Final para la etapa más dura de la crisis en España: Cataluña vota mañana y define su futuro
La región elige a los parlamentarios que deberán designar a un nuevo gobierno. No es claro el resultado. Existe paridad entre independentistas y constitucionalistas.
Agobiada por la incertidumbre en la que vive desde hace meses, Cataluña cierra una campaña electoral signada por la inquietud, la tensión y las dudas respecto de quién será el próximo presidente de la Generalitat. ¿Será un gobierno independentista que insista con el proyecto de república catalana o una gestión que apueste a enterrar el procés que desembocó en la destitución del ex presidente Carles Puigdemont, la disolución del Parlamento y la intervención por parte del gobierno nacional?
Apenas 48 horas antes de que cinco millones de catalanes vayan a las urnas, los sondeos otorgaban una ven- taja a Esquerra Republicana (ERC) sobre el constitucionalista Ciudadanos, y ubicaba a los partidos independentistas más cerca que nunca de lograr la mayoría absoluta en el Parlamento: ERC, Junts per Catalunya -la coalición de Puigdemont- y la CUP lograrían entre 67 y 70 bancas. La mayoría se alcanza con 68 de los 135 escaños.
Son datos que surgen del cuarto sondeo “prohibido”: la ley electoral no permite en España difundir encuestas a partir de cinco días antes de los comicios. Sin embargo, los partidos políticos y el establishment encargan sondeos que El Periódico de Andorra publica desde allí.
Según el Gabinete de Estudios Sociales y Opinión Pública, Esquerra ganó dos puntos en las últimas 24 horas y supera por una décima a Ciuda- danos, el partido de Inés Arrimadas: 23,3% dice que votarán al partido que lidera el ex vice Oriol Junqueras, detenido en el penal de Estremera desde el 2 de noviembre por integrar el gobierno que declaró unilateralmente la independencia de Cataluña. El 23,2% votaría por Arrimadas.
Junts per Catalunya, que lidera Puigdemont, sería la tercera fuerza, con 18% de los sufragios seguida por el Partido Socialista catalán, que obtendría 15,4%. Con menos de 10% de intención de voto se ubican: Catalunya en Comú, con 8,7%; los radicales antisistema de la CUP, 4,9 por ciento, y con 4,8 por ciento, el Partido Popular catalán.
Traducidos en bancas parlamentarias, estos porcentajes significarían 36 o 37 escaños para ERC, entre 31 y 32 para Ciudadanos, 27 o 28 para Junts per Catalunya y entre 20 y 21 para los socialistas. Catalunya en Comú ocuparía entre 10 y 11 bancas; la CUP 5 o 6, y el PP, entre 4 y 5. En comicios convocados de prepo por el presidente Mariano Rajoy como parte de la penitencia impuesta en Cataluña por la aplicación del artículo 155 de la Constitución, la expectativa de participación gira entre 80 y 82%.
Con actos módicos, lejos de un partidismo afiebrado, y casi todos fuera de Barcelona, la campaña de las elecciones más surrealistas que Cataluña haya vivido -con candidatos detenidos, autoexiliados y en libertad condicional- finaliza con algun fuego de artificio: para sostener la gesta del héroe épico en prisión, Esquerra cerró en la cárcel de Estremera, donde está Junqueras, y un acto en el pueblo del líder, Sant Vicenç del Horts.
“Yo soy el presidente de Cataluña y no me escondo, estoy en Bruselas”, esgrimió Puigdemont hasta el último segundo de campaña y respondiendo a Junqueras, quien desde la prisión aludió a que él no se escondía. Puigdemont lo hizo por videoconferencia, su mejor aliada desde Bruselas, donde se instaló cuando Rajoy intervino Cataluña y desde donde piensa volver si obtiene un triunfo contundente que, especula, inhibiría a la Justicia española de detenerlo apenas cruce la frontera.
“Estas elecciones son especiales por todo lo que hemos vivido y porque tendremos que ir a votar en un día laborable (jueves 21-D), pero son decisivas, son un momento histórico. Nos lo jugamos todo. El procés todavía no ha hecho todo el daño que puede hacer”, dijo Arrimadas en el estribo de esta campaña que la dejó casi sin voz mientras, antes de su cierre, el socialista Miquel Iceta brindaba con cava en el bar La Flama de L’ Hospitalet de Llobregat, en las afueras de Barcelona.
El miércoles será “día de reflexión”, pintoresco modo de los españoles para la veda electoral. Sin embargo, la CUP, que señaló como ilegal a estas elecciones a pesar de que participará, ya anunció que hará actos.
A las siete y media de la mañana, Rajoy, que durmió aquí para reforzar a su candidato, salió a correr por la Barceloneta y saludó por Twitter.
Inquieta, atormentada pero también esperanzada, Cataluña espera, con las elecciones del jueves, su propio amanecer. ■