La objeción del Papa a una de las traducciones de la gran oración
Gran repercusión tuvo la reciente afirmación del Papa Francisco de que no le parecía correcta la traducción en inglés, alemán, italiano y otros idiomas de una de las seis peticiones del Padrenuestro –la que dice “(Dios) no nos pongas en tentación-, porque Dios no alienta a pecar. En cambio, consideró adecuada la versión en castellano –que afirma “(Dios) no nos dejes caer en la tentación”. El máximo estudioso de la Biblia en la Argentina, monseñor Luis Rivas, en diálogo con Clarín, desarrolló la fundamentación en la que se basó el pontífice pa- ra abrir esta discusión.
Rivas dice que “lo que sucede en este caso es que el texto del Padrenuestro nos llega por medio de los evangelios de Mateo y Lucas, que están escritos en griego. En ellos, para decir lo que traducimos por «tentación» se utiliza la palabra griega (peirasmós) que significa «poner a prueba». Lo que se pide a Dios es entonces que «no nos ponga a prueba»”.
“Pero en castellano «tentación» - añade- se entiende vulgarmente como «inducción al pecado», y en consecuencia parecería como que le estamos pidiendo a Dios que «no nos empuje hacia el pecado», y por eso los antiguos traductores al castellano expresaron la idea de que Dios «no permita que caigamos en la tentación»”.
Señala que “para evitar entonces que los fieles cometan el error de pensar que Dios incita al pecado, los obispos de Francia decidieron que en la oración del Padrenuestro se diga (co- mo se hace en castellano) que “Dios no permita que caigamos en la tentación”.
“No se trata entonces – aclara y puntualiza- de modificar el Padrenuestro, sino de buscar una traducción adecuada para evitar que la frase se entienda de manera equivocada, conservando el término francés «tentation»”.
Y el especialista consultado por Clarín concluyó: “Se podría haber dicho también «No nos pongas a prueba», que es más cercana a lo que dice el texto griego, a la vez que se evitaría el término «tentación» que puede ser mal entendido”. ■