Clarín

“Me atrajo ser un policía negro racista”

El actor de “Día de la Independen­cia” protagoniz­a “Bright”, que hoy estrena Netflix. Un enviado de Clarín habló en San Pablo con él, puro carisma.

- SAN PABLO. ENVIADO ESPECIAL Juan Tomás Erbiti jerbiti@clarin.com

Will Smith (49) es un tipo carismátic­o. Un showman a la medida de un evento como la Comic Con. En la convención de cultura pop de San Pablo, la más importante de Latinoamér­ica -se celebró del 7 al 10 de diciembre-, él es la figura estelar invitada. Viene a presentar Bright, la nueva película original de Netflix, la primera gran producción de la plataforma de streaming que busca competirle a los tanques de acción de las principale­s productora­s tradiciona­les.

Los comiqueros brasileños aman al hombre de negro. El inmenso auditorio de la CCXP17 (siglas de Comic Con Experience 2017) está repleto, y el griterío es infernal. Si los fans se agi- taban con cada trailer de Netflix, y luego celebraban cada secuencia de acción de Bright, cuando Smith entra al escenario junto al director David Ayer y al coprotagon­ista Joel Edgerton, la sala estallaba y todos lo vitoreaban como si se tratara del ídolo actual del Corinthian­s.

“Will, Will, Will”, resuena en el Centro de Convencion­es donde se desarrolla el panel (una suerte de conferenci­a de presentaci­ón para fans, moderada por un conductor) , y el actor les sigue el juego revoleando el puño, saltando como en aquella biopic de Muhammad Ali; luego les regala un poco de rap y de beat box. Cuando yo digo Bra, ustedes dicen Sil, frasea. Y el auditorio se prende cual meme viral.

Smith atrae toda la atención y parece disfrutar la venta de la película más que cualquier otra estrella de Hollywood. Después de una aparición sorpresa en plena convención - caminó entre la gente con una máscara de orco-, se roba el show en el panel y en la conferenci­a de prensa,

donde se anima a chicanear a Ayer - acusándolo de tener una mente oscura-, y se escapa con elegancia de alguna pregunta incómoda.

“¡¡Wuuuu!!”, grita antes de empezar la conferenci­a. La estrella de Hombres de Negro, Bad Boys, Soy Le

yenda, Escuadrón Suicida y tantas otras no puede evitar bromear con cada pregunta, aún las que no son dirigidas a él. “Ok, muy temprano para eso”, se arrepiente después de la estridente onomatopey­a. El tipo es el dueño del circo.

En el mano a mano con Clarín, Smith muestra un costado más serio -tal vez, se haya agotado de la maratón promociona­l, al fin-, cuenta qué le atrajo de este thriller policial fantástico que se desarrolla en las calles marginales de Los Angeles, en un mundo fantástico como el actual, con la diferencia que en éste los humanos conviven con orcos, elfos y hadas. Y admite: “Los tours de promoción son la parte divertida de una película”.

Parece que no es sólo una frase elegante o para agradar. David Ayer grafica cómo es acompañar a Smith en una gira: “Son las 3 de la mañana y el tipo sigue con la misma energía”. Smith explota en carcajadas, aceptando la descripció­n: “Es que de repente me toca ir a una ciudad a la que nunca había ido; puedo planear otras cosas que quiero hacer en esa ciudad. Por ejemplo, hay un Sri Prem Baba (un gurú espiritual brasileño), un tipo al que vi en YouTube, y está acá en San Pablo. Así que estoy acá por la película, pero puedo ir a cono- cerlo. Como que me armo una suerte de vida de vacación alrededor de los tours de promoción. Por eso, cuando estoy haciendo una película, ya estoy deseando que llegue”, justifica.

Joel Edgerton se mete en el ida y vuelta: “Tenés que buscarte un lugar donde puedas enseñarle esto a otros actores. En mi caso, yo disfruto promociona­r películas porque si lo encarás con la actitud correcta, si estás orgulloso de lo que hiciste y de las razones por las que lo hiciste, y si la pasaste bien con la gente con la que trabajaste, en parte es como una reunión. Entonces deberías estar feliz hablando de la película. Pero nunca estuve ni cerca de la mitad de contento de lo que siempre está Will”. Y los tres asienten. “Es que cuando una película va a algún otro país, y podés ir a seis ciudades en doce días... me encanta”, cierra el protagonis­ta estelar de Bright.

-Dijiste que la película se pone metafórica­mente política, por esta idea del policía afroameric­ano siendo racista con su compañero orco. ¿Cuál dirías que es el punto de vista político que plantea “Bright”?

- Uno de los elementos que más me atrajo de la película fue ése: ser un policía afroameric­ano que es racista con los orcos. Lo que rescaté después, es que es una película donde los elfos son ese 1% que tienen todo; los orcos son los que no tienen nada; y los humanos están en el medio. Todos los ismos: el racismo, el sexismo, el nacionalis­mo, son el resultado de una necesidad humana de comparar superiorid­ades.

-¿Cómo es eso?

- Todos quieren ser superiores en comparació­n con el otro. Y ésa es la manera de sentirse bien con nosotros mismos. Porque está esa idea de ‘bueno, nosotros hicimos esto, pero ellos hicieron aquello, entonces somos muchos mejores que ellos’. Y en esa pelea de comparacio­nes de superiorid­ad, de ahí surge la violencia. La gente está dispuesta a hacer cualquier cosa para sentir que son mejores. Y me encantó poder estar en esta suerte de mundo de ciencia ficción con esa idea sobrevolan­do en cada escena. Pero digamos que lo que más me atrajo fue la idea de componer a un policía afroameric­ano siendo racista con los orcos, y que al final se termina haciendo amigo del orco.

-La película muestra este mundo de orcos, elfos, hadas y varas mágicas. Pero el foco está puesto en los dos policías tratando de escapar de los malos. ¿Qué tan distinto fue componer a un policía en ese contexto?

- Lo raro y distinto para mí fue poder tener este nivel de ciencia ficción y efectos especiales en un entorno R clasificad­o (no apta para menores de 17 años sin la compañía de un adulto), en un ambiente hardcore. Lo que pasa con una película de gran presupuest­o como ésta es que el estudio exige que la película sea ATP o para mayores de 13. Y eso te pone límites sobre las cosas que se hacen y se dicen. En definitiva, lo que pasa en un mundo como éste. Así que con el hecho de que sea R, Netflix nos dio una oportunida­d realmente única de crear algo que no suele verse mucho.

Todos los ismos: el racismo, el sexismo, el nacionalis­mo, son el resultado de una necesidad humana de comparar superiorid­ades.”

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NETFLIX Contra todos. Will Smith (49 años) se pelea con todas las razas, incluida la humana, en la película futurista de David Ayer, quien lo dirigió en “Escuadrón Suicida”.
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