“Soy un agradecido del oyente”
Del Missier lleva 30 años en Radio Mitre, donde conduce dos ciclos. Agita la bandera del optimismo.
Amante del fútbol y melómano -tiene una colección de cinco mil vinilos-, Juan Carlos Del Missier trabaja desde hace 30 años en Radio Mitre. Después de terminar una nueva emisión de Vivamos la vida, el locutor y conductor habló con Clarín sobre la vigencia del programa que lleva 21 temporadas, el respeto por el oyente y el espíritu de su programa de la madrugada.
-¿Cuál es la razón de la permanencia de “Vivamos la vida”?
-Tiene que ver con el entusiasmo y la adicción sana de hacer radio. Si fuese sólo una costumbre, caería en la desidia. En un papel en blanco y con una lapicera -sigo haciendo las cosas a mano-, voy anotando cosas que me interesan: juega el Barcelona, salió un disco nuevo, hay una noticia interesante...
-Ese optimismo aparece además en un día que para muchos es melancólico...
-Cuando arrancó el programa, yo decía: “Bienvenidos al mejor día de la semana”. La gente me puteaba, así como en el ciclo de la madrugada repito: “No te vamos a dejar dormir”.
-¿Qué papel juega el oyente? Son muy fieles, pero por otro lado no interactuás con ellos.
-El programa no se alimenta de los oyentes. Sus llamados son viñetas que estimulan y agradecen a los que están escuchando. Yo no regalo ni sorteo nada. Es un programa muy despojado. De alguna forma, es un programa vacío, al que voy agregándole cosas.
-En cambio, a la madrugada, decís que sos un poco “sacerdote”.
-A la noche hay una mayor intimidad y por eso digo lo del sacerdote. Sin llegar a ser solemne, estoy hablando con un otro que tiene más tiempo para la atención. No te oye. Te escucha.
-Hablás siempre del respeto por el oyente. ¿En qué momento sentís que se lo violenta?
-Cuando hay una forma déspota o de maltrato del comunicador. Puede ser el tono de voz o la forma tirante, que demuestra soberbia o acusación. Yo soy un agradecido del oyente. Si das el teléfono de la radio y pedís que te llamen, ¿por qué lo vas a maltratar?
-¿Te imaginás muchos años más haciendo “Vivamos la vida”?
-Es un programa para continuar, pero no sé si conmigo. Es interesante hacerse esa pregunta cuando uno superó los 60 años. ¿Vos me preguntás si me quedaría esperando la muerte un domingo a la tarde delante de un micrófono? ¡Qué atroz! Es un día muy particular. ■