El nuevo horario del subte arrancó con demoras y polémica con los metrodelegados
Metrovías denunció “una medida de fuerza inexplicable” porque los trabajadores estaban avisados de los cambios
Con demoras e interrupciones en todas las líneas, el nuevo horario del subte tuvo un debut complicado. Las protestas las encabezaron los metrodelegados, que se oponen al cambio llevado adelante por el Gobierno porteño y la concesionaria Metrovías, y que consiste en que el servicio empiece a correr media hora más tarde, de 5.30 a 23.30. Los sábados arrancará una hora después, de 6 a 24.
Ayer el servicio arrancó bien. Pero hacia las 9.45 empezaron los inconvenientes. Primero la línea E (que tuvo problemas durante todo el día hasta las 18) y luego el resto de las líneas empezaron a tener inconvenientes con sus frecuencias.
La concesionaria Metrovías emitió un comunicado en el que denunció que los metrodelegados realizaron “inexplicables medidas de fuerza”, y citaron que hubo numerosas reuniones en las que le avisaron a todo el personal de los cambios en la implementación del servicio. Precisaron que desde junio, cuando el Gobierno porteño anunció el cambio de horario, hasta hace un mes tuvieron al menos siete comunicaciones oficiales con las autoridades de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP).
“Resulta inadmisible una medida de fuerza de estas características bajo la falsa premisa de la defensa de los usuarios, cuando la protesta los afecta directamente en su derecho a trasladarse en un servicio de transporte público”. Según trascendió, la empresa envió telegramas de apercibimiento a al menos diez delegados, por las demoras que ocasionaron en el servicio.
Pero los metrodelegados afirmaron que no tuvieron responsabilidad en los inconvenientes. También mediante un comunicado, aseguraron: “Desde la AGTSyP rechazamos y negamos enfáticamente que hayamos concretado cualquier tipo de medida que afectara el servicio. Quien sí lo afectó ha sido la concesionaria Metrovias, quien a pesar de contar con el personal necesario para brindar el servicio con normalidad, prefirió generar interrupciones para así culpar a los trabajadores”.
Según datos que maneja el Gobier- no de la Ciudad, el cambio de horario perjudica a alrededor de 2.000 usuarios de la franja de 5 a 5.30. Pero en cambio sostienen que se sumarán 140.000 pasajeros, entre estudiantes y trabajadores que aprovecharán la franja nocturna, hasta las 23.30. También beneficiarían a la gente que los sábados se mueve de noche por el centro cuando va al teatro o a comer afuera.
Por eso promovieron una encuesta en la que le preguntaron a la gente si estaba de acuerdo con correr el horario. La aprobación fue contundente: 511.016 vecinos, el 84% del total de votantes, se mostró a favor.
Esa encuesta terminó en junio, cuando el Gobierno porteño anunció que implementaría los cambios de horarios a partir de julio. Pero aunque había confirmado la fecha, tuvo que demorarla cinco meses. En la Ciudad explican que se debió a cuestiones operativas, pero también es cierto que los metrodelegados se opusieron desde el primer momento, lo
que también retrasó la implementación.
¿Por qué están en contra? Los trabajadores reclaman que el servicio vuelva al horario que tenía antes de la privatización, cuando arrancaba a las 5 hasta la 1 del día siguiente. Pero en la Ciudad aseguran que esa franja de servicio no es posible porque necesitan las actuales seis horas libres para hacer las tareas de mantenimiento, que deben hacerse con la corriente eléctrica cortada, y para las mejoras que llevan adelante en la red, por ejemplo la incorporación de más formaciones o la construcción de nuevas estaciones en las líneas H y E. En la AGTSyP aseguran que con las cuatro horas anteriores alcanza. ■