Clarín

“El acuerdo con el Mercosur afirma a la UE como un gran líder mundial”

- Eleonora Gosman y Marcia Carmo.

Manuel Caldeira Cabral, de 49 años, ya cumplió dos en el comando del Ministerio de Economía de Portugal. Es miembro del gobierno socialista de Antonio Costa, que opera con una alianza hacia la centro izquierda; y sin que mediaran pases mágicos sino con una política “moderada”, como gusta decir, consiguió que el país crezca por encima de la media europea. Ese gradualism­o repuso las remuneraci­ones del sector público, subió el valor del salario mínimo y aumentó las jubilacion­es. Todo esto, afirma, fue acompañado por una reducción del endeudamie­nto; una baja sustantiva del déficit fiscal y un aumento consistent­e de las exportacio­nes.

En una entrevista con la correspons­al de Clarín en San Pablo y con la editora de la edición de Clarín en portugués, en la embajada de su país en Buenos Aires, Caldera reveló algunos de los secretos para ese despegue.

El funcionari­opuso el énfasis en el “quiebre de la contracció­n” de la economía; pero también insistió en el otro factor: el apoyo a las inversione­s privadas. Señaló como ejemplo las de Alemania, Gran Bretaña y Francia; a esos socios europeos añadió los flujos de inversión desde dos países sudamerica­nos: Brasil y Co- lombia. Pero el detalle provino de otro lado: la sociedad con China. El gigante asiático formó “joint ventures” con empresas portuguesa­s, lo que les permitió a muchas de éstas pegar el salto en el comercio exterior. A eso, según Caldeira, se sumó un “esfuerzo considerab­le” del gobierno actual para lograr “un aumento en la calificaci­ón de los trabajador­es jóvenes”.

Durante el reportaje, el funcionari­o quitó gravedad a la postergaci­ón de la firma del acuerdo MercosurUE. “No hubo tiempo para cerrarlo a última hora , pero creo que eso evitó dar pasos en falso”, matizó. Agregó su convencimi­ento de los beneficios del pacto, de que el momento es el adecuado, y que de producirse la UE “se afirmará como un gan líder mundial”.

--¿Qué elementos destaca en el despegue de la economía de Portugal? -- El crecimient­o económico portugués, en el tamaño de ahora, se explica por dos motivos. Un factor de corto y mediano plazo, que son la alteración de la política económica: pusimos final a las políticas de contracció­n, que conspiraba­n contra el crecimient­o; pero no las sustituimo­s con una expansión irresponsa­ble. Eso les dio una gran confianza a los inversores. Fue una estrategia “moderada” que permitió por un lado aumentar salarios del sector público y a los jubilados, pero al mismo tiempo conseguimo­s estimular las inversione­s a través de una mayor financiaci­ón a las empresas, y la movilizaci­ón de fondos estructura­les para eso. apuntamos al combate contra la pobreza, que tiene un peso fiscal pequeño pero un impacto social gigante. Y simultánea­mente, hicimos una política de apoyo a la inversión productiva privada.

--¿Cómo han logrado esos resultados?

--Es muy simple. Primero logramos disminuir el déficit fiscal de 4 por ciento a 2 por ciento en 2016. Este año será todavía más bajo: 1,4 por ciento y pretendemo­s que decrezca a 1 por ciento en 2018. Nuestra deuda pública ya comenzó a bajar y logramos una mejora sustancial en el rating para el crédito, lo que baja mucho las tasas de interés que nos cobran. Tendremos este año un aumento de la economía de 2,7 por ciento, por encima de la media europea que estará en 2,2 por ciento. Al mismo tiempo, llegamos a un nivel de inversión productiva, es decir, no financiera, de 15 por ciento. Aumentamos las exportacio­nes de agroalimen­tarios en 14 por ciento; el turismo trepó 20 por ciento; 15 por ciento en maquinaria­s; y automóvile­s 10 por ciento. Esto indica que una parte importante de la retomada de nuestro crecimient­o son las exportacio­nes, que nos permitiero­n además recuperar el equilibrio externo; con disminució­n del déficit y aumento de la competitiv­idad. De todo esto se puede decir que el crecimient­o actual no es uno más de los ciclos de la economía.

--Se iba a firmar un acuerdo de libre comercio entre las Unión Europea y Mercosur. Pero no logró concretars­e. ¿Es un fracaso?

--En modo alguno. Creo que lo ocurrió aquí fue un gran avance. No se pudo cerrar ahora, pero si se hará en los próximos meses.

--¿No se arriesgaro­n a perder el momento político?

--Este momento político fue lo que permitió avanzar muchos pasos. No hubo tiempo para cerrarlo a última hora, pero creo que eso evitó dar pasos en falso. Es un acuerdo complejo y con una proyección muy fuerte. Concuerdo conque el momento es clave en los dos lados del Atlántico. Es positivo para América del Sur porque traerá mayor crecimient­o y estabiliza­ción para el continente, al tiempo que permitirá una diversific­ación de sus economías y sus produccion­es. Creemos, en ese sentido, que libertará a la región de los ciclos económicos de las materias primas. Por otro lado, con la apertura del comercio aparece, también, una mayor transparen­cia; se quiebra el ciclo de rentas que benefician apenas a algunos sectores.

--¿Por qué la Unión Europea no pudo avanzar?

---Del lado de la Unión Europea hubo un elemento político muy importante. En este momento la UE, que es una de las tres grandes regiones del mundo (otros son Estados Unidos y China), está llamada a liderar la economía global, al promover más apertura y ser una economía central que quiere continuar abierta. Y eso mientras Estados Unidos está en dudas sobre lo que quieren hacer en cuanto a la apertura al comercio. Es también un momento en que China ya se afirmó como un jugador global que va a asumir su papel; y por lo tanto la UE debe decir cuál es el suyo. Pienso que en este acuerdo con Mercosur la Unión Europea tiene que afirmarse como un gran líder mundial. -¿Hubo resistenci­a de Irlanda y Francia?

--En la carne de vaca, donde Argentina y Brasil son muy competitiv­os, provocó algunos aspectos defensivos del lado de la Unión Europea. Pero también hubo aspectos defensivos de los sudamerica­nos en las áreas de industria y servicios, en muchos productos. Es decir: hubo aspectos defensivos de los dos lados. En cuanto a la posición de Francia, considero que el presidente Emmanuel Macron percibe el papel de liderazgo que la Unión Europea puede tener en el Mundo. Y, por lo tanto, también percibe que estar en ese barco europeo implica promover ese liderazgo, no solo en términos de economía y comercio sino también en los valores europeos.

--La impresión que dejó la cumbre de la Organizaci­ón Mundial de Comercio es de falta de progresos…

--Lo que ocurrió a nivel mundial fue la alteración de las posiciones de algunos países. Estados Unidos siempre fue un país que promovió la liberaliza­ción desde la 2ª Guerra Mundial; y fue el motor de la industrial­ización y el multilater­alismo. Pero no pienso que Estados Unidos se esté volviendo una economía cerrada. Lo que sí se puede decir es que están menos activos en la agenda de la liberaliza­ción; de modo que el mundo no puede contar hoy con Estados Unidos para impulsar esa agenda. Pero si miramos para otros grandes jugadores como India, China y América del Sur, vemos que hay muchos nuevos países en defender más el libre comercio.

--¿Pero quien gana esa disputa?

--Yo confío que la voluntad de nuevos países se traduzca en la voluntad de avanzar en el proceso de apertura comercial. Hay áreas como la agricultur­a en la que todavía subsisten muchas barreras. Hay nuevos sectores como el comercio electrónic­o y los mercados de las compras gubernamen­tales, que ganaron gran relevancia en el comercio entre los países. Creo sí que sería muy penoso perder una oportunida­d en que hay tantos países dispuestos hoy a la liberaliza­ción. ■.

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Cambio. El funcionari­o portugués relató a Clarín la enorme mutación de Portugal desde la crisis al actual auge, resultado de un proceso gradual.

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