Avanza la reforma tributaria en Diputados, con apoyo opositor
El Gobierno aceptaba retoques para asegurar la media sanción. Busca una baja gradual de la presión tributaria.
Tras el maratónicp debate por la nueva ley jubilatoria y el pase a un cuarto intermedio, los diputados retomaron ayer por la tarde la sesión para avanzar con la reforma tributaria. Anoche, el oficialismo negociaba algunos retoques con el massismo y los peronistas anti K, para darle media sanción y girarlo de inmediato al Senado, a fin de llegar sancionar la ley antes de fin de año, como pretende el Gobierno.
El oficialismo había conseguido dictamen para los cambios impositivos tras ceder a los reclamos de modificaciones de los gobernadores Juan Manzur (Tucumán), Alfredo Cornejo (Mendoza) y Rosana Bertone (Tierra del Fuego) por los tributos a las bebidas azucaradas, los vinos y espumantes y la baja gradual de impuestos a productos electrónicos.
El proyecto oficial fija, entre sus puntos más importantes, la renta fi- nanciera a personas físicas, del 5% en plazos fijos y títulos, estipula una reducción de aportes patronales graduales, la suba del impuesto directo a cervezas, la reducción del Impuesto a las Ganancias de empresas y que parte de las indemnizaciones por despido y retiros voluntarios paguen Ganancias.
“Es un proyecto ambicioso, gradual, que incentiva la inversión, formaliza el mercado laboral y mejora la competitividad”, comenzó defendiendo el legislador del PRO, Luciano Laspina, quien aseguró que los cálculos indican que bajaría la carga tributaria en un plazo mediano de cinco años en 1,5 puntos del PBI.
Desde un inicio, el kirchnerismo, la Izquierda y el Movimiento Evita avisaron que no acompañarían. “La reforma tributaria forma parte del paquetazo de reformas neoliberales que el Gobierno tuvo escondida toda la campaña y vio la luz ni bien terminaron los comicios”, aseguró el ex ministro de Economía K, Axel Kicillof, y agregó: “Es inefectiva para los propósitos que enuncia. Le perdona impuestos a los que más ganan y carga a los consumidores”.
Sin mayoría propia, el Gobierno buscaba asegurarse la votación junto a aliados para avanzar con el proyecto que cuenta con 319 artículos. "Ya hay dos o tres puntos conversados en los que vamos a ceder y conseguir el apoyo", aseguraban desde el oficialismo, que descontaba la aprobación.
Más allá de algunos pedidos, el interbloque Argentina Federal –que con 35 legisladores responde a siete gobernadores peronistas que firmaron el Pacto Fiscal con Mauricio Macriestaban dispuesto a acompañar en la votación. “No termina de ser sufi- cientemente agresiva para cambiar un modelo productivo pero empieza a tender puentes”, aseguró Diego Bossio.
También desde el massismo, aunque con críticas, hacían un guiño. “El proyecto incorpora cosas que son buenas y hay que acompañarlas, pero hay algunas que no estamos de acuerdo y las votaremos en contra”, aseguró Marco Lavagna. Aunque advirtió: "Pero bajemos o no los impuestos, el efecto es el mismo si no están dispuestos a cambiar el modelo económico".
El eje de las modificaciones estaba puesto en algunas áreas puntuales. Uno de los puntos de conflicto era el hecho de que parte de las indemnizaciones por despido y retiros voluntarios paguen Ganancias. Así, analizaban en la oposición que el trabajador terminaría cobrando menos en mano. Parte del oficialismo, incluso, pensaba que no era conveniente.
La baja gradual de aportes también generaba debate. “No estamos conformes con las rebajas a las contribuciones patronales, nos parece que desfinancia el sistema”, declaró Graciela Camaño, jefa del Frente Renovador, que pedía diferenciales para las pymes del Norte,También había consenso dentro de la oposición para impedir que las cooperativas destinadas a cuestiones financieras paguen Ganancias. “Hay que controlar las mutuales, pero no están dadas las condiciones para gravar al cooperativismo”, insistió Bossio. Eso podía llegar a tocarse,
Otro punto de debate, sobre el que existía una fuerte presión de las empresas, era el incremento de los impuestos del 8% al 17 % a las cervezas. En ese sentido, la mayoría de los bloques opositores pedía dejar exentas a las cervezas artesanales, que representan el 2% del mercado. ■