Clarín

Tras décadas de olvido, las fachadas de La Boca recuperan sus colores originales

Las obras de restauraci­ón abarcaron Caminito y la Vuelta de Rocha. Hicieron cateos e investigar­on para devolverle­s a los edificios el aspecto que tenían cuando los construyer­on.

- Especial para Clarín Myriam Selhi

Caminito volvió a su esplendor original. Casi original. Exceptuand­o algunas modificaci­ones folclórica­s o decisiones de orden arquitectó­nico, se le restituyó a la más famosa obra de Benito Quinquela Martín su aspecto de 1959.

Al término de siete meses de trabajo intenso, se removieron los últimos andamios del museo al aire libre ideado por el pintor de La Boca en Caminito, una pequeña calle que sigue la traza de una antigua vía férrea ya desa- parecida.

Entre otras tareas, se arreglaron intervenci­ones impropias dejadas a lo largo de las décadas, se retiraron aires acondicion­ados, se refacciona­ron las fachadas. Y finalmente volvieron a pintar los muros en base a cateos científico­s realizados en 2007 y con- firmados por los archivos del Museo Quinquela Martín. La refacción alcanzó los edificios ubicados sobre la sinuosa línea entre el museo homónimo del artista, sobre Pedro de Mendoza, y el final de Caminito. También se hicieron mejoras sobre Del Valle Iberlucea, Almirante Brown y Juan de Dios Filiberto.

“Yo hago videos de mis bailes, así que el aspecto visual me importa”, observa Rodrigo Barraza. Detrás del mostrador del bar La Ribera del Tango, a pasos de Caminito, el joven tanguero confía que los fines de semana deja la cocina y baila en la vereda del restaurant­e. “Pero no entiendo los colores que pusieron en la fachada. Antes teníamos colores fuertes y ahora un rosadito apagado”, cuestiona.

Juan Vacas, director general de Regeneraci­ón Urbana del Ministerio de Ambiente y Espacio Público, orquestó las distintas obras. “La idea detrás de las refaccione­s no fue dejar a nuevo, sino recuperar lo original”, detalla mientras indica la recienteme­nte revelada fachada de piedra París del bar notable La Perla, frente a la entrada de Caminito. Hacía años que se lo reconocía como el café rojo enfrente del famoso paseo, pero se volvió al color de la época de su construcci­ón de 1882.

“Buenos Aires siempre fue una ciudad de piedra París y los albañiles que construyer­on estos edificios eran excelentes estuqueros. Ante la falta de piedra, típico material de las cons- trucciones que solían hacer en el viejo continente, crearon un revoque de símil piedra que hoy es considerad­o caracterís­tico de la arquitectu­ra porteña”, detalla Vacas.

A lo largo de los años y debajo de las sucesivas capas de pintura, el símil piedra de La Perla se fue deterioran­do. “Decidimos sacar el rojo y volver al aspecto original del edificio. Tuvimos que recomponer las paredes que estaban en muy mal estado. Estaban rajadas por el paso de colecti-

Los trabajos costaron $ 9,6 millones e incluyeron mejoras en veredas y luminarias.

vos y camiones y el revoque original estaba irrecupera­ble”, se explaya el director de obras.

Cuando no se encontró evidencia documental de los colores de los edificios en los tiempos de la inauguraci­ón de Caminito, les devolviero­n sus caracterís­ticas de fabricació­n. “Ahora La Perla está en perfectas condicione­s para ser pintada si se llega a ehallar alguna prueba de sus colores en aquella precisa época”, agrega Vacas.

El equipo de restauraci­ón procedió a las meticulosa­s tareas de remover capas de pintura de esculturas en sobrerreli­eve, rescatar frágiles ornamentos y moldear y reponer algunas

ménsulas. Todo en busca de la morfología original de los inmuebles y eliminando las intervenci­ones impropias. Arreglaron las herrerías de los balcones y quitaron parches que no respetaban los materiales de confección de antaño. “Mandamos a realizar análisis químicos sobre las paredes para determinar los componente­s que se usaron en la piedra París de La Boca, que es de una calidad distinta a la de Avenida de Mayo, por ejemplo”, asegura la gerente de proyectos, Flavia Rinaldi.

Además, se agregaron elementos de iluminació­n para poner en valor los edificios y se añadieron arbolado y luminarias en el barrio. Rampas de acceso ahora facilitan el ingreso a las altas veredas que fueron ensanchada­s entre la Bombonera y Caminito, para conectar dos focos turísticos. “Ampliamos las veredas y mejoramos la iluminació­n en las cuatro cuadras de Iberlucea entre el estadio y Caminito para que sea más ameno y seguro para los vecinos y los turistas. Creo que funcionó: ayer en ese lugar un hombre me preguntó en inglés dónde había un cajero”, afirma Vacas.

La refacción de la zona de la desembocad­ura del Riachuelo conocida como Vuelta de Rocha abarca varios edificios sobre la Ribera, Caminito y calles aledañas. Costó 9,6 millones de pesos y está enmarcada dentro de los proyectos Espacio Urbano La Boca y del Programa de Recuperaci­ón de Fachadas. ■

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MARTÍN BONETTO Recuperaci­ón. Para lograr la tonalidad primitiva se hicieron pruebas técnicas y cateos en las fachadas de Caminito y de edificios patrimonia­les de toda la zona.
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RUBÉN DIGILIO En obra. La misma esquina de Magallanes y Caminito, en la actualidad.
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La imagen de 1958. Esta foto de National Geograhic fue la referencia para la restauraci­ón.

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