Clarín

Sueldos, autos con chofer y custodios: la pelea interna por el ajuste en el Gobierno

Plan. Macri busca reducir el 20% de la planta política para ahorrar $ 1.000 millones por año. Pero muchos se resisten.

- Santiago Fioriti sfioriti@clarin.com

Es probable que muchos pasajeros del Metrobus se hayan sorprendid­o alguna vez al ver un auto de alta gama acelerando por las vías exclusivas de colectivos y abriéndose paso con el ulular de las sirenas. No eran policías persiguien­do asaltantes. Eran funcionari­os abusando de su poder para llegar a tiempo, en el mejor de los casos, a alguna reunión de trabajo.

Aunque no lo impide ninguna resolución, al menos uno de los cinco ministros que tienen despacho en el Ministerio de Hacienda suele pedirle a su chofer que saque el auto oficial de la cochera para cruzar los treinta metros que lo separan de la Casa Rosada. El chofer puede permanecer horas estacionad­o en la explanada del edificio de Balcarce 50 para luego volver a cruzar la calle. Hay funcionari­os de menor envergadur­a que solicitan permisos especiales para estacionar en las angostas calles del microcentr­o y ser eximidos del pago de multas. Y no faltan los que cuentan con custodia no porque estén expuestos a amenazas sino porque eso les garantiza autos conducidos por agentes de seguridad, de los que -sin embargo- se quieren desprender los fines de semana o cuando van a algún lugar donde no desean ser vistos, lo que para el ministerio de Seguridad en general y para Patricia Bullrich en particular constituye un contrasent­ido al que esperan ponerle freno pronto. Un dato: cada funcionari­o que requiere de custodia le cuesta al Estado unos 600 mil pesos por mes porque deben abocarse a él entre 8 y 12 efectivos que se van rotando.

Algunos de estos y otros privilegio­s sólo le caben a quienes tienen de rango de subsecreta­rio de Estado para arriba. Por eso en el poder se está librando desde hace varias semanas una fuerte batalla interna a partir del ajuste de cargos políticos que determinó Mauricio Macri. El Presidente quiere reducir el 20% de la plantilla jerárquica, que está integrada por 3.128 personas. Es decir, el recorte afectaría a cerca de 620 empleados. El ministro de Modernizac­ión, Andrés Ibarra, instó a bajar de categoría a muchos o directamen­te a que se eliminen secretaría­s y subsecreta­rías, lo que representa­ría la pérdida de beneficios para un alto número de funcionari­os.

“Entre esos beneficios está el sueldo. Mucho van a tener que resignar salario”, anticipan en el entorno de Ibarra. El ministro ya ha recibido presiones del tipo “ojo con fulano” o “no me gustaría tener que sacar a mengano”, pero Ibarra - junto a Mario Quintana, el vicejefe de Gabinete- exige cumplir la meta que le encargó Macri, que para él no sólo es el Presidente, sino su jefe de toda la vida. A saber: el funcionari­o, que hoy tiene 60 años, ingresó en Socma a los 22 y al tiempo Macri ya era su jefe. El vínculo sobrevivió a todo tipo de tormentas laborales y vicisitude­s de la vida cotidiana. Ambos hicieron el recorrido dentro del holding de Franco: la constructo­ra, el correo, la concesión de autopistas y el rubro automotriz. Luego, los dos desembarca­ron en Boca y en la jefatura de Gobierno.

“Hay algunos hombres del Gobierno que consideran que le deben demasiado a Mauricio. Uno de esos es Andrés. Lo que Mauricio le pida es palabra santa”, cuenta uno de los viejos colaborado­res del jefe de Estado. Ibarra prometió tener un primer borrador del recorte antes de fin de año.

El trayecto no será fácil. Esta semana, de espaldas a la agenda mediática, en las segundas líneas del macrismo se sacaban chispas. Habría que enmarcar en esos tironeos el caso de Pablo Quirno, un joven de 26 años - hijo del jefe de Gabinete del ministro de Finanzas, Luis Caputo- que tiene cargo de subsecreta­rio en la Cancillerí­a que comanda Jorge Faurie. Hay quienes dicen que la difusión de su recibo de sueldo fue una “venganza” de algún herido por el recorte que se dispuso en el equipo de Horacio Reyser, el secretario de Relaciones Económicas Internacio­nales. Si alguien buscó hacer daño, lo hizo: el caso estalló durante la feroz discusión por los haberes de los jubilados.

Según ese recibo -que circuló con furor en las redes sociales- Quirno cobró en setiembre $305.020,29. Una fuente de su entorno aclaró que, en rigor, su sueldo es de la mitad, pero que le están pagando un retroactiv­o por los meses que tardó en salir su nombramien­to. Dicen otras voces que alguien se encargó de que se le abonara en pocas cuotas el presunto atraso. Más allá de la polémica, la difusión del recibo cayó pésimo en determinad­os círculos del Gobierno.

“Mientras a Pablito le liquidan 300 lucas durante varios meses a otros nos quieren bajar el sueldo”, sostenía un funcionari­o que trabaja hace varios años para el macrismo y que ya da por hecho que perderá el rango actual.

La pelea por los sueldos mantiene en estado de alerta a un grupo importante de funcionari­os. No es una dis- puta menor. Por ejemplo: un subsecreta­rio que cobra en bruto 152.000 pesos, si eliminan su cargo, pasaría a desempeñar­se como director general, cuyo salario en bruto es de 97 mil pesos. También se analiza bajar a muchos directores nacionales a la categoría de Director A, cuyo ingreso desciende a 79.000 pesos. A esos escalafone­s le sigue: Director B, cuyo contrato es por por $72.000 y el de Coordinado­r por $ 65.000. La mira está puesta en los subsecreta­rios: ese rango habilita beneficios como el de contar con auto con chofer a disposició­n. El Estado macrista tiene 209 subsecreta­rios.

“Por más ajuste que hagamos no son cifras importante­s para un Estado tan grande, pero sí nos sirve como hecho simbólico para mostrar hacia dónde queremos ir. La Argentina necesita que todos nos achiquemos un poco”, asegura un ministro. El ahorro estimado para el recorte político gira en torno a los mil millones de pesos. Representa el uno por ciento de lo que pretendían ahorrarse cuando se diseñó la reforma previsiona­l.

Aun así, el Presidente pide avanzar rápido y lo mismo harán María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires (la gobernador­a apunta a ahorrarse 3.000 millones de pesos por año con la ley que aprobó la Legislatur­a esta semana) y Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad. El jefe de Gobierno les tiró de las orejas en una reunión de Gabinete a quienes han sido vistos circulando por el Metrobus o estacionan­do en áreas prohibidas. “¿Quién les dijo que su tiempo vale más que el de la gente común?”, preguntó. Un asesor de Larreta reveló a Clarín que hace un tiempo el vocero de un secretario de Estado había pedido que lo habilitara­n a dejar el auto en cualquier parte. “No pretenderá­s que el secretario camine, ¿ no?”, transmitió sin ponerse colorado.

Detrás de la movida de ajuste están el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el propio Presidente. “La sociedad ya se ajustó el cinturón. Ahora le toca a la política”, pidió recienteme­nte Macri en una cumbre con su equipo.

“En el mundo privado yo podría estar ganando mucho más”, se repite de tanto en tanto en los pasillos del poder. Para muchos es cierto: vienen de años exitosos en empresas y de engrosar legítimame­nte sus cuentas bancarias. A otros, en cambio, ese latiguillo les sirve como excusa para seguir peleando por beneficios que difícilmen­te tendrían si dejaran la vida pública. ■

El Gobierno planea bajar de categoría a muchos y hasta eliminar secretaría­s.

Los custodios de un funcionari­o cuestan alrededor de 600 mil pesos por mes.

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Viejos conocidos. Mauricio Macri y Andrés Ibarra comenzaron a trabajar juntos en Socma hace décadas.

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