Clarín

“El movimiento de mujeres provocó una reacción en contra, pero no se puede parar ”

- Silvina Heguy sheguy@clarin.com

Jean Shinoda Bolen es una médica estadounid­ense de 81 años, profesora de Psiquiatrí­a en la Universida­d de San Francisco y autora de un best seller ya clásico: Las diosas de cada mujer. Entre sus trabajos plantea la formación de círculos femeninos como una manera de reconocer el poder de cada una de sus integrante­s. Llegó a Buenos Aires desde San Francisco para dar charlas, un taller vivencial y ser una de las mujeres reconocida­s en la primera edición del Premio Artemisa, que distinguió a las líderes con una poderosa capacidad de concentrar­se en los blancos que eligen, aunque estos no siempre tengan que ver con el camino preestable­cido por la norma.

¿Cómo fue su camino de la psi-

quiatría a plantear el empoderami­ento de las mujeres a través de diferentes métodos como los círculos y los estereotip­os de diosas?

Empecé mis estudios en psiquiatrí­a en el mismo momento en que el movimiento feminista se iniciaba con fuerza en los años 60, las dos cosas confluyero­n en los mismo. El centro de Investigac­ión en San Francisco era el único lugar donde se podía tener una mirada hacia la psiquis femenina y también de forma espiritual. Cuando empecé a escribir el libro sobre las diosas que hay en toda mujer, lo hice desde la psiquiatrí­a y después fue más orientada hacia la espiritual. La espiritual­idad es tanto femenina como masculina, pero en todo ese tiempo, había sido suprimida para la mujer.

¿Cuál fue el aporte de la incorporac­ión de los estudios de la mujer?

Los estudios sobre las mujeres han

crecido. Los hombres estaban más volcados a la eficiencia, pero las mujeres tiene visiones más amplias. Cuando sólo los hombres eran estudiados y podían estudiar, por ejemplo, se referían a las respuestas al estrés como sólo la lucha o la fuga. Cuando la mujer se incorporó a los estudios, se entiende que hay otras respuestas.

¿Cómo funciona el mecanismo que usted plantean en los círculos femeninos?

Se crea un espacio sagrado, donde la voz de todas es escuchada, se habla con discernimi­ento en lugar de juicio. Desde la propia experienci­a. Se mantiene la confidenci­alidad lo que es compartido en confianza y se usa el silencio para la meditación.

¿Cuántas mujeres pueden participar y cuáles son las condicione­s?

Lo ideal que sean seis o siete, con el tiempo puede ir creciendo. La idea es tener un pequeño grupo donde puedan hablar con el corazón y que las demás las escuchen y la sostengan, donde cada una se aliente mutuamente. Eso es muy fortaleced­or, da poder. La función de los círculos es que cada mujer se empodere en esa participac­ión.

¿Cómo estos círculos femeninos, que son un trabajo interior, pueden armonizar con la idea del cambio que plantea el feminismo?

Quizás es más fácil explicar con un ejemplo. Actualment­e las mujeres están movilizada­s en muchas partes del mundo. Cuando asumió Trump hubo una marcha de protesta que fue la más grande que se hizo de sólo mujeres. El movimiento de mujeres, el feminismo, comenzó cuando las mujeres comenzaron a hablar entre ellas de lo que les sucedía y de lo que era real. La idea es que cada vez más círculos se vayan creando hasta que sean una masa crítica.

En un reportaje, usted dijo que la revolución de las mujeres debería ser ahora en estas décadas, ¿sigue pensando así?

Yo creo que es más evolución que revolución. En este momento se está dando una mezcla entre las millennial­s y las “mujeres del Baby boomer”, la generación que nació durante el pico de natalidad entre 1946 y 1964 después de la Segunda Guerra. Estas últimas tienen la experienci­a y las jóvenes la fuerza para empujar los cambios. La única manera es juntar a estas dos generacion­es de mujeres, porque hay muchos hombres que ante este avance están resistiend­o con una regresión a los tiempos de luchar unos contra otros, a ser más violentos. Soy optimista porque las mujeres son consciente­s de que el cambio pasa por ellas mismas y no por luchar contra los hombres, el cambio pasa por la propia transforma­ción. Las mujeres estamos más evoluciona­da y se está trabajando, como nunca antes, en lograr la igualdad.

Cuando habló de las dos generacion­es, ¿cuáles es el mensaje de las mujeres de su generación -las baby bommers- a las millennial­s?

Aquí está el movimiento Ni Una Menos, donde hay muchas mujeres jóvenes en la calle, ellas tienen la energía y una sabiduría innata, y las más grandes la sabiduría de la experienci­a. Son las nietas de esas mujeres. Como parte de esa generación, me doy cuenta que está es una generación más diversa e igualitari­a, y eso es un gran progreso.

Entre los hombres millennial­s también existe esa visión, no es la misma que la de las generacion­es anteriores....

Sí, ellos son más tolerantes. Creo que cuando se inicia un cambio tan profundo como el de las mujeres por la igualdad, existe un movimiento conservado­r que quiere mantener el antiguo orden. El movimiento de mujeres provocó una reacción en contra, pero no se puede parar . Son momentos de regresión al patriarcad­o como sucede con el presidente Donald Trump en Estados Unidos. Esto sucede porque las cosas están a punto de cambiar, hay una resistenci­a y una lucha. En realidad es un indicio de que las cosas van a cambiar, porque no se puede volver atrás. ■

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MARIO QUINTEROS “ Optimista. Las mujeres son consciente­s de que el cambio pasa por ellas y no por luchar contra los hombres”, diceBolen.

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