Combatir las mafias sin olvidar “al chorro de caño” de cada día
Según un informe de la Procuración Bonaerense en 2016 el delito de robo a mano armada subió fuerte en el Departamento Judicial de La Plata en relación al año 2015.
Este tipo de delitos es, sin ninguna duda, el que más preocupa a los ciudadanos bonaerenses. Se trata de los asaltos a casas particulares y negocios, muchas veces con saldo de heridos y muertos: el pan de cada día y el motivo del miedo del vecino indefenso.
La campaña del gobierno provincial se enfoca sobre todo en la lucha contra las mafias, entre ellas la policial. Acá tampoco caben dudas: que las hay, las hay. Sin embargo, una política de seguridad debe atender dos problemáticas, la corrupción y la seguridad proactiva.
Nadie sabe, a decir verdad, cuántos delincuentes son apresados a diario por la policía, pero las primeras páginas de los medios muestran cuántos policías corruptos son apresados o echados de la institución.
Según puedo suponer, con un aumento del 81.3% en la comisión de delitos a mano armada, el gobierno bonaerense no tiene mucho para mostrar en cuanto a logros en la prevención del delito.
Las estadísticas no mienten y son reveladores de un cuadro conocido: los llamados “chorros de caño” están ganando y cada vez hay más. Lo que no especifican las estadísticas son los motivos de este fenómenos. Seguramente son varios: será por falta de educación por mayor pobreza por falta de trabajo. O simplemente porque les resulta fácil, en tanto a los ciudadanos honestos les queda encerrarse enrejarse y rogar a Dios que no los maten.