad, aparenteme­nte bajo presión saudita. Ahora ha regresado a Beirut y retiró su dimisión. MBS remarca al respecto que el tema central en sobre a ese asunto es que Haririr, un sunnita, no continuará proveyendo cobertura política a un gobierno libanés que está esencialme­nte controlado por la milicia Hezbollah que está esencialme­nte controlada por Teherán.

Asimismo, insiste que la guerra que su país respalda en Yemen, que se ha convertido en una pesadilla humanitari­a, se va inclinando en la dirección del gobierno pro saudita local que controla 85% del país. Añade que, atento a que los rebeldes Houthiese retienen el resto - y lanzaron un misil al aeropuerto de Riad-, cualquier cosa menor a 100 por ciento es problemáti­ca.

Su visión general es que, con el apoyo del gobierno ce Donald Trump (“una persona correcta en el tiempo correcto”, lo elogia) los sauditax y sus aliados árabes construirá­n una coalición para hacerle frente a Irán. El excesivo crecimient­o de la influencia persa es una de las razona por la cuales MBS carga contra el líder supremo de la potencia iraní, el ayatollah Ali Khamenei.

“El líder supremo es el nuevo Hitler de Oriente Medio”, sostiene. “Hemos aprendido de Europa que el apaciguami­ento no funciona. No queremos un nuevo Hitler en Irán que repita en Oriente Medio lo que ha sucedido en Europa”.

-- ¿Qué está pasando en el Ritz? ¿Es para eliminar a sus rivales familiares y del sector privado antes de que su padre enfermo, el rey Salman, le entregue las llaves del reino?

-- Es absurdo sugerir que esta campaña anticorrup­ción es una toma de poder.

El príncipe señaló que miembros destacados del “grupo del Ritz” ya habían manifestad­o públicamen­te su lealtad a él y sus reformas y que “la mayoría de la familia real” lo apoya.

“Nuestro país ha padecido mucho a causa de la corrupción desde la década de 1980 hasta hoy. El cálculo de nuestros expertos es que aproximada­mente el 10% anual de todo el gasto público quedó en manos de la corrupción, desde los niveles más altos hasta abajo. En los últimos años el gobierno lanzó más de una guerra contra la corrupción y todas fracasaron. ¿Por qué? Porque todas empezaron de abajo hacia arriba”, dijo

Por eso, cuando su padre ascendió al trono en 2015 (en un momento de caída de los precios del petróleo), prometió poner fin a todo esto.

“Mi padre vio que no había manera de que pudiéramos permanecer en el G-20 y crecer con este nivel de corrupción. A comienzos de 2015, una de las primeras órdenes que dio a su equipo fue reunir toda la informació­n sobre la corrupción… en los niveles más altos. Este equipo trabajó dos años hasta que reunió la informació­n más precisa y después presentó unos 200 nombres”.

Cuando toda la informació­n estuvo lista, el fiscal público, Saud alMojib, inició acciones, dijo MBS, explicando que cada multimillo­nario o príncipe sospechoso fue detenido y se le ofrecieron dos opciones: “Les mostramos los archivos que tenemos. Tan pronto como los veían, 95 por ciento aceptó llegar a un acuerdo”, lo que significa transferir el efectivo o las acciones de sus empresas al tesoro del Estado saudita.

“Alrededor de 1 por ciento”, agregó, “pudo demostrar que está limpio y su causa se desestimó en ese mismo momento. Cuatro por ciento di- ce no ser corrupto y con sus abogados quiere ir a juicio. No interferim­os. Tenemos expertos que se aseguran de que ninguna empresa vaya a la quiebra durante el proceso”. -¿Cuánto dinero van a recuperar”? -El fiscal público dice que podría llegarse a unos 100.000 millones de dólares en acuerdos.

No hay forma, añadió, de erradicar toda la corrupción de arriba abajo, “así que hay que enviar una señal, y la señal que ahora se da es: ‘No van a escapar’. Y ya estamos viendo el impacto”,.

Esta ofensiva anticorrup­ción es la segunda iniciativa lanzada por MBS. La otra es devolver el islam saudita a su orientació­n más abierta y moderna de la cual se alejó en 1979. El regreso a lo que MBS definió en una conferenci­a mundial de inversione­s como un “islam moderado y equilibrad­o que esté abierto al mundo y a todas las religiones y todas las tradicione­s y pueblos”.

Así se ha puesto freno a la autoridad de la antes temida policía religiosa saudita que reprendía a una mujer por no cubrir cada centímetro de su piel. También se ha permitido que las mujeres conduzcan autos.

De hecho MBS aclara al periodista: “No escriba que estamos ‘reinterpre­tando’ el islam. Estamos ‘devolviend­o’ el islam a sus orígenes… nuestras principale­s herramient­as son las prácticas del Profeta y [la vida cotidiana] en Arabia Saudita antes de 1979”. En la época del Profeta Mahoma, argumentó, había salas de música, los hombres y las muje-

El príncipe no ahorra elogios a Donald Trump sobre quien dice que es “una persona correcta en el momento correcto”

res se mezclaban, había respeto por los cristianos y los judíos en Arabia. “¡El primer juez comercial de Medina fue una mujer!”

Si este virus de un islam anti-pluralista y misógino que salió de Arabia Saudita en 1979 puede ser revertido, impulsaría moderación en todo el mundo musulmán y segurament­e sería bien recibido aquí, donde el 65 por ciento de la población tiene menos de 30 años.

Arabia Saudita tendría que recorrer un largo camino antes de acercarse a algo parecido a los estándares occidental­es de libertad de expresión y derechos de la mujer. Pero ahora se puede escuchar música clásica occidental en Riad; el cantante country Toby Keith dio un concierto exclusivam­ente para hombres aquí en septiembre, donde incluso cantó con un saudita, y la soprano libanesa Hiba Tawaji será una de las primeras cantantes en actuar en un concierto exclusivo para mujeres el 6 de diciembre.

MBS dijo que acababa de decidir que las mujeres podrán asistir a los estadios y los partidos de fútbol.

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AFP A cargo. El principa Mohammed bin Salmen conocido como MBS.
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