Meza, habitual generador, esta vez se anotó con un gol que puede ser histórico
Arrancó la jugada del primero, rubricada por Gigliotti. Y metió una notable volea para desequilibrar.
Delirio en Avellaneda. La cancha, toda roja, se agita como en una convulsión que no tiene nada de dañina; todo lo contrario. Es una locura ese gol. Una excelencia porque todo salió redondo. El desequilibrio de Ezequiel Barco por la banda izquierda para tirar el centro y el arqueo del cuerpo, casi artístico, que inventa Maximiliano Meza para sacar una volea endiablada, un verdadero infierno para el arquero del Flamengo. Tremendo gol. Y más tremendo el festejo de los 50 mil enfermos de In- dependiente, testigos de otra noche copera con aroma a viejos tiempos.
Todos los abrazan a él. El del 8 en la espalda. El autor del 2-1 para revertir un partido que se había puesto chivo -y no Pavoni- de movida con el tanto trempanero del conjunto carioca. ¡Lo que vale ese golazo de Meza! Para él y para todo el equipo de Holan. La tranquilidad de ir en ventaja, aunque sea de un gol, a jugar al Maracaná el miércoles, ni más ni menos.
“Fue muy lindo. Ahora cuando lo vea de nuevo seguro que lo voy a seguir disfrutando”, expresó Meza, quien les dedicó el gol a sus padres, que estuvieron en el Libertadores.
Por eso se grita con todo, como nunca. Como en una final. Meza es el responsable. Por eso, todos van con él. Y celebran. El exGimnasia, que casi siempre es el que ayuda a los demás a que hagan goles -como en el primero, gran arranque suyo para que terminara definiendo Gigliottiesta vez recibió su premio. Lo tiene merecido.
Es el tercero de Maxi en esta Copa Sudamericana. El más importante, ni hablar. De Independiente y de su carrera, seguramente. “Eso es lo más importante del gol, que sirvió para sacar ventaja. Y para ir con más tranquilidad a Brasil”, expresó el futbolista nacido hace 25 años en General Paz, provincia de Corrientes.
En seis días se sabrá la resolución de esta historia y si esa volea (señora volea) quedará en la historia grande de este club, pero mientras tanto la cotización de esa acción está por las nubes. Es el moño de un año en subida para Meza. Le costó cuando llegó de mano de Gabriel Milito. Sufrió bastante la adaptación. De La Plata a Avellaneda. De ser la figura y el mimado en el Lobo a ser uno más y tener que demostrar desde cero. Sin embargo, después de la adaptación que le valió algunas críticas, Maxi Meza empezó a jugar a lo que sabe este año.
Sí, con la llegada de Holan, que potenció a muchos jugadores de este plantel que estaban con la cabeza y la moral bajo tierra. Detrás del 9 o recostado sobre la derecha encontró su espacio para agarrar al Diablo por las astas y manejarlo en momentos clave. Siempre cerca del área rival, ahí es donde mejor se mueve y donde más ha rendido en esta etapa. Su aporte fue (es) fundamental en Independiente. Desde lo creativo, asociado con Barco, aportó la claridad conceptual necesaria para el flujo de juego que pretende el técnico. Ahora, en el Maracaná, irá por más... ■