Clarín

Janucá y Navidad: celebracio­nes ecuménicas

- Presidente del Centro de Investigac­ión y Difusión de la Cultura sefardí. CIDICSEF Mario Eduardo Cohen

Ya forma parte del paisaje urbano el encendido de luminarias en candelabro­s gigantes en varias plazas de Buenos Aires, del conurbano y en ciudades del interior donde hay comunidade­s judías. Lo mismo ocurre en otras grandes capitales del mundo actual. Este año coinciden con árboles de Navidad ya previament­e iluminados. Candelabro­s y árboles de Navidad conviven hoy en las grandes urbes y se erigen como mudos testigos de una era de convivenci­a.

¿ Cuál es el significad­o de la fiesta de las luminarias ( o Janucá) que festejamos los judíos en estos días? ¿ Cuál es la razón de darle vida a la luz? ¿ Cuál es el motivo de estos encendidos públicos?.

¿Qué es Janucá? En muy pocas palabras, es la evocación de una de las primeras luchas por la libertad religiosa que se conoce en la historia de la humanidad. Esta ocurrió hace unos 22 siglos atrás.

¿ Por qué en esta época en los Estados Unidos es común ver carteles con este texto: “Happy Hanukkah, Merry Christmas” ( feliz Janucá y feliz Navidad)?. ¿ Tienen algo en común el período de la Navidad al Año Nuevo ( católico y protestant­e) con la Janucá? Los estudiosos han encon- trado algunos puntos en común solamente en el ritual: ambas comienzan un día 25 ( 25 de diciembre la Navidad y 25 del mes hebreo de Kislev la Janucá), tienen una duración de 8 días ( desde Navidad hasta Año Nuevo y los 8 días de Janucá), en las dos religiones se realizan alegres reuniones familiares y los chicos reciben regalos.

Otro detalle importante es la importanci­a que ambas tradicione­s le dan en estos días a “la luz”. Debe tenerse en cuenta que estas festividad­es tuvieron su origen en el Hemisferio Norte donde las oscuras noches invernales son las más largas del año y la luz en estas condicione­s adquiere un significad­o difícil de valorar en nuestras latitudes y en la era actual de la iluminació­n eléctrica.

La festividad de Janucá ( literal: inauguraci­ón) evoca el levantamie­nto popular de los macabeos contar el rey greco sirio Antíoco IV Epífanes. Éste había pretendido helenizar a la fuerza al pueblo hebreo ( incluso llegó a poner prostituta­s en el Templo de Jerusalén).

Al reconquist­ar Jerusalén pudieron re inaugurar el Templo y encender el candelabro. Allí ocurrió lo que se conoce como “el milagro de Janucá”: el aceite que servía para sólo un día alcanzó para ocho. La tradición señala también la valentía de dos mujeres: Janá ( también llamada Salomé) vio morir sus siete hijos por no apostar de sus creencias y Judith sedujo, emborrachó y finalmente mató al comandante Holofermes. Nos preguntába­mos al inicio el por qué de las ceremonias públicas de encendido de las luminarias de Janucá. Estas luces tienen por objetivo – de acuerdo a Maimónides ( siglo XII)-“hacer público el milagro y aumentar así la alabanza y agradecimi­ento al Todopodero­so”.

Janucá celebra los derechos de las minorías a ser diferentes, a expresar sus sentimient­os y a practicar sus costumbres y tradicione­s. Nuestra época se caracteriz­a por la llamada globalizac­ión, que trae como consecuenc­ia la pérdida de la identidad de las minorías.

En conclusión, debemos señalar hoy que, lamentable­mente, Antíoco IV no ha sido el único intolerant­e de la historia humana. Muchos otros lo han seguido, intentando imponer su ideología o religión por la fuerza a naciones enteras.

Señor lector, en el espíritu de convivenci­a de estos días saludamos con un ¡ Feliz Navidad, Feliz Janucá! ■

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