El peronismo se fractura en el Congreso y deja en mejor situación a Cambiemos
Se trata de un armado no kirchnerista de 35 miembros. En su mayoría responden a una decena de gobernadores del PJ.
En Diputados se formó el bloque Argentina Federal, con 35 peronistas aliados a los gobernadores y alejados de Cristina. En el Senado, Pichetto también anunció una bancada similar y dejó a la ex presidenta en minoría. De ese modo, el oficialismo tendrá apoyo para las leyes clave.
Con la jura de 126 diputados en sesión preparatoria quedó conformada desde ayer la nueva Cámara de Diputados que estará en funciones formalmente desde el 10 de diciembre. La novedad de mayor relevancia, con importantes consecuencias políticas, es que finalmente alumbró un interbloque peronista no kirchne- rista, cuyos integrantes reportan en su mayoría a una decena de gobernadores peronistas. Nace con vocación dialoguista con el Gobierno macrista -en función de los acuerdos e intereses de los mandatarios provinciales- y por la relación de fuerzas que dejó la elección de octubre está en condiciones de ser el nuevo árbitro de la Cámara.
El interbloque Argentina Federal, como se lo denominó, estará presidi- do por el salteño Pablo Kosiner -hombre del gobernador Juan Manuel Urtubey- y se ha fortalecido con 35 miembros. 19 son del Bloque Justicialista, la primera gran escisión que tuvo el Frente para la Victoria en febrero de 2016. Y ahora se han sumado al interbloque 4 cordobeses que dejan su alianza con el massismo, 5 misioneros, 3 sanjuaninos, y 4 tucumanos. Las particularidades: una quinta cordobesa, la delasotista Adriana Nazario, se queda en el interbloque massista; para sumarse a Argentina Federal dejaron el FpV la tucumana Mirta Soraire, y el misionero Daniel Di Stefano; y la sanjuanina María Florencia Peñaloza abandonó el interbloque massista.
Además de la jura, en la sesión se reeligió al macrista Emilio Monzó como presidente de la Cámara; al kirchnerista José Luis Gioja como vice 1°; al radical Luis Petri vice 2°; y de vice 3° quedó el cordobés Martín Llaryora, de Argentina Federal. Cargo que antes ocupaba Felipe Solá y que el massismo y aliados, reducidos de 37 a 22 diputados, debieron resignar.
Este nuevo interbloque que busca ser “espejo” del que en el Senado conduce Miguel Pichetto se diferenciará del cristicamporismo por su tono dialoguista, que se pondrá a prueba cuando en la próxima sesión -sería en dos semanas- deba votarse la reforma previsional (ver aparte).
Hay algo paradójico en este nacimiento: el peronismo no K logra amalgamarse, siempre con la inten- ción de ser opción de poder en 2019, pero su primera misión, en cumplimiento del acuerdo de los gobernadores con la Casa Rosada, es votar una reforma jubilatoria antipática, impulsada por el macrismo, y que implicará una rebaja de los haberes al dejarse de lado la fórmula de incremento de la ley de movilidad jubilatoria actual. “Nos toca la ingrata tarea de votar esta ley”, reconoció Pichetto el miércoles pasado cuando el Senado le dio media sanción a la iniciativa.
Argentina Federal nace con disidencias: ya Diego Bossio, ex titular de la ANSeS en la era K, avisó que votará en contra de la reforma. Se le sumarían otros diputados del interbloque, de aquellos que no reportan directo a sus gobernadores (se menciona además de Bossio, a otros dos bonaerenses: Bali Bucca y el sindicalista Alberto Roberti).
En Cambiemos, tanto en el Parlamento como en la Casa Rosada, celebraron el armado de este espacio. El jefe del bloque del Pro, Nicolás Massot, le dijo a los suyos que “es el mejor escenario imaginable porque nos toca hablar con los gobernadores que tienen responsabilidad, no con el peronismo sin tierra”.
Con 108 diputados de Cambiemos (otro dato saliente, al interbloque oficialista se sumará el salteño Alfredo Olmedo, que ha venido coqueteando hace años con el macrismo) quedan a 21 del quórum. Por eso Argentina Federal es clave en los dos próximos años. ■