Hamas y Hezbollah llaman a poner en marcha una tercera Intifada
El grupo que gobierna en Gaza y la milicia libanesa dijeron que les han declarado la guerra.
La controvertida declaración del presidente estadounidense Donald Trump reconociendo a Jerusalén como la capital de Israel y el anuncio de un futuro traslado de su embajada ha provocado la indignación de los partidos políticos palestinos. El líder de la oficina política del movimiento islamista Hamas, Ismael Haniya, llamó a la unidad de acción entre todas las facciones y a la puesta en marcha de una tercera Intifada. Y quien ha recogido preocupantemente el guante lanzado por Hamas –que libró tres guerras contra Israel en 2009, 2012 y 2014– fue el secretario general de la milicia islamista libanesa Hezbollah, el jeque Hasan Nasrala. Desde Beirut, el líder del Partido de Dios apeló a todos los países árabes y musulmanes a que apoyen la que llamó “intifada palestina”.
En una intervención desde la Franja de Gaza –en donde Hamas gobierna desde que tomara el poder por la fuerza en junio de 2007– Haniya argumentó que el mundo árabe e islámico se encuentra ante una encrucijada histórica y tiene que hacer frente a las imposiciones coloniales de Occidente. “La decisión de Trump constituye una declaración de guerra, dado que atenta contra la joya de la corona palestina”, señaló utilizando una metáfora para aludir a Jerusalén, a la que los árabes llaman “la Santa”.
“Se trata de una agresión contra nuestra gente y contra nuestros santuarios”, continuó Haniya en una referencia implícita al Haram el Sharif (Explanada de las Mezquitas), el tercer lugar sagrado para el Islam después de La Meca y Medina. El que fuera líder local en Gaza, pero que recientemente ganó las elecciones internas para suceder a Jaled Meshal al frente de todo el movimiento, conminó a sus rivales políticos de Al Fatah –que gestionan la Autoridad Nacional Palestina en Cisjordania– a revocar formalmente los Acuerdos de Oslo que dieron lugar al proceso de paz entre los años 1993 y 2000, pero que luego se mantuvieron por inercia, y lanzar una nueva Intifada, en referencia a la revuelta popular ocurrida entre los años 1987 y 1993 y a la revuelta armada entre los años 2000 y 2005).
Si bien el presidente de la ANP, Mahmoud Abbas, condenó la declaración de Trump y ha intentado buscar el apoyo de los países de la Liga Árabe, no parece que vaya a embarcarse en una aventura de estas dimensiones.
Puede que vuelva a congelar temporalmente la coordinación de seguridad entre el ejército israelí y las fuerzas de seguridad palestinas en Cisjordania como medida de protesta, tal como hizo en julio durante la ola de disturbios ocurridos en Jerusalén con motivo de la instalación de arcos de seguridad en los accesos a la Explanada de las Mezquitas. ■