Johnny Hallyday: Francia despide a un héroe nacional
El Elvis galo será saludado por un cortejo masivo. Se espera un breve discurso del presidente Macron.
Francia ha perdido su Elvis Presley, su Carlos Gardel. El país llora a Johnny Hallyday, su leyenda rock and roll, porque era para ellos su otra Torre Eiffel. El único hijo de los ‘60, el ícono Ye ye, que descubrió con su tía, cuando vivía en Londres, el fervor sesentista. Están dispuestos a despedirlos con un funeral popular, organizado por el Palacio del Elíseo. El presidente Emmanuel Macron y la primera dama Brigitte Macron presidirán la ceremonia nacional, mañana, después de que descartaran enterrarlo en los Inválidos, junto a la tumba de Napoleón. Increíble, pero cierto. Sus exequias serán en la isla de St. Barth, donde él pasaba parte del año.
El cortejo funerario partirá desde Mont Valerien, en los Altos del Sena, hacia el Arco del Triunfo, descenderá por los Campos Elíseos hasta la plaza de la Madeleine, para un servicio religioso. Los músicos de Johnny lo acompañarán tocando sus canciones más queridas.
Esto se corresponde con el sueño de Laeticia, la quinta mujer de Johnny, de sus cuatro hijos (Laura, David, Jade y Joy) para que los franceses lo despidan y él diga Adiós a París. “El presidente de la república brevemente hará uso de la palabra durante la ceremonia”, dice el comunicado del Palacio del Elíseo. Será durante el homenaje musical.
Los fans podrán firmar el libro de oro de condolencias en la AccordHotels Arena en Bercy, frente al río Sena, donde Hallyday hizo los más famosos conciertos de su carrera. Sobre la Torre Eiffel se proyectará el sábado su nombre: ”Merci Johnny”, y así París despedirá con gloria a uno de sus íconos más queridos.
Si una idea puede dar la dimensión del dolor que hoy embarga a los franceses, fue la decisión del diputado socialista Luc Carvounas. Propuso a sus camaradas socialistas postergar el Consejo Nacional del partido, que debía realizarse el sábado, “porque Francia está de duelo”.
En la madrugada del miércoles, el primero en saber la triste noticia, después de la familia, fue el presidente Macron. Laeticia, la esposa francoamericana de Johnny, lo despertó a las dos de la mañana para anunciárselo. Brigitte, la primera dama, lo idolatraba. Se habían hecho grandes amigos, se visitaban, comían juntos, como lo hiciera Johnny con casi todos los presidentes de Francia. Los franceses se despertaron unos a otros, con llamados de teléfonos, mensajes de texto, por whatsapp. Una sola frase:”Murió Johnny”. La gente se consolaba en la call. Aunque tenía un cáncer de pulmón, siempre creían que Johnny podría resucitar, como lo había hecho tantas veces en su excedida vida, en sus 74 años.
Los diarios publicaron suplemen- tos de 10 páginas dedicados a su leyenda. Los homenajes en la televisión TF1 y France 2 reunieron más de 3 millones de telespectadores.
La familia y los amigos de Johnny quieren que el homenaje sea una fiesta. Eso es lo que él hubiese deseado. A la cabeza está el director Claude Lelouch, quien confesó que “el último año de Johnny fue una verdadera pesadilla”, a propósito de su enfermedad a cuestas.
“Fuckcáncer”. Así se enteraron por Facebook los franceses la enfermedad de su ídolo. Su homenaje será el de un héroe. “Los héroes no son sólo los militares, sino esos que encarnan un espíritu de unidad”, dijo Chistophe Castaner, líder del partido oficialista, La República en Marcha.
Hallyday fue un rebelde que se volvió conservador: votó a Jacques Chirac “porque es un tipo derecho, humano, que viene a comer a casa”. A la hora de los ataques terroristas en París, otro Johnny: ”Los atentados me volvieron loco. Si yo no fuera cantor, tomaría un arma y partiría a combatirlos”, dijo sorpresivamente.
“¿Quée quedará de mi voz ante la eternidad? ¿Qué quedará de mí?”, se preguntaba Johnny en su álbum El corazón de un hombre. Ya tiene la respuesta: miles de franceses inconsolables, que se sienten huérfanos, en una suerte de gran dolor colectivo. Con Johnny se va un poco la vida de todos los que cantaron, bailaron y vivieron con él. El rebelde de todas las generaciones, hasta el final. ■