Con gen peronista y un ayer de mozo y lavacopas
Con familia peronista por parte de su madre, y un tío sindicalista, “pude haber sido peronista, pegué en el palo”, confiesa Gerardo Morales. Pero corría 1982, la Franja Morada se hacía fuerte en la Universidad jujeña donde estudiaba para contador y “Alfonsín me marcó mucho. En cambio, el peronismo tuvo un rol patético en ese proceso”, sostiene.
De Alfonsín cuenta dos anécdotas: una, cuando en 1987 junto a otros dirigentes de la Juventud Radical -Carlos Raimundi entre otros, recuerda- “fuimos a Olivos a hacerle un reclamo contra la ley de Obediencia Debida. Pero no le pude decir nada”. En 2002, Alfonsín era senador y Morales llegaba como senador electo. Todavía le impresiona el enojo con algún puñetazo sobre la mesa del líder radical en reunión de bloque, amonestando a un par de altos dirigentes que no concordaban con imponer retenciones a la soja, medida que sería decisiva para la recuperación económica luego de la gran crisis. Entre Jujuy y compromisos en Buenos Aires, Morales trata de retomar el gimnasio - solía concurrir a Megatlón y quienes lo han visto, testifican que movía “muchos” kilos-. Igual los domingos corre 8 kilómetros, busca estar en forma y jura que no bebe más que un vaso de vino tinto. ¿Su última ambición? “Aprender a tocar el saxo”. Sus abuelos paternos eran bolivianos (la abuela, de Tupiza) que migraron a Jujuy, y su padre nació en La Quiaca. Los maternos provenientes de Almuñecar, Granada, llegaron en 1917 a trabajar al ingenio Ledesma, y se conocie- ron en el barco. La mamá de Morales, Carmen, hoy de 92 años, nació en Fraile Pintado y sobrevive ya por décadas al papá, ferroviario, que murió a los 48 años, de cáncer. Morales trabajó de mozo, lavacopas, en la obra social de la provincia y en un estudio contable. También fue profesor concursado: “La docencia me apasiona”, define. Fue tres veces candidato a la gobernación, hasta que la cuarta, en 2015, fue la vencida. “Debo ser de los que más elecciones perdieron”, dice y contraría las teorías de los fracasos -y retiros- prematuros. Ganó con un amplio acuerdo y una pata peronista disidente fuerte, mientras el PJ oficial se desgastaba con el poder paralelo de Milagro Sala. Salvo el kirchnerismo, todos los candidatos presidenciales lo llevaron para gobernador: Mauricio Macri, Sergio Massa, Margarita Stolbizer, Adolfo Rodríguez Saá. Ya había explorado los armados amplios, desde animador del Acuerdo Cívico y Social; a secundar en 2007 a Roberto Lavagna -peronista- en la fórmula presidencial con que la UCR buscó dar pelea al por entonces imbatible kirchnerismo. Morales tiene larga experiencia parlamentaria, habla pausado, mide sus palabras. Pero no puede ocultar su encono -como se ve en la entrevista- hacia el periodista Horacio Verbitsky y el rol del CELS, que lo apuntaron duro por la detención de Milagro Sala. Morales tiene un recuerdo amargo de la experiencia de la Alianza, que lo tuvo de viceministro de Desarrollo Social. Hace una crítica tácita al rol de Fernando de la Rúa. “Alfonsín, o Mauricio, hubieran comandado de otra manera la crisis, tienen huevos para situaciones difíciles”.