Rajoy ordena blindar la frontera española para detener a Puigdemont
Madrid teme que el ex presidente catalán ingrese oculto al país para liderar el último tramo de la campaña.
Por expresa orden del presidente del gobierno, Mariano Rajoy, el ministerio del Interior ha iniciado el despliegue de efectivos de la Guardia Civil y la Policía para detener al ex titular de la Generalitat, Carles Puigdemont, si llegara a entrar España antes de las elecciones del 21 de diciembre.
El ex presidente del defenestrado gobierno catalán, junto con varios consellers (ministros) huyó a Bruselas, Bélgica, poco después de proclamar la independencia y la República dos veces, aunque sin consecuencias legales. Fue de inmediato procesado por rebelión, sedición y malversación de fondos. Pero no se presentó ante el Tribunal Supremo, por lo que es un prófugo de la justicia.
Su estrategia ahora es ganar la mayoría de diputados reivindicando que el suyo es “el único gobierno legítimo”. Es una carrera desesperada con- tra sus socios-adversarios de Esquerra Republicana, encabezados por la candidatura del detenido Oriol Junqueras, quien también se postula al mismo máximo cargo. Junqueras, a quien todos daban como seguro ganador, ha visto crecer constantemente los votos favorables a Puigdemont.
Desde su refugio en Bélgica el ex presidente protagoniza numerosos actos diarios, entrevistas y toda clase de apariciones en medios internacionales. Mientras tanto, desde su prisión madrileña, a Oriol Junqueras so- lo le queda el recurso exiguo del papel y el bolígrafo para enviar soflamas a sus partidarios.
Esta disparidad ayuda a la ruptura del equilibrio a favor del Puigdemont. Pero sus ambiciones de volver por obra de algún milagro jurídico, se basan en ganar por votos a Junqueras, a quien incluso ha intimado a que lo vote en caso de no igualarlo en sufragio porque “yo soy el legítimo”.
Este argumento se viene abajo si no obtiene más votos que Junqueras que, hasta ahora, sigue primero en los sondeos, solo superado por la candidata liberal anti secesionista Inés Arrimadas.
Por eso, hace tiempo que Puigdemont planea un gran golpe de efecto. Como la orden de extradición ha sido dejada sin efecto por España, está en libertad como cualquier ciudadano europeo.
Un grupo mayoritario de sus asesores y dirigentes en Bruselas es partidario de que se esfume de Bélgica y emprenda una carrera desesperada por Francia disfrazado, oculto en un vehículo o cualquier otro transporte y pueda entrar a España.
Entonces, Puigdemont se presentaría en el último acto de campaña para dar la gran sorpresa y dirigir un último mensaje antes de ir a la cárcel, como es inevitable. Como no existe ninguna sentencia firme contra él, lo mismo que en el caso de Junqueras y otros arrestados, puede ser elegido diputado porque figura encabezando las listas oficializadas de Juntos por Cataluña.
Después, el ex presidente iniciaría una campaña para que se le permitiera asumir como presidente del nuevo gobierno de la Generalitat de Cataluña, una insólita situación del máximo representante de la Comunidad Autónoma dirigiéndola desde la prisión. ■
La estrategia de Puigdemont ahora es ganar la mayoría de diputados posibles.