Escalada de las protestas palestinas por Jerusalén: dos muertos y más de 500 heridos
Hubo choques en Gaza y Cisjordania. Un hombre murió en la Franja herido de bala. Otro falleció también en Gaza como consecuencia de los bombardeos israelíes.
El llamado “Viernes de la ira” convocado por los partidos palestinos se saldó con dos muertos y más de medio millar de heridos en múltiples choques por toda Cisjordania y en puntos concretos de la verja fronteriza de la Franja de Gaza. Las protestas fueron en reacción a los anuncios de Donald Trump del miércoles en los que declaró a Jerusalén la capital de Israel rompiendo una tradición de neutralidad sobre el destino de la ciudad que también reclaman los palestinos. La furia en la calle fue importante, pero la sensación es que no prenderá la mecha de una tercera Intifada ni estallará una cuarta guerra de Gaza, si bien todo apunta a que los disturbios continuarán reproduciéndose durante los próximos días.
Los enfrentamientos entre jóvenes palestinos y soldados israelíes en Cisjordania comenzaron en el momento en que terminó el rezo de mediodía y se propagaron por todas las ciudades autónomas. En aquellas como Be- lén y Hebrón que cuentan con presencia militar israelí dentro de su término municipal, los enfrentamientos tuvieron lugar en los tradicionales puntos de fricción, como son la Tumba de Raquel y las calles adyacentes a la Cueva de los Patriarcas. En el resto –Ramallah, Nablus, Tulkarem, Qalquilia, Tubas, Salfit– los disturbios ocurrieron en los accesos que están controlados por el ejército israelí. Según la Media Luna Roja Palestina, se registraron heridos por impacto de balas de acero recubiertas de caucho, inhalación de gases lacrimógenos y detonación de granadas aturdidoras.
En la Franja de Gaza, en la que el movimiento islamista Hamás había llamado a poner en marcha una tercera Intifada, los enfrentamientos fueron de mayor magnitud, concentrándose en las puertas que tiene la valla perimetral a la altura de los campos de refugiados Jan Yunis (sureste) y de Yabalia (noreste). Ahí los soldados israelíes hicieron uso de munición real, matando a un palestino de 30 años y a otro de 54 que falleció por el bombardeo contra posición de Hamas de las que se habían dispara- do cohetes. (Ver pág 43). Esos ataques dejaron al menos dos docenas de heridos. Fue por la tarde que las milicias de la Franja lanzaron tres cohetes, haciendo saltar las alarmas antiaéreas en las ciudades israelíes de Sderot y Asquelón. Uno de ellos cayó en Sderor causando daños materiales, otro fue interceptado por el sistema anti-misiles conocido como “Cúpula de hierro”, y el tercer cayó en una zona deshabitada.
Donde los disturbios tuvieron menos intensidad fue en Jerusalén oriental. A diferencia del pasado julio en que la policía israelí restringió el acceso al rezo en la Explanada de las Mezquitas durante el contencioso por la instalación de arcos de seguridad y detectores de metales, en esta ocasión la entrada fue libre. Y a pesar de que terminado el rezo se escucharon consignas anti-israelíes en el enclave y luego en la concentración frente a la puerta de Damasco (principal acceso al barrio musulmán del casco antiguo amurallado) los disturbios fueron de carácter menor en comparación a los del verano.
En un primer momento la policía permitió que se exhibieran carteles con la caricatura de Trump y la bandera nacional palestina. Pero, luego desalojó la plaza y las escaleras y arrestó a jóvenes que se resistieron. También las unidades montadas a caballo cargaron contra los que salieron corriendo tras lanzarles botellas.
En declaraciones a Clarín el diputado árabe-israelí Ahmed Tibi, que se apersonó en la puerta de Damasco para seguir en directo los aconteci-
mientos y fue zarandeado por la policía en un par de ocasiones, señaló en tono desafiante que “la declaración de Trump es un grave error de dimensiones históricas, del que terminará arrepintiendo”. Para Tibi, integrante del grupo parlamentario Lista Árabe Unida –tercera fuerza política en la Knesset con 13 diputados– “Jerusalén debe ser una capital compartida por dos Estados, Israel y Palestina”.
A pesar de la nueva ola de violencia desatada por la iniciativa de Trump, la sensación en la calle palestina no es que se avecine esa tercera Intifada. El hecho de que desde la Autoridad Nacional Palestina se estimulen las protestas populares, pero no haya rescindido la coordinación de seguridad (mecanismo de colaboración entre el ejército israelí y las fuerzas de seguridad palestinas en Cis- jordania), tal como hizo el pasado mes de julio, apunta a que no está interesada en que la violencia escale. Igualmente, el hecho de que Hamás haya llamado a la Intifada pero sólo permita el lanzamiento puntual de cohetes de pequeña carga explosiva permite deducir que tampoco desea librar una cuarta guerra de Gaza.
Quizás Trump termine consiguiendo lo que los partidos palestinos no han logrado por sí mismos. Esto es, que se ponga fecha a las elecciones presidenciales y legislativas pendientes desde 2010 y tras la celebración de éstas, una renovada Autoridad Nacional Palestina tendría que pujar con Israel por mantener bajo su control alguno de los barrios árabes de Jerusalén oriental dentro de las negociaciones del llamado Estatuto definitivo.