Denuncian que nadie investiga el misterioso asesinato de una estudiante
A 3 años del crimen, no hay sospechosos. “Nos sentimos desamparados”, dice la mamá de la joven.
Fue hace tres años y tres días que los padres de Paula Díaz (20), estudiante de gastronomía, recibieron el doloroso llamado. Su hija había sido baleada en la cabeza mientras iba en una camioneta con su novio por el barrio de Liniers. Ya no volvería a su casa.
Según los familiares de Paula, a tres años del crimen la investigación quedó “estancada” y no hay ni rastros del homicida. La Justicia pide testigos y ofrece una recompensa para quien aporte datos. Pero el caso sigue rodeado de misterio.
El 14 de diciembre de 2014, entre las 4.20 y las 4.45, Paula y su novio Hugo Carrizo (29) volvían a bordo de una camioneta Jeep Patriot Negra después de un recital en Costanera Norte, y de pasar por un bar de Palermo. La pareja no tuvo discusiones ni peleas con ninguna persona.
Al salir del bar, el novio de Paula condujo por avenida Juan B. Justo, cruzó por debajo el puente de General Paz para luego dirigirse hacia provincia. Fue entre Ramón Falcón y avenida Rivadavia que Carrizo escuchó una detonación. El joven pensó que le habían arrojado una piedra. Sin embargo, segundos después descubrió que su novia estaba inconsciente y tenía la cabeza ensangrentada. Paula murió al día siguiente.
Tres años después hay pocas precisiones. El novio de la joven solamente pudo ver el paso de una Volkswagen Suran blanca que no pudo ser identificada. Las cámaras de seguridad tampoco aportaron datos. Los peritos determinaron que la bala, calibre 9 milímetros, fue disparada desde afuera de la camioneta, a no más de diez metros de distancia.
La familia de la estudiante denuncia fallas en la investigación. “La causa sigue igual o peor porque cambió de área hace dos años y todavía ni nos llamaron a declarar. Nadie hace nada, nos quieren acostumbrar a las pérdidas”, aseguró a Télam Patricia Galloli, madre de la víctima. Y agregó: “Nos sentimos totalmente desamparados por la Justicia”. ■