“Vamos a saber lo que pasó”, dijo la jueza a cargo de la investigación
Marta Yáñez está reconstruyendo las horas previas a la zarpada del submarino desde Ushuaia.
¿Se podrá saber qué pasó con el submarino si no puede ser encontrado en las profundidades del mar? Esa es una duda que ayer abonó el propio jefe de la Armada, Marcelo Srur, cuando se refirió por primera vez públicamente al tema. Y dijo: “Para saber qué pasó con el ARA San Juan no cabe otra cosa que encontrarlo”. Sin embargo, ayer la jueza federal Marta Yáñez, que interviene en el caso, fue más optimista y aseguró sin dudar: “Vamos a saber lo que pasó”.
Yáñez dijo ayer que, en principio, está reconstruyendo todo lo que precedió a la zarpada del navío, con sus 44 tripulantes, desde Ushuaia, y de ahí hasta la última comunicación. Busca determinar si hay algún “hecho reprochable en términos penales, si hay autor u autores”. Se refiere a la cadena de mandos que participó de las comunicaciones.
Esta instancia de la investigación tiene que ver con cómo fueron los controles del submarino y si éste estaba en condiciones de navegabilidad, algo que tanto la Armada como el presidente Mauricio Macri dieron como cierto desde el minuto uno de la desaparición.
“Hoy le puedo casi asegurar que vamos a saber lo que pasó”, dijo la jueza en diálogo con TN. E insistió: “Vamos a hacer lo propio y de manera correcta para saber lo que pasó”.
Fuentes del caso dijeron ayer a Clarín que “entre los testigos que están citando hay muchos que tienen que ver con el mantenimiento del submarino”. Y detallaron que se cree que “hasta último momento, en Ushuaia, le estuvieron haciendo reparaciones al submarino”.
Yáñez dijo que podría citar a tripulaciones anteriores del ARA San Juan para obtener algún testimonio. Por el momento, la causa están caratulada como “averiguación de ilícito”, y aclaró: “No estamos hoy en condiciones de poner un delito tentativo”.
Sobre las 8 llamadas que trascendieron anteayer, la jueza dijo que “están en poder de la Armada”. Y agregó: “Tengo otros medios para saber. No estoy atada. Me las van a pasar”. Además informó que tomó “testimonio de personal de comunicaciones para la decodificación de los mensajes que figuran en el radiograma”.
Una de las claves es el contenido de esas comunicaciones para determinar si las órdenes que recibió el submarino desde tierra, o en todo caso las decisiones que pudo haber tomado el capitán de la embarcación, fueron las adecuadas.
Con respecto a las 20 cajas con do- cumentos que recibió desde la Marina, dijo que ya tiene la información sobre cómo navegaba el submarino antes de desaparecer. También recibió el informe sobre la explosión que la Armada obtuvo desde Austria. Ahora, en base a estos documentos, podría decidir nuevas medidas.
La magistrada aseguró que se trata de una causa “inédita” por su complejidad y detalló que a pesar de la expectativa que genera el caso, la investigación tiene otros tiempos, ya que la instrucción demanda un particular cuidado en el relevamiento de las pruebas. En una nota con Clarín, Yáñez había asegurado a poco de asumir la causa que la desaparición del submarino constituye “una causa más compleja que la de Cromañón”.
A pesar de eso, las condiciones para llevar adelante la investigación no parecen ser las mejores. Yáñez se quejó ayer por las carencias técnicas con las que cuenta para llevar adelante su trabajo e hizo un reclamo explícito. “Pedí al Consejo de la Magistratura (que) me provea de recursos técnicos. Los pedí la semana pasada, todavía no contestaron”, expresó y se refirió a que en el juzgado de Caleta Olivia le “están faltando escáner, impresora, elementos que faciliten la reproducción de los documentos”. Ese pedido -según contó unas horas más tarde- estaría por concretarse. luego de que se hicieran públicas las carencias del juzgado. ■
Yáñez todavía no pudo acceder al contenido de las últimas 8 llamadas que hizo el submarino.