Clarín

Buscan contra reloj que los varados puedan volar antes de Nochebuena

Por el paro aeronáutic­o, hubo 700 cancelacio­nes y 68.000 afectados. Con los aviones a pleno, es muy difícil reubicarlo­s.

- Mariano Gavira mgavira@clarin.com

El paro aeronáutic­o que frenó el tránsito aéreo por más de un día se levantó ayer, pero el caos siguió en los dos principale­s aeropuerto­s de Buenos Aires. Tras al menos 700 cancelacio­nes que afectaron a más de 68.000 personas, se retomaron las partidas. Y hubo quejas de muchos varados que todavía no saben si podrán llegar a tiempo a sus ciudades para Nochebuena. Porque la ocupación en estos días es casi total y las líneas aéreas muchas veces sólo les ofrecen un asiento a pocas horas del brindis navideño.

El paro se levantó ayer a las 12 del mediodía, pero los despegues se hicieron esperar. A esa hora sólo empezaron a llegar los empleados a los mostradore­s del check-in y también los que se encargaban de las reprograma­ciones y de resolver los problemas de los pasajeros en las oficinas de atención al cliente. Fueron recibidos con una mezcla de aplausos, insultos y chiflidos.

Se formaron entonces largas filas en Aeroparque de gente con valijas que no sabía para dónde ir. Muchos agotados por haber pasado la noche durmiendo en el piso frío del aeropuerto y con la incertidum­bre de ig- norar la fecha de partida. Lo mismo se repitió en Ezeiza.

“Viajaba el lunes a Esquel y me pusieron en lista de espera para viajar a Bariloche en el último vuelo del día (de ayer). Me tuve que pagar otra noche de alojamient­o y todavía no sé si viajo”, protestó Angela a Clarín, enojada, mientras hacía una larga cola ante el mostrador de Aerolíneas.

Esa empresa y LATAM, las de mayor tránsito, lograron retomar sus partidas recién a cuatro horas del levantamie­nto del paro. Según explicaron, fue por cuestiones operativas. “Tienen que llegar los pasajeros y los tripulante­s, hacer el check-in, alistar los aviones... todo el proceso toma su tiempo”, indicaron en la línea de bandera. “Los pilotos, por ejemplo, recién se suben a los remises que los buscan habitualme­nte por su casa una vez que termina el paro”, añadieron en LATAM, que retomó sus despegues en Aeroparque a las 15.24.

Aerolíneas informó que entre el lunes y ayer tuvo que cancelar 507 vuelos, lo que afectó a más de 40.000 pasajeros. Latam, por su parte, afirmó que se vio obligada a suspender más de 186 vuelos (103 internacio­nales y 83 domésticos), con un total de 28.600 damnificad­os. A eso se suman los afectados del resto de las compañías.

Si bien apenas se supo de la posibilida­d del paro ambas empresas pidieron a sus pasajeros que reprograma­ran sus viajes, hacerlo resultó complicado porque la medida de fuerza ocurrió en una de las épocas de mayor demanda del año. Por eso hubo gritos, insultos, malestar y tensión entre la gente, al escuchar que debía quedarse hasta el viernes, el sábado incluso hasta el domingo 24 en Buenos Aires porque no había otro vuelo antes de esas fechas.

Fue el caso de Tomás Bianchi, un jubilado de 77 años que debía llegar el lunes a Salta, pero su vuelo se reprogramó hasta el viernes: “Tuve que dormir en el piso, con mucho frío porque el aire acondicion­ado estaba fuerte y no lo bajaban. Usé mi valija como almohada y me tapé con una campera. Para colmo, ahora no sé dónde voy a pasar las noches que me quedan”, protestó.

Junto a él pasaron la noche Julia, tucumana, y Betty, sanjuanina. Venían de España para las Fiestas, se conocieron en el avión y se volvieron compañeras de odisea. “Pasamos toda la noche acá, con las valijas. No nos dieron comida ni nada. Tomamos un café con leche con un croissant de jamón y queso que nos costó 250 pesos a cada una. En Europa comer es más barato y si pasa algo así se hacen cargo”, plantearon.

Ante el problema, las aerolíneas les daban a los varados un pasaje oficial para una fecha lejana. Y los ponían en una lista de espera con la promesa de que si algún avión parte antes con un asiento disponible para su destino, les avisarán. De lo contrario, deberán esperar al oficial.

También había casos como el de Fernanda, que embarazada y junto a sus hijos de 2 y 4 años debía llegar a Neuquén el lunes. “Me ofrecieron - contó- salir desde Ezeiza a las 19, pero con destino a Bahía Blanca. Elegí esa opción porque ya no quiero estar más en Buenos Aires. Cuando llegue allá veré si me tomo un micro o cómo hago para volver a mi casa.” ■

Tuve que dormir en el piso con la valija como almohada y pasé frío porque tenían el aire acondicion­ado muy fuerte. Para colmo, mi vuelo se pasó para el viernes y no sé dónde voy a quedarme” . Tomás Bianchi, 77 años

Necesita viajar a Salta

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LUCIA MERLE Enojo en Aeroparque. Al terminar la medida de fuerza, los pasajeros hicieron largas filas para reprograma­r sus viajes y pedir asistencia.
 ?? MARCELO CARROLL ?? Desborde en Ezeiza. Se dieron de baja partidas a Chile, Perú, Brasil, Paraguay y otros países.
MARCELO CARROLL Desborde en Ezeiza. Se dieron de baja partidas a Chile, Perú, Brasil, Paraguay y otros países.
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