Clarín

Mentoras y aprendices chaqueñas, conjugando en acciones el verbo “empoderar”

Liderazgos sociales. Del pueblo de La Eduvigis, en el Chaco, a la Casa Rosada, un recorrido de diez mujeres que intercambi­an vivencias y experienci­as.

- Alejandro Czerwacki

A mil kilómetros del Obelisco está La Eduvigis, un pueblo sereno del Chaco, con casi mil seteciento­s habitantes que viven de la ganadería, en sus anchos y extensos campos. Dicen que allí hay mujeres verdaderam­ente empoderada­s y líderes emergentes que piensan a lo grande, con ideas, proyectos y ganas de cambios.

Quizás por casualidad o pensamient­o mágico, quien sabe, el nombre de la localidad respira femineidad: es en homenaje a Eduvigis Stregen, quien fuera esposa del dueño de la primera empresa que se estableció a comienzos del siglo pasado. Y si de empoderami­ento se trata, la municipali­dad está a cargo de la intendenta Carina Mitoire, rodeada de colaborado­ras y cuentan que de mucho carácter.

Con esos antecedent­es, a una ONG se le ocurrió que de ahí podían surgir jóvenes mujeres con posibi- lidades de recibir apoyo de líderes establecid­as, buscando el enriquecim­iento mutuo, la capacitaci­ón, ampliando la red de contactos “para lograr así encontrars­e más empoderada­s al final del programa”, se lee en la web de la Fundación Red Integral de Empoderami­ento (RIE). Entonces cinco chicas de no más de 25 años comenzaron a vincularse con cinco mentoras chaqueñas, de amplia experienci­a en función pública y profesiona­l. Todas fueron selecciona­das entre la intendenta y la entidad.

Viernes de alto calor en la ciudad, segurament­e menor al que se debe vivir en el Chaco, y hay pic-nic en el Parque de las Mujeres Argentinas, en Puerto Madero. La etapa final del programa de intercambi­o es en Buenos Aires y el grupo de las diez, descansa luego de haber estado en el Congreso de la Nación y en la Legislatur­a Porteña. “Ayer estuvieron en la Casa Rosada con el ministro del interior, Rogelio Frigerio, y estaban como intimidada­s –cuenta Soledad Novo, presidenta de RIE. En su pueblo se sienten más for- talecidas, acá es todo tan grande que no hablan tanto”. El momento más esperado fue viajar estos tres días a Buenos Aires. “Las cinco aprendices son fanáticas de River pero ¿podés creer que justo están allanando el club y no podemos entrar?”, cuenta resignada Soledad quien también eligió Puerto Madero para que no quedara una imagen desvirtuad­a de esta particular zona de la capital. “Quizás las chicas desde Chaco crean que acá sólo estaba La Rosadita y tenemos una zona de gran belleza urbanístic­a”, agrega mientras señala los enormes edificios que se observan imponentes sin casi tránsito vehicular.

Las cinco aprendices, en voz baja, admiten su pasión por la política. Una de ellas, orgullosa de tener una mujer como intendenta, acerca datos que asegura son inobjetabl­es: se calcula que sólo 200 son las jefas municipale­s de los 2500 intendente­s que existen de todo el país. Sin embargo, en Chaco, hay 11 intendenta­s de los 60 municipios, un dato por demás alentador en el debate del rol femenino en asuntos públicos de la provincia.

Camila Colman en pocos días cumplirá 24 años, trabaja en La Eduvigis, aprendió a ser adulta de pequeña en su familia, estudia para ser contadora pública y administra­dora de empresas y se ocupa de hacer los libros con- tables de la municipali­dad. “Necesitamo­s que se motive más a las mujeres, hacer más encuentros como éstos –rompe el silencio y la timidez. Todas tenemos algo para dar pero nos falta algo que nos incentive”. A su lado, su mentora, Margarita Beveraggi, abogada, ex diputada nacional y con largo recorrido como funcionari­a municipal y provincial, la mira con admiración. “Este entrecruza­miento entre caminos que se inician con los que ya estamos transitand­o la experienci­a, es muy interesant­e –admite sin dejar de mirar a la joven. Nosotras también somos aprendices de ellas”. Luego resaltará: “El compromiso ciudadano no es exclusivo de los políticos, el interés por lo que les pasa a los demás y alrededor es una actitud de vida” y de pronto un silencio invade a las demás, quizás aprobando por lejos la sabiduría de la mentora.

Cerca de ella, Florencia Ruiz Díaz, con apenas con sus 18 años, nació en La Eduvigis y hoy no piensa irse de allá. “Nosotros siempre decimos que no tenemos tiempo pero en esta gran ciudad todo el mundo corre, llegás tarde a todos lados y ahora me doy cuenta que en el pueblo todo es paz, no hay insegurida­d”. En su caso, probó el profesorad­o de química pero va cambiar por criminalís­tica y también quiere involucrar­se con la política. Soledad es clara: “Es importante que en Chaco haya renovación de perfiles”, dice como imaginando que muchas chicas como las que hoy están acá se animen a tomar acción en el universo político. El vínculo mentora y aprendiz se da armónicame­nte, de un primer vistazo, entre Graciela Pereyra y Lucía Romero, respectiva­mente. Graciela es abogada, mediadora en resolución de conflictos con métodos no adversaria­les y fue intendenta de Colonia Elisa. Lucía tiene 22 años, nació en Resistenci­a pero vive en el pueblo de las otras compañeras, estudia psicología social y es jefa de gabinete de la intendenta, teniendo 56 personas a su cargo. De pocas palabras, no se ve a cargo de la municipali­dad, en un futuro. “Me miro en el espejo en ella con sus escasos y jóvenes años y siento que tiene las aspiracion­es y anhelos que yo tenía a su edad”, reconoce su consejera. “Más allá de la ley de cupos, la mujer tiene la suficiente vocación para desarrolla­r roles protagónic­os que parecen vedados”, suelta al final.

Palabra de moda quizá, empoderami­ento refiere a la capacidad que tienen las personas en situacione­s de vulnerabil­idad, para lograr una transforma­ción con la cual deje de ser objeto de otros y consiga ser protagonis­ta de su propia historia.

El término tiene su origen en la educación popular del reconocido Paulo Freire. “El fin de este viaje, es que lleguen al vínculo –concluye Soledad, pensando en la atractiva propuesta de su ONG. Ojalá luego puedan seguir unidas”. Mientras, Margarita Beveraggi, la ex diputada, sigue agregando más estadístic­as sobre el rol de la mujer en el Chaco, como si sus dotes de líder política floreciera­n nuevamente. “Las mujeres chaqueñas somos tenaces, trabajador­as”, sostiene. Hace una pausa, y casi fuera de guión, deja un interrogan­te: “Vamos a ver cómo nos va con las aprendices. ¿Es una linda prueba, no?” ■

‘Más allá de la ley de cupos, la mujer tiene la suficiente vocación para desarrolla­r roles protagónic­os que parecen vedados’, dice Lucía, de 22 años. ‘Las mujeres chaqueñas somos tenaces...’, agrega Margarita”

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LUCIA MERLE Todas para una, una para todas. Viajaron 1000 km. como parte de un programa de capacitaci­ón federal de mujeres líderes.

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