Otro desafío para Moyano, en su momento de máxima tensión con el Gobierno
La detención de Nakis se leyó en medios sindicales como una respuesta a la protesta del miércoles.
La masiva protesta del 22 de agosto pasado de la CGT contra el Gobierno tuvo un resultado concreto: esa misma noche Mauricio Macri echó a dos funcionarios que habían llegado al Poder Ejecutivo con el respaldo de los gremios. Pasaron tres meses y monedas hasta la siguiente movilización sindical masiva contra el Gobierno. Fue en la la tarde del miércoles pasado. Unas horas después, en la madrugada de ayer, fue detenido el vicepresidente primero de Independiente, Noray Nakis.
Aunque lineal, en sectores sindicales interpretaban que la detención del vicepresidente de Hugo Moyano debía leerse en esa clave: que se le envió un mensaje directo al líder camionero. “La del Gobierno con Moyano es una pelea diente por diente. Con la detención de Nakis le dijeron ‘Negro, la pelota ahora está de tu lado’”, analizaron en medios gremiales.
Su hijo Pablo Moyano, número dos de Camioneros y secretario gremial de la CGT, fue el máximo impulsor, al menos en público, de la protesta del miércoles contra las reformas laboral y jubilatoria. Otro de sus hijos, Facundo, participó de la marcha. Y otro de sus hijos varones, el abogado laboralista Hugo Moyano, fue uno de los que en privado más argumentó en contra de la reforma laboral.
“El momento de la detención, justo después de la marcha, la verdad da para la sospecha”, dijeron en el moyanismo.
De la detención de Nakis se hacía, también en sectores sindicales, otra lectura más fina: que la encargada de comunicar los detalles del operativo fue la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, acaso la mayor enemiga que tiene Moyano en la Casa Rosada.
Enterada de esa interpretación, ayer se le escuchó decir en su despacho a Bullrich: “Que crean lo que quieran. Si creen que es político agarrar delincuentes es tema de ellos”.
Como el universo del fútbol parece cruzar todo, en la conferencia de prensa al lado de Bullrich estuvo Cristian Ritondo, ministro de Seguridad de la Provincia e integrante de la Comisión Directiva de Independiente, aunque en uso de licencia.
Hoy por hoy, la relación de Moyano con Mauricio Macri varía entre “mala” y “fría”, según a quien se consulte en el Gobierno. El líder camionero pasó de tener una relación privilegiada con el Presidente a directamente no hablarse.
Hasta hace un año atrás, el interlocutor que el sindicalista tenía con el macrismo era el actual vicejefe de Gobierno de la Ciudad, Diego Santilli. Pero el funcionario porteño se enfocó en la gestión y la relación del oficialismo con el camionero quedó ahora en manos del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y el presidente de Boca, Daniel Angelici.
La tensa relación Macri-Moyano está atravesada por la drámatica situación financiera de la empresa postal OCA. La firma, ligada a los Moyano, tiene 7.000 empleados todos afiliados al gremio de Camioneros y en dos semanas necesitará revalidar el permiso para poder seguir operando.
En el Gobierno se dice que la empresa puede ser salvada, pero que necesita ser reestructurada. Que hoy el mercado postal “cambió” y que su planta de personal quedó “desfasada”. Moyano está en contra de cualquier plan de reestructuración.
Pero en el macrismo también dicen que en realidad el conflicto por la empresa postal es secundario. “OCA representa una moneda en la verdadera discusión”, apuntan.
La pelea de fondo es por el monumental costó de la logística y del transporte de mercaderias en el país, que está conectado de manera directa con el convenio colectivo de Camioneros. Ahí apunta la Casa Rosada. “Salen a repartir gaseosas y arriba del camión van tres”, sostienen. A lo que se resiste Moyano es justamente a tocar su convenio.
A eso de debería también su rechazo a la reforma laboral que el Poder Ejecutivo busca aprobar en el Congreso. Temería que detrás de esa reforma se vengan cambios en los convenios atados a la productividad. ■
La pelea de fondo es por los costos del transporte de mercaderías en camiones.