La familia de Boca armó una fiesta popular y piensa en la Libertadores
En una Bombonera repleta, más de 30.000 fanáticos compartieron su pasión. El sueño es volver a ganar la Copa.
Nadie esperaba que sucediera algo diferente en otro 12 de diciembre (“El Doce del Doce”), pero igual presenciarlo no deja de llamar la atención. En una Bombonera repleta de azul y oro, con mucho color y calor, y en absoluta tranquilidad, los fanáticos celebraron el Día del Hincha de Boca, que culminó con un gran show de fuegos artificiales. Sólo el sector de palcos no estuvo habilitado en el Alberto J. Armando. El resto del estadio lució a tope y latió, como se suele decir. Como para que la gente se contagiara a la hora de entonar las típicas canciones de cancha.
Los cánticos se dividieron en dos estilos, por las letras entonadas. Lo principal fue alentar a Boca, con versos conocidísimos como “Boca, yo te sigo a todas partes” y “Cada día te quiero mas / Oh, soy de Boca, es un sentimiento, no puedo parar”. Y, claro, se veían venir las canciones contra el clásico rival. Entonces se escucharon “¡Vos sos de la B!” o “El que no salta se va a la B”.
La gente llegó al estadio con mucha tranquilidad y muchas horas antes de la señalada para divertirse. Vinieron en micros particulares, colectivos, autos y muchos a pie, desde Constitución. Amigos en banda, parejas acurrucadas que entre beso y beso saciaban su sed boquense y familias con el azul y oro en la sangre.
“¡Vení, vení, cantá conmigo, que un amigo vas a encontrar! ¡Que de la mano de los Mellizos todos la vuelta vamos a dar!”. El canto atronó en la Bombonera, con las dieciocho copas internacionales bien dispuestas en el campo de juego. Y quedó claro en la charla de Clarín con los hinchas que el único pedido es ganar la Copa Libertadores.
Antonio Fischera, hincha xeneize de toda la vida, le confesó a este diario que tuvo que pedirse el día en el trabajo para asistir a esta fiesta. “Lo volvería a hacer, porque esto es Boca, es algo inigualable y soy capaz de dejar todo por estos colores”, dijo. Como él, miles de hinchas de todas partes se hicieron presente en este festejo que juntó más de 30.000 personas.
Otro hincha azul y oro, Patricio González, del barrio de Caballito y empilchado con gorro, camiseta y bandera de Boca, contó que la mayor alegría que el club le dio en el año fue haberle ganado a River (2-1 en el Monumental) y que “este equipo pasará a la historia por haber mantenido la punta de la Superliga por un año”.
Si bien el apoyo de la gente hacia los Mellizos Barros Schelotto es unánime, hay quienes se dejaron caer en la duda luego de las dos derrotas sufridas frente a Racing y a Rosario Central, demostrando lo que es Boca: ganar siempre, cueste lo que cueste.
Si algo dejó en claro el hincha en esta fiesta que se vivió en la Bombonera, fue la obsesión por volver a ganar un torneo internacional, algo que no se consigue desde 2008, cuando conquistó la Recopa Sudamericana ante Arsenal.
Esa obsesión la demostró Paola Ca-
tramado, fanática xeneize que contó: “Boca tiene que ganar títulos internacionales por obligación. Cambiaría el año entero en la punta por ganar el año que viene la Libertadores”.
Con esa locura por ese torneo que se convirtió en habitual para el equipo y para los hinchas de Boca, Eduardo Beltrán aseguró que sólo se ganará el tan ansiado trofeo si se reemplaza adecuadamente a Darío Benedetto, lamentando -como todos los hinchas- la lesión del goleador del plantel.
A diferencia de otros años, esta fiesta en la Bombonera se vivió con mucha pasión, mucha tranquilidad -más allá de algunos que se colgaron de los alambrados- y, sobre todo, con un enorme espíritu familiar. Tal es así que los hinchas, desde las bandejas, lanzaron peluches al campo de juego para que chicos carenciados tengan su regalo de Navidad. ■