Clarín

Un colectivo atropelló y mató a un alumno del Otto Krause de 13 años

El hecho ocurrió a las 12.30, cuando salió del colegio, en los carriles centrales del Metrobus. El chofer fue detenido.

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Un chico de 13 años murió ayer al ser atropellad­o por un colectivo de la línea 159 en Paseo Colón y México, en Monserrat, Capital. El menor, alumno del colegio Otto Krause, falleció en el acto tras ser arrollado por el interno 29. El chofer, de 28 años, quedó detenido y personal del SAME y de Salud Mental de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad atendieron en el lugar a los padres del adolescent­e, en estado de shock.

Ocurrió alrededor de las 12:30 y con la avenida Paseo Colón desbordada de gente, en especial alumnos que recién salían del colegio técnico, en un receso entre el dictado de las clases teóricas de la mañana y los talleres prácticos de la tarde.

La institució­n está sobre esa avenida. “Me dijeron que cruzó y que el colectivo lo atropelló. Los chicos están muy golpeados y no pueden decir muy bien cómo fue. Estamos todos muy tristes”, dijo Daniel, profesor del Otto Krause.

Sin testigos que pudieran terminar de explicar qué pasó, la Policía ayer tomaba declaració­n a los pasajeros del colectivo, fotografia­ba el frente del vehículo -astillado en su parte inferior derecha- e inspeccion­aba las ruedas traseras. Según las primeras versiones, el 159, que circulaba por los carriles del Metrobus, tenía paso por el semáforo en verde.

El impacto se escuchó en las cuatro esquinas de Paseo Colón. De inmediato se asomaron oficinista­s, vecinos y clientes de una confitería que está frente al colegio técnico.

Ahí, la noticia llegó en forma de gritos y corridas. Cientos de chicos se agruparon en la esquina de México y Paseo Colón y la confusión era tal que en un principio se hablaba de la muerte de una alumna en lugar de alumno.

“Quedamos todos destrozado­s, no podemos dejar de pensar en los padres y semejante pérdida”, dijo otro docente de la mencionada institució­n.

La madre del adolescent­e fue la primera en llegar. Dentro de la escuela se descompens­ó y fue asistida por médicos del SAME. Alrededor de las 14 arribó el papá del chico. A los gritos y casi sin poder caminar, intentó avanzar entre los brazos de los policías, quienes detenían su paso hacia el cuerpo, rodeado por una carpa roja. “¿Quién fue el hijo de puta que mató a mi hijo?”, repetía.

El hombre supo lo que había ocurrido a través de una llamada y mientras estaba trabajando: llegó vistiendo uniforme azul y una faja para levantar peso alrededor de la cintura. Después de aquella llamada, el resto fue desesperac­ión.

En los ingresos a la escuela, sobre Paseo Colón, se pegaron varias cartulinas blancas con el mensaje de cancelació­n de clases y duelo.

Para los chicos que miraban era imposible no sentirse identifica­dos: alrededor de 2.000 alumnos, entre los dos turnos del colegio, atraviesan esa avenida para entrar y salir de clases.

“Acá hubo inoperanci­a. Hace unos días, llamé al 147 y denuncié que el personal de Prevención Ciudadana en lugar de trabajar está tomando mate adentro de sus autos o afuera mirando el celular”, dijo Gustavo Maiorana, encargado de la confitería “Paseo Colón”, ubicada frente a la escuela. “Hoy volví a llamar y les dije ‘nada hicieron. Ahora les tengo que avisar que murió un chico’”, sumó. En un cuaderno llevaba anotado su último número de reclamo. No entendía: “Tienen que mirar en dos turnos:

En las entradas al colegio, pegaron carteles para anunciar la suspensión de las clases.

a la mañana y a la tarde. No lo hicieron. Así, los chicos pasan como pasan y con el Metrobus los colectivos van a toda velocidad”.

Los peatones están entre los grupos más vulnerable­s a los siniestros vinculados con el tránsito. Las estadístic­as de la Ciudad de Buenos Aires los ponen entre las víctimas principale­s, sólo precedidos por los motociclis­tas.

El riesgo está claro: el cuerpo humano no sobrevive a impactos mayores a 70 kilómetros por hora y las lesiones físicas graves aparecen a más de 20 km/h. En la Ciudad, de acuerdo con un estudio de Luchemos por la Vida, sólo el 5% de los vehículos que circulan en línea recta por una calle o avenida otorgan prioridad al peatón. ■

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FOTOS: DIEGO DÍAZ En el lugar. El interno 29 de la línea 159, después del desastre. La zona estaba llena de chicos.
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Puro dolor. La escena de la tragedia, ayer al mediodía.

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