Clarín

Esa máscara de hierro

- Impresione­s Waldemar Iglesias wiglesias@clarin.com

A Ricardo Gareca le cuesta llorar por cuestiones vinculadas al fútbol. En público es -como Rafael Bielsa decía de su hermano Marcelo- el Técnico de la Máscara de Hierro. Anda por la avenida Emilio Castro, en la frontera entre Liniers y Mataderos, como si nada hubiera pasado. La gente lo reconoce, lo saluda al paso. El tipo sonríe con naturalida­d de vecino que entiende esa celebració­n cotidiana. Pero la impresión es más fuerte: el entrenador todavía no estableció contacto con el logro imperecede­ro que desde Perú lo abraza. “Es fútbol; siempre hay que demostrar”, dice en el diálogo con este diario. Pero no. Esto es otra cosa.

-Mirá que allá dicen que sos Messi con pelo largo...

El Tigre, que está flaco como en sus días de delantero capaz de llevar con su oportunism­o a la Argentina a México 1986, responde con una sonrisa ancha, que no le cabe en la cara: -Exageran.

No es falsa humildad. Gareca espera más en el recorrido. Está contento con la posibilida­d de ir al sorteo en el Kremlin, en Moscú, el primer día de diciembre. Para esa ocasión tiene cábalas que prefiere callar.

“Es para que le pongan su nombre a la Javier Prado, algo así como nuestra General Paz”, cuentan desde Lima. -Exageran.

Repite Gareca.

Detrás de la máscara de hierro, el hombre sonríe. Feliz.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina