Aquel abrazo y llanto de su padre el 17 de Octubre
Los ojos se le nublan un poco, aún hoy, cuando evoca un momento muy triste su infancia. “Mamá se enfermó de tuberculosis y estuve tres años sin ella, entonces el aislamiento era inevitable”. Aquel tiempo y una carta que tiene enmarcada en su departamento de la avenida Quintana, con paredes tapizadas de recuerdos de su dilatada trayectoria política, son marcas intensas de los años primeros. Está fechada el 28 de marzo de 1950, con el encabezado riguroso Año del Libertador General San Martín, y la escribió Alieto Fidel Guadagni a su hijo, Alieto Aldo, quien por entonces, muy joven, ya trabajaba en Agua y Energía del Valle de Río Negro. Dice en algunos de sus párrafos: “Espero ... que cuando vuelvas a Capital, vengas acompañado de un buen informe, que te ha de servir en el futuro para otras empresas más bravas. Que todo ello te redundará en bien de la Patria, de Juancito ( se refiere al general Perón) y tuyo...y mío. ¡Qué caray!” En el texto, hecho a máquina, al pie se lee, con humor: “Nota: disculpá la letra”.
Pero si hubo algo que determinó su voracidad por los libros, la política y el debate fue la mesa familiar de los domingos en casa de su abuelo, siempre con pastas caseras como menú infaltable. Ese pibe criado en Boedo, entre conventillos, tango y fútbol (“Jugábamos a la pelota todo el día, con una media o con papeles”) tuvo su primera uni- versidad en aquellos domingos encendidos y en las bibliotecas populares: “Yo me escapaba al comité socialista, lleno de libros de historia. Pero eso venía de la familia también, eran todos leídos. Por ejemplo, un tío mío, italiano, era comunista, leía, era peón y el leía los clásicos en italiano, impresionante. Mi abuelo, que era fascista, mi tío abuelo, que era comunista y una tía abuela, que era liberal republicana. Los tres italianos. ¿Se imagina, no? Yo tenía 8 años y recuerdo que siempre discutían dos contra uno. Por ejemplo, cuando se trataba de la propiedad privada, el fascista y la liberal discutían contra el comunista. Cuando se trataba de la guerra, la liberal republicana y el comunista, discutían contra el fascista. Siempre dos contra uno...Yo escuchaba, escuchaba... cuatro años de universidad pasé ahí...” evoca el hombre que atravesó cuarenta años de historia, gobiernos y cátedras y que hoy se le enternece el corazón con los recuerdos de aquel tiempo lejano.
Su familia de origen fue singular: “Los Guadagni eran del norte de Italia y mamá, María Mónaco, era hija de calabreses. ¿Adivina, no?” Además, los Guadagni fueron peronistas y los Mónaco demócrata progresistas satafesinos. En su memoria, el 17 de octubre de 1945 es imborrable: “Mi papá fue a la Plaza y volvió a la 1 de la mañana”. En aquel día histórico, Alieto hijo era un chico y aún le abriga el alma una escena. Su padre lo abrazó y se puso a llorar: “Papá tenía devoción por Perón, algo impresionante”.