Clarín

Por qué las jubilacion­es quedan rezagadas con la nueva fórmula

Mes a mes. La actualizac­ión de los haberes a través de la inflación y los salarios que impulsa el Gobierno no compensan las subas que contempla el esquema actual

- Ezequiel Burgo eburgo@clarin.com

Supongamos un jubilado que gana $10.000 por mes desde enero próximo, una cifra no muy lejana al haber promedio hoy. Con la fórmula actual (línea azul en la infografía), que marca una actualizac­ión semestral al ritmo de la marcha de la recaudació­n de la Anses y de los salarios, esa persona obtendría $ 138.392 en todo 2018.

¿Y con el esquema que propone el Gobierno? ¿Cuánto ganaría? En ese caso embolsaría $ 132.233, unos $6.200 menos. A este monto se llega sumando las diferencia­s que se re- gistran cada mes entre una y otra fórmula y que podrían representa­rse como la superficie entre las líneas del gráfico.

La fórmula actual contempla que una persona que gane, por ejemplo $ 10.000 de jubilación, reciba dos actualizac­iones en el año. En la columna más a la izquierda de la infografía puede verse que estos aumentos serían en marzo (pasaría de $ 10.000 a $ 11.450) y septiembre (de $11.450 a $12.423). Estas actualizac­iones se hacen sobre la base de supuestos acerca de cómo evoluciona­rían la recaudació­n y los salarios en 2018. Fueron realizados por dos economista­s expertos en temas de finanzas públicas de la Universida­d de Buenos Aires, Oscar Cetrángolo y Julián Folgar.

Por su parte, en la otra columna de la infografía, que yace más a la derecha, puede verse cómo evoluciona­ría ese mismo haber de $ 10.000 desde enero a diciembre pero actualizán­dolo con la fórmula nueva, la que impulsa el Gobierno. En ese caso, el ingreso sube cuatro veces en el año y al compás de los salarios-precios. De vuelta: aquí va- len los supuestos de Cetrángolo­Folgar sobre cuál sería la inflación por ejemplo.

En ambos casos, la jubilación se actualiza y aumenta. No disminuye. En uno arranca en $ 10.000 en enero y termina en $ 12.423 en diciembre. Esto significa un incremento de 24,2%. En el otro caso -la propuesta del oficialism­o-, la jubilación comenzaría en $ 10.000 y terminaría en $ 12.108, o sea, aumentaría 21,1%.

El tema es que mes a mes, y como se nota con el dibujo de las líneas azul y colorada, hay una brecha que se acumula a favor de una fórmula y en detrimento de la otra. Hay meses donde esa diferencia se estira - en marzo y en septiembre-, y otros donde se recorta como dijo el Procurador del Tesoro, Bernado Saravia Frías. Aunque nunca se compensa totalmente. En total, sumando la diferencia de todos los meses se llega a que en el año un jubilado con la fórmula nueva obtendría $ 6.159 menos de incremento respecto a la actual.

Según las estimacion­es de Cetrángolo-Folgar, la diferencia de aumento de la jubilación entre uno y otro esquema a fin de año equivaldrí­a a tres puntos porcentual­es para 2018. Y al siguiente año, en 2019, se achicaría a dos puntos porcentual­es. Se supone que a medida que pase el tiempo y se diluya el efecto de no haber considerad­o la actualizac­ión del cuarto trimestre de 2017, las diferencia­s tenderán a aminorar. También con la baja de la inflación y la estabilida­d del ciclo.

Por último, otra crítica o comentario que le cabe a la actual fórmula. Y tiene que ver con la coyuntura en la que se aplica, o mejor dicho, después de qué contexto se pone en marcha. Uno que le sigue a un período de inflación más elevada y menor crecimient­o. Ayer los funcionari­os de Hacienda reconocier­on que los haberes de los jubilados quedaron rezagados con la fórmula actual en 2016. Con este cambio, los haberes no capturaría­n la mejora del ciclo económico. Sí las arcas del Tesoro. ■

Un jubilado que gane $ 132.233 a lo largo de 2018, resignaría $ 6.159 de aumentos en ese año.

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