Una abuela feliz por la escuela pública a la que concurre su nieta

Ahora que está por terminar el ciclo lectivo 2017 no puedo dejar de mencionar una escuela pública excelente. Mi nieta concurre al Jardín “Mariano Boedo”, del barrio de Boedo, a la Salita de cuatro años.

Mi experiencia como abuela, cuando la acompaño, es entrar todas las mañanas a una zona donde se respira calidez, responsabilidad profesional y fundamentalmente paz. Desde su directora, Laura; su vicedirectora, Grisel, hasta todas las “seños” y el “seño” (porque hay un maestro jardinero) de las salitas de dos a cinco años, quienes reciben a los nenes y a las familias con una sonrisa amplia y sincera.

Las ceremonias que se viven son cálidas, sencillas. Por ejemplo, un día cualquiera, se iza bandera, luego cada semana se canta una canción infantil diferente, se comparten las novedades, ya sean cumpleaños, nacimientos etc.

Todo fluye y sucede en un clima tal que padres y abuelos no podemos dejar de emocionarnos ante tal demostración de auténtica vocación y profesionalidad.

Otro dato: la escuela está siempre impecable y la Cooperadora trabaja muchísimo para poder dotar al Jardín de los insumos necesarios. Por ello en esta época en que la docencia está tan vapuleada necesito resaltar el trabajo cotidiano de estos Maestros (sí, es necesario ponerlo así, con con mayúscula) que dejan de lado sus problemas para brindarse sin pausas a estos nenes que en el futuro no dejarán de acordarse del ambiente feliz de su Jardín. Falta que les diga algo, y es necesario que lo tengamos bien presente: es una escuela pública de la ciudad de Buenos Aires.