Regreso con gloria de esas sutiles geometrías
La muestra de Eduardo Mac Entyre, un histórico de la abstracción, revaloriza su centralidad.
Rara vez puede verse una exposición tan exhaustiva de la obra de Eduardo Mac Entyre (1929-2014) como la impresionante “Sutilezas de la línea”, que actualmente se muestra en los cuatro pisos del MACBA de Buenos Aires. Y la exhibición es un acierto: genera la posibilidad de acercarse al trabajo de un artista histórico y original, interesado en el estudio de la obra de Josef Albers, la sección áurea, del arte concreto, la Bauhaus y la obra de Max Bill, por ejemplo. Un artista que incursionó también en el diseño gráfico, los proyectos murales y las intervenciones sobre los objetos cotidianos siempre de una forma rica, escrupulosa, siendo preciso con las formas y exigente con los tonos y los matices del color. Aún poco investigado en profundidad, Mac Entyre no es, quizás, todavía, generalmente valorado en todos sus aspectos.
Con pasado de dibujante industrial, curioso, visitante asiduo de los talleres de Víctor Magariños, Germaine Deberbecq y Pablo Curatella Manes (en pleno furor de los movimientos artísticos locales de los 40), Mac Entyre fue considerado un “artista generativo” -término sugerido a fines de los años 50 por el coleccionista Ignacio Pirovano, para poder describir a “la explosión generativa” (1959-1968), un movimiento y tipo de arte que se proponía “engendrar” la forma mediante posibles desplazamientos de las líneas a partir de la generación de un punto-. Pero también fue considerado un creador óptico - debido a la valoración y procuración del dinamismo en sus trabajos, característica que también fue una de las propuestas centrales del Grupo de Artistas Generativos (fundado en 1959 por el mismo Mac Entyre y Miguel Angel Vidal, promovido por Rafael Squirru e Ignacio Pirovano). La muestra actual del MACBA propone recorrer toda su trayectoria siguiendo el despliegue y desarrollo de uno de los elementos plásticos más estudiados por el artista: la línea. Especialmente las líneas curva y circular.
Fue el estudio de la obra de Albers el estímulo que lo llevó a valorar la línea como un elemento maleable, infinito, abstracto, permeable de experimentación dentro del campo y propuestas plásticas. “El estudio de la obra de Albers llevó a Mac Entyre a valorar la línea para sugerir movimiento a partir de la superposición, para trabajar la acentuación o el afinamiento para afirmar los volúmenes en el espacio”, comenta la curadora de la muestra, la historiadora del arte Cristina Rossi.
En todo este recorrido que puede observarse en la exposición, son cuatro los núcleos que, bajo la curaduría de Rossi, desdoblan los momentos, y períodos del artista. Algunos de ellos son inesperados: como la exposición de ciertos elementos vinculados a las culturas africanas que, sostiene la curadora, representan una coda al final de la exposición, reflejando lavolun- tad de cambio en el artista. Estos objetos africanos montados sobre los muros dibujan, con sus cuernos y líneas, caminos curvos: sus sombras se ven proyectadas en la pared y fueron estudiadas en los trabajos de Mac Entyre ubicados a los costados. Las obras fueron realizadas por el artista a fines de los años 90, cuando Marta Campomar –dueña de una colección de arte africano- lo invitó a conocer a Mac Entyre los trabajos. Entonces el artista comenzó una serie de interpretaciones sobre estas piezas de culturas africanas. La primera de ellas mantenía todavía el vocabulario generativo y puede observarse en la exposición, “Fertilidad Marka”. Más tarde, el juego fue abriéndose cada vez más: algunos trabajos relacionados con las culturas africanas viraron hacia el concretismo; otros hacia el expresionismo. Actualmente las piezas de Mac Entyre fueron donadas al Museo Casa Rangel (en Salta) junto a la gran colección de arte africano de Campomar.
Mas volviendo a la muestra, el primer núcleo -ubicado en la planta baja del museo-, contiene escrupulosas, cuidadosas mesas abarcando varios momentos del artista (la curadora los llama “módulos”): pequeños bocetos y trabajos primeros, realizados sobre papel; una seunda mesa referida al estudio del arte generativo; y ua tercera referida al permanente ida y vuelta del artista entre lo gestual y la figuración (un aspecto poco conocido de Mac Entyre): son mesas con un exquisito material de estudio.
Rossi cuenta que alrededor de 1958, Mac Entyre realizó una pequeña témpera que tituló “Homenaje a Max Bill”. En ella partió de tangentes cuyos centros se desplazan sobre un mismo eje, generando una sucesión rítmica de arcos. Esto le otorgó dinamismo al trazado lineal de las circunferencias. Asimismo, fue durante este período en que Mac Entyre demostró interés
Mac Entyre fue también considerado un creador óptico y, además, se interesó por la gráfica.
por el arte concreto y mantuvo un rico intercambio con Tomás Maldonado: él había ya escrito un libro sobre Georges Vantongerloo. Más tarde fue el artista belga, quien definió el ideario de los intereses del Grupo de Artistas Generativos: en esos momentos, Vidal y Mac Entyre fueron creando su programa estético a partir de los postulados de Vantongerloo: como se sabe, este creador -autor del manifiesto “De Stijl” (“El estilo”)-, formó parte del grupo Abstraction-Créa- tion, siguiendo estrictas reglas geométricas y algebraicas, e introduciendo de manera pionera, en los 30, la utilización de la curva en sus obras.
El segundo núcleo de la exposición del MACBA incluye aquellos trabajos que muestran variaciones de formas y vibraciones –efectos perceptivos fundamentales en los trabajos de Mac Entyre- a partir de la circunferencia. Aquí, enorme lienzos de líneas sutiles y formas geométricas contundentes shockean la vista. En estas obras, Mac Entyre decidió darle a la línea recta sólo una función divisoria: entonces trabajó con líneas o franjas de color plano que atraviesan MACBA, Av. San Juan 328, lun., miérc., jue. y vier. de 11 a 19, sáb. y dom. de 11 a 19:30. Entrada: $60. Jubilados y estudiantes gratis. la tela, y con tramas formadas por finos hilos de color. Estas tramas quedaron reservadas para las formas curvas. Fue desde este momento, en que el artista instauró “el reinado de la circunferencia”, como lo llama Rossi. “Para él, se trataba de una forma que la Naturaleza repetía constantemente y con la que los humanos nos identificamos desde nuestro nacimiento”, agrega la curadora.
Fue a partir de sus obras de los 80, cuando el artista comenzó a explorar las posibilidades de la curva creando composiciones asimétricas. Las variantes que surgen en ellos nacieron del estudio y del trabajo arduos sobre la línea portadora del color; de los juegos en torno a la luminosidad; y de la experimentación en torno al dinamismo generado por esas líneas y los espacios nuevos y lúdicos.
Una de las grandes sorpresas de esta exposición es el grupo de cajas cinéticas. No demasiado expuestas, difíciles de encontrar, surgieron por casualidad: la primera de ellas (su reconstrucciónen la muestra de MACBA), fue creada por Mac Entyre cuando comenzaron en nuestro país los concursos organizados por las cámaras de plásticos, con la intención de promocionar los “novedosos” materiales. Son alrededor de seis, dentro de un conjunto de trabajos presente en el museo de más de cien obras. Ante ellos, es importante recordar que toda obra generativa es más óptica que cinética, como sostiene la curadora. Desde esta perspectiva, el recorrido por la exposición cambia: se trata de engañar a la retina, de forma aguda, novedosa. ■