“No hay que perder las esperanzas”, pidió la madre de uno de los tripulantes
La madre de uno de los tripulantes del submarino pidió ayer “no perder las esperanzas” de rescatarlos con vida, aunque dijo que “todavía no tienen ninguna noticia”.
Raquel Colombani es la mamá de Fernando Mendoza, de Concordia, que hoy cumple 38 años, por lo que “sus familiares y amigos haremos el rezo del Rosario especialmente para él y para todos los tripulantes”, contó. Colombani agradeció “a todos los que están con los 44 tripulantes”.
En declaraciones radiales dijo que a la fecha y tras la ausencia de noticias sobre el paradero del submari- no, “no se sabe si creer o descreer lo que nos dicen, estamos en una nebulosa porque hay muchas informaciones cruzadas, muchos audios, imágenes, mensajes”, pero recalcó que “tenemos esperanzas. No hay que perder las esperanzas aunque es muy difícil”.
La madre de Mendoza comparó la situación de los submarinistas argentinos con la que atravesaron los mineros chilenos en 2010: “Dicen que tanto tiempo estuvieron los mineros, que hubo gente que estuvo más de 20 días abajo del mar también, pero no podemos llevarnos tampoco por todo lo que se dice porque nos volveríamos locos”, agregó. Destacó que “desde la Armada hay mucha contención, mucho psicólogo, el capellán de la base estuvo hablando con todos los familiares, nos contienen mucho”, dijo la mujer a Radio de la Plaza.
Otra muestra de fe y esperanza la dieron dos hermanas del suboficial Celso Oscar Vallejos, que iniciaron un ayuno para pedir por el pronto rescate de la tripulación. A Marta (37), que había anunciado el domingo que lo iba a hacer, ayer se sumó Malvinas (25), la menor de los tres hermanos. “Nosotras somos creyentes, encaramos esto como muestra de fe y lo vamos a sostener hasta que estén todos de regreso”, explicó la joven a la agencia Telam. Como cada jornada, la chica se paró en silencio por unos minutos ante el cartel con fotos de su hermano que colgaron el último domingo en el frente de la Base, observó emocionada las imágenes de Celso con ellas, con sus padres, con su esposa Paola, y con sus hijos Sofìa, Guadalupe y Thiago. “Voy a seguir viniendo cada día a esperar el parte y las novedades, pero en cuanto los encuentren creo que me voy para Comodoro o donde sea. No me importa el submarino, pero los quiero a ellos acá”, dijo. ■