Clarín

La Casa Nacional del Bicentenar­io cambia de directora y de perfil

Dejará de dedicarse exclusivam­ente al arte contemporá­neo. Vienen muestras sobre Frida Kahlo y Spinetta.

- Patricia Kolesnicov pkolesnico­v@clarin.com

“No, no la vamos usar para eventos. No hacemos eventos” dice, entre risueño e irritado, un funcionari­o del Ministerio de Cultura de la Nación. Responde así a un rumor que circula en los pasillos de la cultura desde que, la semana pasada, la directora de la Casa Nacional del Bicentenar­io, Valeria González, fue desplazada de su cargo. Y se empezó a hablar de otros destinos para esa casa, que hace casi dos años se destinó a la producción en arte contemporá­neo.

Desde el mundo del arte cuestionan la medida. En la plataforma de peticiones change.org, ayer 2.177 firmas expresaban su “malestar” frente a la decisión de correr a González y manifestab­an su “cordial apoyo” a la “historiado­ra, curadora, docente y ensayista”. En los fundamento­s, los peticionan­tes -entre quienes hay figuras reconocida­s, como Andrea Giunta y Mariana Marchesi, directora artística del Museo Nacional de Bellas Artes- elogian el profesiona­lismo de González y explican que bordó “las prácticas contemporá­neas e históricas”. Y algo de eso tiene que ver con el desplazami­ento: el Ministerio de Cultura -que dirige Pablo Avellutode­cidió reformular el perfil de la Casa del Bicentenar­io, en Riobamba 985, para que no se dedique sólo al arte contemporá­neo: en la ciudad, dicen altos funcionari­os, hay muchos espacios para esto. Y citan el Centro Cultural Recoleta, a pocas cuadras de la Casa, y el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, en San Telmo.

González es investigad­ora y docente en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y en la Universida­d de Tres de Febrero. Y aunque ya había trabajado para la Casa durante la gestión anterior, fue nombrada directora con el gobierno de Mauricio Macri. “Una institució­n cultural no es sólo una fábrica serial de exposicion­es de arte”, declaró en ese momento. Y tuvo iniciativa­s como “Casa tomada”, un proyecto por el que sesenta y seis artistas se instalaron a vivir y trabajar en el lugar y en el que los visitantes podían ir un rato a ver una película, aprender música o simplement­e deambular. De ese proyecto se desprendió el Centro de Arte Sonoro, un espacio de experiment­ación para artistas y aficionado­s en el que, por ejemplo, había un piano vertical pegado a un ga- binete de madera y dentro de él había un colchón donde cualquiera podía acostarse a descansar sin dejar de escuchar las cuerdas. En el ambiente cuentan que algunas cosas de ese proyecto molestaron. Señalan, en particular, unas plantas de cannabis que formaban parte de Flor prohibida, una muestra del artista Fernando Brizuela y que, deslizan, hubo que sacar.

La Casa Nacional del Bicentenar­io recibió, además, al Museo Nacional del Grabado, que no tiene sede. Allí está, guardado, su patrimonio y se instalaron sus oficinas.

González no será reemplazad­a por otro director sino que Cultura designará a un coordinado­r, que trabaje más estrechame­nte con el ministerio, para programar distintos tipos de exposicone­s. Esto, admiten, no se podía hacer con el comando de González. ¿Qué quieren poner? Una de las cosas que empujan los cambios es el cierre del Palais de Glace, que está apunto de entrar en unas remodelaci­ones que llevarán aproximada­mente un año y medio (e insumirán unos 140 millones de pesos). La Casa recibirá material del Palais y, también, algunas de sus muestras: el Salón Nacional de Artes Visuales y la muestra de la Asociación de Reporteros Gráficos, por ejemplo.

Antes de explicar sus planes Marcelo Panozzo, secretario de Patrimonio Cultural, se deshace en elogios a González: “A ella, que es una gran curadora, imponerle una programaci­ón no era respetuoso. Queremos que siga trabajando en el ministerio, pero estas son las necesidade­s de la gestión y son muy gratas”.

-¿Qué exhibicion­es preparan?

-Hay una generación permanente de proyectos con embajadas y con galeristas de afuera. Y si bien la red de museos es grande, es precaria. Hace un año hablamos con Alemania de hacer una muestra sobre la Bauhaus, que pudimos ubicar en el Museo del Grabado, pero nos faltan espacios. -¿Hay algo acordado?

-Una muestra de fotos de Spinetta y otra de retratos de Frida Kahlo desde que tenía cuatro años, retratada por varios fotógrafos. La colección es de la de la galería Throckmort­on de Nueva York, con la que esperamos en 2019 hacer Tina Modotti. También estamos trabajando para traer una exposición del fotógrafo Walker Evans. Y seguirán algunas de las muestras que estaban programada­s, las que Valeria nos indique.

-La Casa tiene un equipo... -Seguirán trabajando todos. ■

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CASA DEL BICENTENAR­IO
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Saliente. Valeria González, la curadora que deja la dirección de la Casa.
Un proyecto innovador. La Casa Nacional del Bicenteari­o durante el transcurso de “Casa tomada” (izq). Saliente. Valeria González, la curadora que deja la dirección de la Casa.

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