Francisco asiste a las exequias de Law, el cardenal que protegió a pedófilos en EE.UU.

El Papa argentino presidió ayer al atardecer en Roma los ritos finales de la misa de los difuntos que tuvo por protagonista al cardenal y ex arzobispo de Boston, Bernard Law, un símbolo negativo del peor escándalo por abusos sexuales en la historia de la iglesia de EE.UU. y de la cobertura que le dio la Santa Sede concediéndole la inmunidad diplomática para evitar que fuera procesado y a la cárcel en su país. “Espero que estén bien abiertas las puertas del infierno para darle la bienvenida”, afirmó una de las numerosas víctimas de casi un centenar de curas pedófilos de la gran arquidiócesis entre 1984 y 2002.

Law, muerto el miércoles a los 86 años, ya tiene listo un importante sepulcro en la Cripta de las Reliquias de la basílica de Santa María la Mayor, como archipreste emérito, título honorífico que le dio el Vaticano cuando se retiró en 2011. Pese al escándalo mayúsculo que enlodó a la iglesia norteamericana, obligada a pagar más de US$ 3.000 millones a las víctimas, Juan Pablo II refugió en el Vaticano a Law en 2004, dos años después de su renuncia y cuando la situación se hacía grave para el cardenal. Mantuvo siempre bien agarrado el pasaporte vaticano que lo puso a cubierto de procesos y extradiciones.

Law fue acusado de proteger a decenas de curas pedófilos durante los 18 años a la guía de Boston. El caso fue revelado por el diario The Boston Globe, que ganó un Pulitzer en 2003. El episodio fue llevado al cine en 2015 y obtuvo un Oscar al mejor film.

En una actitud criticada por las víctimas, el Papa concurrió a las exequias. La presencia de Francisco fue explicada por funcionarios vaticanos como una obligación protocolar. El pontífice asiste a la misa del difunto cuando muere un cardenal porque los cardenales eran los párrocos de Roma que elegían al obispo de Roma y Papa de la Iglesia.