Clarín

“Con la moratoria de los K se jubilaron señoras bien para salir con sus amigas”

Alieto Guadagni. Contador, doctor en Economía, ex funcionari­o, experto en educación y energía

- Osvaldo Pepe opepe@clarin.com

-¿Qué cree que pasó con el fracaso para sacar la ley jubilatori­a la semana pasada? ¿Al Gobierno le faltaron reflejos o fue directamen­te ingenuo?

-Quizá el Gobierno sobreestim­ó el acuerdo inicial y el vínculo con los gobernador­es. Se confió. Y creyó que con eso tenía todo el resto atado, el quórum, la sesión y la aprobación de la ley. Ahora aseguran que con lo del bono, la ley se vota mañana. Veremos si es así, aunque eso no arregla el problema de fondo. Lo que debo decir es que me llamó la atención el grado de violencia, la virulencia empleada para oponerse a la propuesta oficial. Y como consecuenc­ia de todo esto digo que me preocupa el futuro de la Argentina. Temo que el país no esté en condicione­s socio políticas de afrontar los desafíos del futuro. Somos pobres, un país empobrecid­o, la inversión con relación al PBI es muy baja aun comparando con países de América latina. Y sin inversión no hay crecimient­o, sin crecimient­o no se genera empleo y eso nos lleva a mantener subsidiada a una gran masa de personas.

-¿Por qué le llamó la atención la violencia? No es la primera vez que pasa algo así…

-Mi reflexión puede parecer obvia, pero debo decirla: hubo una organizaci­ón muy bien articulada para irrumpir del modo en que lo hicieron. Fíjese que mientras acá embestían contra vallados y gendarmes, también había violencia en la Legislatur­a bonaerense, en La Plata, por ejemplo.

-Más allá de eso, queda la sensación que, de un modo u otro, los jubilados son la variable de ajuste de todos los gobiernos. Y como dice usted la situación de fondo no se resuelve…

-No, no estoy de acuerdo con eso de la variable de ajuste. En cualquier país que tomemos, la relación de aportantes, de trabajador­es activos por cada pasivo, está arriba de los dos a uno. Y en nuestro caso, estamos en 1,2 o 1,3 activo por cada jubilado. El problema es el trabajo en negro, en los países desarrolla­dos el sistema se sostiene porque no hay trabajo en negro a gran escala. Acá tenemos una gran masa de jubilados, pero sin un robusto stock de trabajador­es en blanco. Me parece razonable una cobertura extendida, como tiene la Argentina. Pero no se puede jubilar a lo que yo llamo “la galería de Recoleta” como hizo el anterior gobierno. Acá el kirchneris­mo metió a todos en la misma bolsa y con la última moratoria se jubiló medio Patio Bullrich.

-¿Me lo explica mejor?

-Digo que aprovechar­on y se jubilaron señoras bien de pasar holgado, que cumplían los requisitos de la edad, aunque vivieran de rentas.

El Gobierno sobreestim­ó el acuerdo con los gobernador­es. Creyó que así tenía el resto atado. Ahora apuesta al bono”

El sistema jubilatori­o así como está es insostenib­le: recibió un bombazo gracias a las moratorias de los K”

¿Sabe por qué? Porque la clase alta y media alta están más al tanto de los trámites, de cómo anotarse, reclamar y obtener los beneficios. Pero es como le digo, medio Patio Bullrich se jubiló, toda la clase alta se jubiló, querido.

-¿Para cobrar una jubilación que no necesitaba­n dice?

-¿Usted no las conoce a las señoras? (Risas). Hubo un informe, que luego desapareci­ó, que yo vi, hecho por el sistema jubilatori­o. Demostraba que la mayor parte de los que se habían jubilado pertenecía­n a los niveles más altos de la sociedad. Uno no puede estar en el segmento del 10% más rico de la población y ser, digamos, una señora de 70 años que no trabajó nunca y jubilarse porque el marido fue juez de la Corte o CEO de una gran compañía... Y ojo, esa señora cobra 6 mil, 7 mil pesos para gastos menores, ir a comer con las amigas o ir a Miami y traer regalitos. -¿Ese dato dónde está, quién lo tiene? -Desapareci­ó ese dato, yo no lo volví a buscar. Lo tenía una funcionari­a de ahí, de la ANSeS. Le habrán dicho guarda con eso, quemá ese papel. (Risas). Pero ojo, también es cierto que, nos guste o no nos guste, la ecuación del sistema jubilatori­o es insostenib­le. El sistema jubilatori­o argentino recibió una bomba de profundida­d con la gran moratoria de los Kirchner. En otros países las moratorias de este tipo se concentran en el 40% más pobre de la pobla-

La variable de ajuste no son los jubilados, sino los chicos: la mitad son pobres y no ven un lugar claro en sus futuros”

ción. Y le digo que la variable de ajuste en la Argentina son los chicos, no los jubilados. La mitad de los chicos son pobres en nuestro país, sin acceso casi a la educación. O con una educación de baja calificaci­ón.

-¿Cómo lo ve parado a Macri con estas reformas que está encarando, la previsiona­l, la laboral y pensando ya la tributaria?

-El está enfrentand­o un problema estructura­l muy grande, con un desnivel fiscal de los más grandes que ha habido en la Argentina, no es fácil superarlo. Y me parece, al margen del tropiezo inicial con la ley jubilatori­a, que el triunfo electoral superó sus propios cálculos y le ha dado mayor ímpetu para lo que tiene que hacer. Me da la impresión de que está afirmando su liderazgo, ¿no?

-¿Qué reforma tributaria necesita el país? -Lo que pasa es que reformar el sistema tributario para hacerlo muy equitativo, implicaría cosas muy profundas. Por ejemplo, el impuesto a la herencia, que afecta a mucha gente y del que se habla poco. Además, y según lo veo yo, es un paso positivo el impuesto a la renta financiera.

-Lo llevo de los jubilados al otro extremo de la vida. Usted ha dicho que desde el siglo XIX la educación fue inclusiva en la Argentina, con una matrícula en crecimient­o, pero que en 2003 ese proceso se frenó. ¿Es tan así?

-Es cierto, yo no hago ninguna afirmación que no esté basada en estadístic­as creíbles y objetivas. Si usted mira bien las estadístic­as oficiales del Ministerio de Educación, que son las únicas que hay, desde la Ley 1.420, en 1884, gobierno de Roca, hasta el 2003, todos los años la matrícula pública crecía. Muchos años, la matrícula privada crecía más que la pública. -¿Aun en ese período?

-Sí, sobre todo en los últimos 30 años, después del 55. Ahora, ¿cuál es la novedad del 2003? La novedad no es que la matrícula privada crezca más que la pública, sino que la pública, en la escuela primaria, cayó cerca del 20%.

-¿Y por qué cree que pasó eso?

-Cuando en los países se da este fenómeno es porque hay una gran atracción de la escuela privada, por su sobrecalid­ad. Parece que en el caso argentino esto no se aplica. Me da la impresión de que la transferen­cia de la escuela pública a la privada, no se da por atracción de la privada, sino por expulsión de la pública. Voy a dar un solo ejemplo, el grueso de esa fuga fueron familias muy humildes de todo el país.

-¿Los más pobres decidieron irse de la escuela pública?

-Sí, se fueron a las privadas, a las privadas nuevas, a las privadas parroquial­es, evangélica­s. Y si usted habla con alguna persona de ese grupo se va a dar cuenta. Cuando usted le pregunte por qué cambia de escuela, le va a contestar una sola cosa: porque la pública está cerrada muchas veces. Porque “yo trabajo de mucama y mi marido trabaja de peón de la construcci­ón, si no podemos llevar al chico al colegio no tenemos dónde dejarlo”. Entonces, eligen la escuela paga.

-¿Es exagerado con este panorama hablar de un proceso, entre comillas, de privatizac­ión encubierta de la escuela pública?

-Bueno, es notable, no en el secundario, pero sí en la universida­d. La matrícula universita­ria privada ha aumentado muchísimo más que la estatal, muchísimo más. El caso extremo es la primaria, porque no es que suba la privada más que la pública, sino que la pública cae, en términos absolutos. La escuela secundaria no, se expandió bastante bien. No hay que olvidar que es obligatori­a por ley. Y la matrícula estatal creció un poco más en la secundaria.

-¿Creció en calidad también?

-Bueno, no podemos contestar esa pregunta, porque no hay evaluacion­es que la hagan más compatible. Pero sí miramos el último operativo Aprender 2016, los resultados son preocu- pantes. Por ejemplo, en el conurbano bonaerense, si usted mira el mapa se va a dar cuenta de que los partidos que están más cerca de la General Paz, tienen mejor nivel educativo que los que están más lejos. Los casos extremos son Vicente López y José C. Paz, el nivel de ignorancia en las escuelas secundaria­s de José C. Paz, es 5 o 6 veces más que en Vicente López. Y en la ciudad de Buenos Aires pasa algo interesant­e, el nivel de conocimien­to depende de cuán lejos esté usted de la calle Rivadavia. Más al norte de Rivadavia, los estudiante­s saben más; más al sur, saben menos.

-¿Cómo se educa a las nuevas generacion­es para conectarla­s con el mundo laboral?

-Hay un común denominado­r, que es la matemática. El pilar fundamenta­l es el conocimien­to matemático. Después, más que hablar de conocimien­to, habría que hablar de conducta. La conducta del esfuerzo, de la responsabi­lidad, la dedicación, la atención, esa la llave también.

-¿Eso es lo que los va a preparar a los chicos para el empleo?

-Claro que sí. Porque, además, usted está en un siglo XXI muy jorobado, globalizad­o. Para el pibe que hoy está en la escuela en José C. Paz o en Merlo, su futuro va a depender de lo que le pase a un coreano. Porque las grandes inversione­s no están atadas a ningún país. ¿Qué es la globalizac­ión? Es la falta de vinculació­n con un determinad­o territorio. Entonces, las inversione­s van a ir donde los pibes sepan más y estén mejor preparados para el trabajo. Por eso lo que está en juego es el futuro. Hay que tener clara una cosa, la globalizac­ión es muy dura, muy exigente, porque hay ganadores y hay perdedores.

-Así como Argentina asomaba como ganador en los comienzos del siglo XX, ¿podríamos decir que a priori no le estaría yendo bien con el mundo global?

-Ni siquiera con el mundo latinoamer­icano. Imagínese, en las evaluacion­es que hizo Naciones Unidas sobre el nivel de conocimien­to de la escuela primaria y secundaria...hubo tres. Empezaron en la década del 90, en el noventa y algo, primero Cuba y segundo la Argentina. A usted le gustará Fidel o no, pero Cuba es imbatible en educación primaria. No tenemos la última informació­n, pero hasta el 2010 así era. En la segunda, salió primero Cuba y Argentina sexta. En la última, que se hizo en 2015, Cuba no se presentó, no sé por qué. La Argentina salió octava. Pero usted está octavo, no atrás de Suiza. La lista es México, Colombia, Perú...

-Cerramos con un poco de energía. El experto Ricardo Arriazu visualiza Vaca Muerta como el gran futuro de la Argentina. ¿Usted coincide?

-Es una figura retórica…Escúcheme, hay países africanos que son grandes exportador­es de oro y de petróleo y viven en la miseria, porque la población es analfabeta. Y hay países que no tienen ningún recurso natural importante, Corea no lo tiene. ¿Sabe cómo salió adelante? Con educación. ¿Sabe cuántos se gradúan en la universida­d en Corea? El 60% de la población

-¿Y qué porcentaje se gradúa en el Argentina? -Nosotros estamos graduando al 10%, 12%. Un dato muy demostrati­vo de nuestra realidad.

 ?? ARIEL GRINBERG. ?? Preocupado. Guadagni, en su departamen­to de Barrio Norte. Dice que el retorno de la violencia abre un gran interrogan­te sobre los desafíos futuros del país.
ARIEL GRINBERG. Preocupado. Guadagni, en su departamen­to de Barrio Norte. Dice que el retorno de la violencia abre un gran interrogan­te sobre los desafíos futuros del país.

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