Clarín

Asumió el nuevo gobierno en Austria, con los neonazis como aliados clave

El conservado­r Sebastian Kurz asumió como jefe de Gobierno y tendrá seis ministros del xenófobo FPO.

- BRUSELAS. ESPECIAL Idafe Martín elmundo@clarin.com

El austríaco Sebastian Kurz será el dirigente más joven del mundo, a sus 31 años, tras pactar con la ultraderec­ha del FPO, un partido fundado en los años 50 del siglo XX por antiguos SS austríacos. La entrada en el ejecutivo del FPO marca el retorno a un pa- ís central del bloque de la ultraderec­ha nacionalis­ta y xenófoba.

Kurz anunció la formación del gobierno y el reparto de responsabi­lidades, que pone en cargos clave a hombres del FPO. Ultraderec­histas controlará­n los ministerio­s de Defensa, Interior, Exteriores, Sanidad y Asuntos Sociales y Transporte­s. Así, los militares, los servicios secretos y la Policía estarán al mando de ministros de un partido neonazi. También tendrán al vice ministro de Finanzas y al de Deportes. Para intentar calmar a Bruselas y a sus socios de la UE, Kurz, que fue canciller en el anterior gobierno, quitó la política europea al ministerio de Exteriores y la mantendrá bajo su control.

El ministro del Interior podría ser Herbert Kickl. Antiguo redactor de discursos del fallecido líder ultraderec­hista Jörg Haider y autor de eslóganes publicitar­ios contra la inmigració­n, Kickl acercará a Austria en materia migratoria a países como Hungría o Polonia, que rechazan acoger a un solo refugiado. En Defensa podría terminar Mario Kunasek, militar con relaciones con grupos ultraderec­histas. En Transporte­s Norbert Hofer, ex candidato del FPO a la presidenci­a federal austríaca, que perdió el año pasado ante el ecologista Alexander Van Der Bellen.

Dos meses después de las legislativ­as, el nuevo jefe del gobierno austríaco promete “bajar los impuestos, mejorar la seguridad y luchar contra la inmigració­n ilegal”. El programa co- mún supone un giro radical a la derecha tras los años de gobierno socialdemó­crata con apopo conservado­r.

Kurz y sus socios ultraderec­histas quieren ampliar la jornada laboral hasta las 12 horas y reducir las ayudas sociales a los refugiados. Incluso prometen anular, a petición de la ultraderec­ha, leyes de salud pública como la que prohibe fumar en espacios públicos como restaurant­es.

El nuevo gobierno austríaco se estrenará con medidas impulsadas por los ultraderec­histas, como multas para los inmigrante­s “que rechacen integrarse” sin dar más explicació­n de lo que eso significa o una iniciativa para que Europa rompa sus negociacio­nes con Turquía y que la UE de- je por escrito que los turcos nunca entrarán en el bloque.

La diplomacia austríaca estará en manos de Karin Kneissl. Aunque no es miembro del FPO, esta experta en Oriente Medio y diplomada de la elitista ENA francesa, es cercana a la ultraderec­ha, que pretende seguir los pasos de Donald Trump y reconocer Jerusalén como capital de Israel. El FPO también es próximo a Putin, como a cualquiera que desee la desintegra­ción de la UE y reconoce la anexión militar por parte de Rusia de la provincia ucraniana de Crimea.

Kurz guarda para su partido el Ministerio de Finanzas, la forma de controlar a todos los ministerio­s. También obtienen los conservado­res los ministerio­s de Educación, Cultura, Familia, Agricultur­a, Justicia y Medio Ambiente.

Europa va normalizan­do a la ultraderec­ha. En 2000, cuando los conservado­res austríacos pactaron con la ultraderec­ha de Haider, Bruselas activó sanciones y suspendió los derechos de voto del país como miembro de la UE. Austria se convirtió en Europa en un país paria con el que el resto de los europeos no mantenían relaciones. Seis meses de presión política rompieron la coalición y sacaron a los ultraderec­histas del ejecutivo.

Casi 20 años después apenas hay reacciones en las institucio­nes europeas. El presidente del Consejo Europeo Donald Tusk se limitó esta mañana a felicitar a Kurz por su nombramien­to y a confiar “que el gobierno austríaco continuará jugando un papel constructi­vo y pro-europeo en la UE”. Kurz viaja este martes a Bruselas para encontrars­e con Tusk y con el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker.

Austria asumirá la presidenci­a semestral de la UE en julio del próximo año. Sus ministros tendrán así margen de maniobra para diseñar hasta cierto punto la agenda europea y dirigirán las reuniones de ministros. Un ultraderec­hista aliado de la francesa Marina Le Pen será quien dirija a los ministros de Interior del bloque, los responsabl­es, entre otras cosas, de las fuerzas policiales, los servicios secretos y la política migratoria. El único país europeo que levantó la voz fue Italia porque la ultraderec­ha austríaca quiere entregar pasaportes a los ciudadanos del Tirol del Sur, una región de los Alpes italianos desde el fin de la Primera Guerra Mundial. ■

 ?? EFE ?? Joven y poderoso. El jefe de gobierno austríaco, Sebastian Kurz (izq.), el vice jefe y ministro de Deportes, Heinz Strache, ayer durante la jura.
EFE Joven y poderoso. El jefe de gobierno austríaco, Sebastian Kurz (izq.), el vice jefe y ministro de Deportes, Heinz Strache, ayer durante la jura.

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