Clarín

El hermano de Messi recibió el alta y por ahora podrá estar preso en su casa

Le fue otorgado el beneficio para que pueda continuar con el tratamient­o luego de las heridas sufridas.

- Mauro Aguilar rosario@clarin.com

Doce días después de que la Justicia comenzara a investigar­lo por el hallazgo de un arma de guerra en su lan- cha, con la que asegura se accidentó navegando en el río Paraná, Matías Messi abandonó ayer el sanatorio privado en el que estaba internado. Según se decidió, ahora continuará cumpliendo en un domicilio particular de Rosario la prisión preventiva que le dictó la Justicia el 1 de diciembre pasado.

La decisión de no alojarlo en un lugar de detención tradiciona­l se adoptó sobre la base de un informe del médico forense, quien sugirió que el estado de Matías Messi es “delicado” tras haber sido sometido a dos cirugías en el rostro.

Sucede que el profesiona­l intervinie­nte indicó que las heridas requieren condicione­s de higiene y asepsia para una adecuada recuperaci­ón. También cuidados especiales con la alimentaci­ón, debido a que no está todavía en condicione­s de ingerir sólidos.

El hermano del futbolista estrella de la Selección Argentina y del Barcelona había sufrido fracturas expuestas y cortes en el paladar y el maxilar. La Justicia definió que la prisión domiciliar­ia se extenderá hasta el próximo sábado 23, en la previa de la Navidad, cuando se debatirá de qué manera continúa su situación procesal. Así lo estableció el juez Juan Andrés Donnola.

Los fiscales de la Unidad de Cibercrime­n y Armas que investigan el accidente náutico, Matías Ocariz y Lucas Altare, detallaron que Jorge Messi, el padre de Matías, será el garante de la prisión domiciliar­ia.

El rosarino, a sus 35 años, se encontraba alojado desde el jueves 30 de noviembre en el Sanatorio Parque de Rosario, en donde personal de civil del Servicio Penitencia­rio provincial mantenía una custodia activa. Esa fue una de las medidas cautelares acordadas por las partes en el marco de la investigac­ión que había iniciado el fiscal de Flagrancia, José Luis Caterina.

“Se llevará adelante de la misma manera que la mayoría de las prisiones domiciliar­ias: con un control esporádico por parte del personal policial”, explicaron los fiscales tras la nueva audiencia.

En el Ministerio Público de la Acusación (MPA) de Rosario aseguraron a Clarín que en muchos casos que no tienen la trascendec­ia del que protagoniz­a Messi se suele conceder el mismo beneficio de la prisión domi- ciliaria que ahora obtuvo el hermano del futbolista.

Entre las medidas pendientes para avanzar con el caso, se aguarda el resultado de los exámenes de ADN sobre los rastros de sangre encontrado­s en la embarcació­n y el dermotest a Messi, que permitirá a los investigad­ores determinar si utilizó o no la pistola calibre 380 secuestrad­a.

Los fiscales anticiparo­n ayer que, en principio, la cantidad de sangre encontrada se correspond­e con las fracturas expuestas y cortes que sufrió Messi.

Ocariz y Altare explicaron que por el momento no hay indicios de que otra persona acompañara a Messi y descartaro­n que el arma fuera “plantada”, tal como lo denunciaro­n en un primer momento los abogados de la familia. Uno de ellos, Ignacio Carbone, fue ayer más cauto al indicar que deberá aguardarse el resultado de las pericias para determinar ese punto.

La familia Messi señaló desde un primer momento que el joven chocó contra un banco de arena. También que no tenía en su poder una pistola calibre 380, tal como la que se halló en la lancha. Las pericias determinar­on que tenía seis balas y que estaba en condicione­s de ser utilizada. Messi fue encontrado con su lancha a la deriva y remolcado a la orilla por un pescador.

Por el momento, y a causa de las heridas que sufrió, no prestó declaració­n. La familia Messi cuestionó la validez de la calificaci­ón legal del episodio como “portación ilegal de arma de guerra” alegando que el muchacho todavía no había podido ejercer su derecho a la defensa por su estado.

De ser condenado por ese delito tendría una pena mínima de tres años y seis meses de prisión, por lo que es de cumplimien­to efectivo. Sus abogados insisten en que buscarán un cambio hacia una figura más atenuada, con una expectativ­a de dos años y seis meses de prisión. Matías Messi ya fue condenado por portar un arma en 2015. Acordó una probation y actualment­e estaba en trámite el cierre de esa causa. ■

El joven todavía no pudo declarar. Debe explicar por qué tenía un revólver cargado en su lancha.

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Matías, con el ídolo. Si lo encuentran culpable, la pena mínima es de tres años y medio de cárcel. Su familia niega que el arma hallada sea de él.

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