El Gobierno salió de gira en busca de inversores para la obra pública
La apuesta oficial por impulsar la obra pública, en un contexto de restricciones presupuestarias, obligan al Gobierno nacional a redoblar los esfuerzos para atraer el capital privado que financie el gasto que no pueden afrontar las arcas públicas.
En ese contexto, funcionarios de distintas carteras salieron a hacer un road show inédito: promocionar el paquete de obras de infraestructura que esperan licitar bajo el esquema de Participación Público Privado.
Esta semana el ministro de Infraestructura, Guillermo Dietrich, estuvo en Washington y Nueva York mostrando los corredores viales -7.000 kilómetros de autopistas y rutas seguras- entre fondos de inversión y empresas de infraestructura. A último momento se le sumó el Jefe de Gabinete del Ministerio de Finanzas de la Nación, Pablo Quirno, quien viajará a Europa para seguir con reuniones de similar tenor Madrid, Londres, París, Frankfurt y Roma.
En el tramo europeo se sumarán funcionarios de Vialidad Nacional y el responsable de la unidad PPP, Jo- sé Luis Morea. Esta unidad concentra los proyectos que ponen en marcha todas las jurisdicciones, tanto nacional como provinciales.
Funcionarios de Finanzas le dijeron a Clarín que en Washington los contactos más numerosos fueron con gente del mundo de las finanzas (fondos de inversión y pensión que tienen foco en este tipo de negocios en tanto que en Europa habrá más volumen de reuniones con grandes empresas de infraestructura.
Lo de los road shows se entiende no solo por el interés el Gobierno en atraer inversiones privadas. El mun- do está mirando esta iniciativa Argentina con la calculadora en la mano, dado la magnitud de las obras de infraestructura que se quieren poner en marcha.
Clarín dialogó con el ingeniero español Ramon Espelt Otero, de la consultora Deloitte especializado en asesorar en este tipo de iniciativas.
Espelt Otero elogió el impulso decidido que le está dando el Gobierno al capítulo “obras de infraestructura”, aunque marcó ciertos reparos con la velocidad que le quiere imprimir a las licitaciones.
“Mi experiencia -dijo- es que las grandes empresas necesitan más tiempo que el que les está ofreciendo la Argentina para estudiar el marco legal y los detalles de cada proyecto. Las evaluaciones técnicas son exhaustivas y si no hay tiempo se corre el riesgo de contar con menos ofertas que las que podrían recibirse”. ■