Ronaldo logró el quinto Balón de Oro y en ese rubro está igual que Messi
El portugués fue clave en la Euro con Portugal y en la Champions con el Madrid. Ganó cuatro de los últimos cinco.
Lo demuestra regularmente. Cristiano Ronaldo parece capaz de casi todo dentro del campo de juego. A veces, cons- truye gambetas supersónicas, propias del mejor Maradona. Ocasionalmente, convierte goles de a tres o de a cuatro, como Messi. También, cuando aparece por el segundo palo, algunos especialistas cuentan que cabecea con la potencia que lo hacía el mismísimo Pelé. Lo muestra la televisión en cada continente y cualquier video de Youtube que a él refiera: este portugués -nacido en el territorio insular de Madeira- no sólo dice que es un crack, lo exhibe ante los ojos del mundo. Más allá de las polémicas a su alrededor.
Ahora, en el primer piso de la torre Eiffel, pleno París, hace otra de las cosas que más le gusta: mostrarse vencedor. Tiene en sus manos el Balón de Oro que France Football entrega desde 1956. Vestido con pantalón gris, saco azul de anchas solapas y camisa blanca, luce su sonrisa de publicidad. Con la mano izquierda sostiene el trofeo; con la derecha muestra bien abiertos sus cinco dedos. Es el quinto Balón de Oro que gana. Acaba de alcanzar a su archirrival de competiciones individuales, Lionel Messi.
El crack rosarino, a diferencia de los premios The Best de la FIFA, cele- brados en octubre en Londres, no se presentó. Mientras David Ginola -ex futbolista francés, competente conductor de la gala- anunciaba a CR7 como ganador, Messi paseaba con su familia por Barcelona. Tenía el día libre. Lo aprovechó a su modo.
Messi finalizó segundo en la encuesta de France Football y Neymar completó el podio. Además, con 18 años, Kylian Mbappé -séptimo- se convirtió en el futbolista más joven en acceder al top 10. ¿Su ídolo? Cristiano Ronaldo. Hasta hace un par de años, su habitación estaba empape- lada de posters del portugués.
“Es el Rey del fútbol”, fue el mensaje ofrecido por el Real Madrid respecto de su estrella más brillante. En el escenario, sonriente, Florentino Pérez -presidente de la Casa Blancalo felicitaba. Y le ofrecía un elogio para la historia: “Es el heredero de Di Stéfano”. El superhéroe de Barracas, ganador de cinco Copas de Campeones, obtuvo dos Balones de Oro.
La nueva consagración le llega a CR7 en un año en el que ganó la Champions League con el Real Madrid y la Eurocopa con Portugal. Los dos trofeos más deseados de la campaña. Y abrazó su nuevo Balón de Oro justo un día después de establecer un récord: el de convertir goles en todos los partidos de la fase de grupos de la Champions League. Detalle curioso y hasta contradictorio: está atravesando su peor comienzo histórico en la Liga de España. Apenas convirtió dos tantos en diez partidos.
Pero no para el recorrido de vértigos de Cristiano Ronaldo. Ya tiene un nuevo objetivo relevante para cerrar el año de modo inmejorable. Más allá del encuentro de este sábado frente al Sevilla, en el Santiago Bernabéu, Real Madrid está enfocado en sumar su tercer Mundial de Clubes de la FIFA para alcanzar al Barcelona como el máximo vencedor de la competición. Su participación arrancará el miércoles, en Abu Dhabi, en las semifinales contra el vencedor de Al Jazira-Urawa Red Diamonds. Cristiano quiere más gloria. Para su equipo. Y para él, claro.
Cuenta Luca Caioli en su libro Cristiano Ronaldo, historia de una ambición sin límites: “Rui Santos, presidente del club, recuerda especialmente un partido de la temporada 1993-94. Andorinha, al final de la primera parte, perdía por 2-0 contra Camacha. ‘Ronaldo estaba tan desilusionado que sollozaba como un niño a quien le han quitado su juguete preferido. En la segunda parte entró como una furia y marcó dos goles y el equipo ganó 3-2. No le gustaba nada perder. Quería ganar siempre y lloraba cuando perdía’, relata Rui Santos”. Su madre, María Dolores dos Santos Aveiro, quien estuvo ayer al borde de la torre Eiffel, le decía “Niño Llorón”. El Andorinha era uno de los más flojos del campeonato. Y Cristiano no sabía convivir con las derrotas. Desde entonces, se propuso ganar siempre. Lo logra de manera frecuente. ■