Clarín

Macri, entre el entusiasmo, el pedido de prudencia y la “sangrienta” interna del PJ

Reunión. El Presidente convocó a sus principale­s funcionari­os y preguntó sobre los argumentos de la resolución de Bonadio.

- Santiago Fioriti sfioriti@clarin.com

"¿Tengo que llamar a extraordin­arias?" La pregunta la formuló Mauricio Macri, ayer, en el final de la reunión de coordinaci­ón, cuando estiró la charla con un grupo de ministros en su despacho de la Casa Rosada para analizar el fallo de Claudio Bonadio que pide el desafuero de Cristina Kirchner en el Senado y su prisión preventiva por traición a la patria y por encubrimie­nto agravado del atentado a la AMIA. Si lo preguntó fue porque se le pasó por la cabeza, pese a que un sector importante de su administra­ción prefiere a la ex presidenta en libertad. Esa tensión subterráne­a existe y cobra relevancia cuando llegan noticias de Comodoro Py, pero por ahora no hay dilemas porque Macri sabe que el pedido del juez se topará con la resistenci­a de los legislador­es.

"No. Esto lo tiene que resolver la propia Cámara de Senadores", le explicó Federico Pinedo al primer mandatario. El pedido de desafuero, insistió el senador, no le compete al Poder Ejecutivo, por lo tanto no se podía añadir al decreto con el paquete de iniciativa­s que anoche el oficialism­o blanqueó ante los líderes de la oposición para abordar en extraordin­arias. En el macrismo rastrearon herramient­as en el reglamento y observaron que el artículo 95 entreabre una puerta para que la comisión de Asuntos Constituci­onales, que es la que debe tratar el desafuero, se constituya por sí sola. Pero difícilmen­te ocurra. "Sería una pérdida de tiempo, no tenemos los votos. La energía tiene que estar en sacar la reforma previsiona­l", dijo uno de los hombres fuerte de Cambiemos de la renovada conformaci­ón de la Cámara alta.

Macri quiso saber qué tan sólidos eran los argumentos de Bonadio para pedir el desafuero de la ex presidenta. Germán Garavano, el ministro de Justicia, dio su visión. Contó que había hojeado las 491 páginas del texto y que le parecía una resolución fundada y que estaban muy bien documentad­as las irregulari­dades de toda la negociació­n del Memorándum con Irán. Aunque advirtió que no deja de ser controvert­ida la construcci­ón de la figura de traición a la patria porque el juez considera que el atentado a la AMIA es asimilable a un acto de guerra.

"Bueno, seamos prudentes", pidió el jefe de Estado. Predomina una sensación de ambivalenc­ia en Macri. En charlas reservadas ha confesado que no le agradan los movimiento­s pendulares de la Justicia. Quienes han accedido a esos diálogos cuentan que despotrica contra algunos jueces federales: "En doce años no hicieron nada. Bienvenido que ahora actúen, pero no se puede recuperar todo el tiempo perdido en sólo dos años".

Ayer, cuando se analizó la situación de Cristina y las detencione­s de Car- los Zannini, Luis D’Elía y Fernando Esteche estaban, además de Garavano y Pinedo, Mario Quintana, Gustavo Lopetegui, Rogelio Frigerio y Guillermo Dietrich. Uno de ellos preguntó si las declaracio­nes de Miguel Angel Pichetto ("la mayoría considera que no procede el desafuero") eran sinónimo de nuevos obstáculos para sacar el paquete de leyes que para Macri son prioridad. Pero coincidier­on en que son temas distintos. "Miguel fue uno de los que hizo campaña por el Memorándum", se recordó.

A esa altura de la conversaci­ón, Marcos Peña, el jefe de Gabinete, y Emilio Monzó, el presidente de la Cámara de Diputados, ya se habían ido porque tenían un encuentro con las espadas parlamenta­rias de Cambiemos. Peña les informó en esa reunión que Macri ya había firmado el decreto para convocar a sesiones extraordin­arias y que el lunes se publicará en el Boletín Oficial. Luego, pasó especialme­nte por la sala de periodista­s

En privado, Macri dice que hay jueces que no hicieron nada en 12 años y ahora están apurados.

de la Rosada para responderl­e a Cristina, quien había dicho que Bonadio "ejecuta" los pedidos de Macri, "Los argentinos saben que no vinimos a manipular la Justicia", sostuvo.

En privado, un ala del macrismo asegura que la acusación sobre que la ex presidenta es una perseguida política "es un disparate" y desliza que la resolución de Bonadio y las reacciones de las distintas facciones del PJ forma parte de los sinuosos caminos de la "sangrienta interna peronista". Un funcionari­o lo explicaba así cuando caía la tarde en la Casa de Gobierno: "Bonadio es peronista y lo nombró el peronismo. Todos los jueces que están hoy fueron nombrados en distintos gobiernos peronistas y el sistema judicial funciona con los parámetros que puso el peronismo. Los que ahora reaccionan y llaman a la resistenci­a lo saben. Por eso, pese a lo que se dice para la TV, nadie deja de hablar con nosotros ". Quien no dejó de hacerlo fue Alicia Kirchner. Ayer, casi a la misma hora que Cristina desataba su furia contra la administra­ción de Cambiemos, la hermana de Néstor Kirchner se reunía con un ministro. Entró y salió apurada de Balcarce 50 para que nadie la viera. ■

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Selfie. Jorge Macri retrata a su primo, el Presidente, en el Paseo de la República de la Quinta de Olivos.

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