Un sedante en la cena, el paso previo en el crimen ordenado por una familia
Vicente Maillo (60) fue asesinado por un sicario contratado por su esposa, sus dos hijos y su suegra.
El asesinato del comerciante de Río Gallegos Vicente Maillo (60) ofrece detalles cada vez más escalofriantes. Su suegra, María del Carmen Espiritoso (83), quien se declaró como instigadora del crimen, admitió haber contratado un sicario y contó cómo colaboró con el homicida.
Según la mujer, beneficiada con la prisión domiciliaria por su edad, el móvil del asesinato sería la violencia ejercida por Maillo contra su esposa, Claudia Susana Reina (54). La jubilada contó que, cansada de esa situación, decidió contratar a un sicario. Aunque le prometió el pago de $ 38 mil, sólo llegó a darle $ 28 mil.
Espiritoso aportó otros detalles sobre el crimen. La jubilada, que pasa sus días custodiada en el Hotel Los Pinos de Río Gallegos, contó que la noche del asesinato le preparó a su yerno unos huevos revueltos en los que puso varias pastillas de Alplax molidas. El objetivo fue adormecer a Maillo para que no se pudiera defender del ataque posterior. La autopsia comprobó que al hombre le habían proporcionado algún tipo de sedante para adormecerlo.
La mujer aseguró que su hija quería separarse y que el comerciante se oponía, lo que habría ori- ginado el conflicto: “Le hacía la vida imposible”, detalló la jubilada. Con un testimonio que habla de violencia doméstica, la mujer pretendió correr el eje del móvil económico detrás del homicidio, según explicaron fuentes del caso al diario Tiempo Sur.
Sin embargo, la principal hipótesis de los investigadores apunta a una disputa por dinero. Creen que Espiritoso, su hija y sus dos nietos “se disgustaron” porque Maillo iba a dejarlos afuera de una importante herencia, compuesta por $ 17 millones y propiedades. Según trascendió, el comerciante iba a darle prioridad en el reparto de bienes a otros familiares.
Los nuevos detalles de la suegra acerca del crimen del comerciante buscan quitar responsabilidades a la viuda y a sus hijos, Luis (23) y José (34), a los que la víctima les había dado su apellido.
Tal como contó Clarín, en la primera versión sobre el crimen, cometido el 16 de noviembre, la esposa del comerciante dijo que entró a su casa después de la una de la madrugada y un ladrón ingresó con ella. Entonces, el asaltante mató a su marido de cuatro puntazos y la dejó maniatada. Esta versión no pudo ser corroborada por las cámaras de seguridad porque los registros fueron borrados.
Acorralada por las pruebas contra la familia, la suegra de Maillo confesó su participación en el crimen. Aunque los investigadores coinciden en que se trató de una jugada desesperada, ya que por su edad, la jubilada no podrá quedar alojada en una cárcel común. ■