Macri siguió la sesión por la Web y se enojó con los votos inesperados
Antes de dirigirse al Centro Cultural Kirchner para encabezar el lanzamiento de la presidencia para el Foro del G-20, Mauricio Macri juntó ayer a la mesa de coordinación y a sus principales referentes parlamentarios. Tenía varios temas para hablar. Pero la sesión del miércoles del Senado, donde se aprobó la reforma previsional, acaparó toda su atención.
Al trío “Ellos son yo”, que según las palabras de Macri integran el jefe de Gabinete Marcos Peña y sus vices Mario Quintana y Gustavo Lopetegui; se sumaron el ministro del Interior Rogelio Frigerio y dos referentes par- lamentarios, el presidente provisional del Senado Federico Pinedo y el titular de la Cámara de Diputados Emilio Monzó, quien ahora tendrá la responsabilidad de garantizar la aprobación de la ley.
Aunque al Presidente le suele aburrir el debate parlamentario, por la importancia que el proyecto tiene para su Gobierno siguió “minuto a minuto” la sesión por Internet. Y así lo dejó en claro ante su tropa. A diferencia de otras veces, “no necesitó que nadie le marcara quiénes jugaron bien y quiénes mal”, según confió un protagonista de la reunión.
Mostró sorpresa, por ejemplo, por la oposición de Guillermo Pereyra, el sindicalista y dirigente del Movi- miento Popular Neuquino que supo acompañar varias de las iniciativas oficiales. De no ser porque sus antecedentes lo avalan, el enojo con el líder del gremio de los petroleros de Neuquén, Río Negro y La Pampa hubiera sido mayor.
Sobre todo, porque en el Gobierno dicen -aunque en la práctica no fue así- que “arrastró” a Lucila Crexell, la otra senadora del MPN con quien Pereyra se enfrentó varias veces y que, por otra parte, votó la mayor parte de las veces contra las aspiraciones del Gobierno nacional.
Otros dos que también dieron que hablar fueron los peronistas Carlos “Camau” Espínola (Corrientes) y Omar Perotti (Santa Fe). “De ellos se esperaba más”, admitieron cerca del Presidente, al señalar que “terminaron votando con el kirchnerismo”.
Una situación especial es la de Magdalena Odarda, quien ingresó en 2013 apuntalada por Elisa Carrió, pero que fue recientemente desplazada por la conducción nacional de la Coalición Cívica-Ari. La rionegrina votó en contra no sólo de la reforma previsional sino también del Pacto Fiscal y de la Ley de Responsabilidad Fiscal.
Entre los que “jugaron bien”, además del jefe del bloque PJ-FPV Miguel Pichetto, cerca de Macri ubicaron a los senadores que responden a los gobernadores de provincias del Norte: los misioneros Sandra Giménez y Juan Manuel Irrazábal, que la semana pasada escucharon los elogios que expresó Hugo Passalacqua; los salteños Rodolfo Urtubey y María Fiore Viñuales, alfiles de Juan Manuel Urtubey; los tucumanos José Alperovich y Beatriz Mirkin; los catamarqueños Dalmacio Mera e Inés Blas. “Cumplieron con lo que habían dicho y eso vale”, remarcaron.
También destacaron el aporte de dos acérrimos opositores, como Gildo Insfrán, a través de sus senadores José Mayans y María Teresa González; y del cacique pampeano Carlos Verna (los dos senadores votaron afirmativamente); y de uno que nunca le falla a ningún oficialismo, el santiagueño Gerardo Zamora, que volvió a conceder su respaldo a la Nación.
El sabor amargo para Macri llegó vía San Juan: pese a la buena sintonía que tiene su gestión con el gobernador Sergio Uñac, ningún senador convalidó el proyecto.
De todos modos, en Balcarce 50 exculpan al mandatario: “Por la interna con (José Luis) Gioja y algunas diferencias que tiene con Pichetto no pudo hacer mucho”, justifican en un despacho de la Casa Rosada.
Con todo, el balance que hizo el Presidente “fue muy positivo”. “Con este nivel de votación nos garantizamos encaminar el trámite en Diputados. El objetivo era superar los 40 votos y se cumplió holgadamente”, dijeron fuentes oficiales al tanto de la reunión. ■