Clarín

Los nuevos números de Vidal y el “operativo zarpazo” al Conurbano

Provincia. Las reformas que está aporbando el Congreso le da un plus millonario. En Cambiemos creen que es el momento de desplazar al PJ de municipios clave.

- Eduardo Paladini epaladini@clarin.com

Internamen­te, en la Gobernació­n bonaerense le dicen "el Triángulo de las Bermudas". Usan la comparació­n con la mítica área geográfica cercana al Golfo de México para hablar de economía. De la herencia de Daniel Scioli. De un trío de variables numéricas que hacían inviable la administra­ción provincial: una presión tributaria récord del 6% del PBI, un déficit cercano al 1% y una inversión en obra pública del 3,7%. Dos años después, los números de María Eugenia Vidal son claramente otros. Y con esas cifras, Cambiemos espera dar en 2019 el zarpazo sobre la trinchera más potente que le quedó al peronismo: el caliente Conurbano.

"De esas tras variables, en 2016 mejoramos la obra pública, que ya está en un 8%. Este año vamos a bajar la presión tributaria a un 5,6%. Y de a poco vamos a llevar el déficit a 0,5%. Si bien aumentamos la deuda a poco más del 7% del PBI, como a nivel nacional, a partir de 2020 empezará a bajar", le dice a Clarín un funcionari­o que sigue la evolución de la caja.

En un fin de año violento, en la Provincia seguían con atención las reformas que votaron en su Legislatur­a y las que están aprobando el Congreso. Es una cadena en la que van enlazando gastos e ingresos. En es- te último punto, la situación bonaerense es de privilegio: si los jubilados son los principale­s afectados por los cambios de Mauricio Macri, los vecinos de la Provincia son los grandes beneficiad­os. Básicament­e porque recuperará­n la plata que les correspond­e por el Fondo del Conurbano: unos $ 40.000 millones en 2018, $ 65.000 millones en 2019.

"Sólo así la Provincia puede pensar en un mediano plazo o, como hizo semanas atrás, que María Eugenia vaya a buscar inversione­s a China", apunta otro funcionari­o. "No hay dudas de que Scioli era un desastre. Pero aun así, sin este plus la Provincia sólo administra­ba pobreza", exculpan en parte al ex gobernador y abren el paraguas ante los cambios. Con más números: "La Provincia recibía en su momento un 28% de los fondos coparticip­ables. Pero fue bajando y ahora estaba en el 21%. Con lo que recuperamo­s del Conurbano, subimos a 24% o 25%. Es decir, seguimos debajo que hace 20 años", aseguran.

Más allá de la ayuda del Gobierno nacional, en la Provincia aseguran haber hecho sus propios deberes. Como adelantó Clarín, esto incluyó un recorte de 2.500 millones en la Legislatur­a, la reducción de 221 cargos políticos de la administra­ción provincial (sobre poco más de 900) y un cuestionad­o ajuste en la caja jubilatori­a del Banco Provincia.

"La caja pierde 5.000 millones por año. Tenés 10.000 empleados y 15.000 jubilados del Banco Provincia. La proporción es 0,7 a 1, cuando tiene que ser 3 a 1. Es imposible de sostener. Se jubilan a los 57 años y con un porcentaje alto respecto a la media de la ANSeS", justifican en Provincia. Y agre- gan: "Ahora la vamos a equiparar con las jubilacion­es más normales, es un proceso hasta el 2028, y ahí sí se van a jubilar a los 65 años y con cifras similares al resto. Y los que aportaron más van a tener un plus".

En la Gobernació­n prevén un verano relativame­nte tranquilo en cuanto a números, aunque descuentan un nuevo conflicto docente antes de arrancar las clases. "Baradel no se lo va a perder", resumen, con críticas al titular kirchneris­ta del gremio SUTEBA. Creen, de todos modos, estar algo mejor parados que en años anteriores: "Con la cláusula gatillo se acaba la discusión. Está claro que los trabajador­es no pierden".

Más allá del tono épico que buscan imprimir en la Gobernació­n, cuando hablan de que "María Eugenia lo que está dejando es un legado para los bonaerense­s", lo cierto es que estos cambios económicos son la base de sustentaci­ón para otro período amarillo en la Provincia. Cosechar y alimentars­e con lo que se sembró. Y no sólo eso: cada vez con menos timidez, en Cambiemos sostienen que si 2015 fue el año sorpresa para apartar al PJ de la administra­ción central, en 2019 jugarán a dos bandas. No sólo Vidal irá por la reelección, sino que buscarán avanzar en el terrenos más complicado por los no PJ: el Conurbano.

Hace dos años, apenas un puñado de dirigentes macristas dieron la sorpresa: Néstor Grindetti, en Lanús, Martiniano Molina en Quilmes, Ramiro Tagliaferr­o en Morón, Nicolás Ducoté en Pilar y Diego Valenzuela en Tres de Febrero, Jorge Macri repitió en Vicente López y San Miguel, que era massista. Ahora van por más.

Tomando como base las victorias legislativ­as de octubre, en Cambiemos apuntan de entrada un puñado más de municipios ganables en 2019: Tigre y San Fernando, hoy en manos del Frente Renovador; San Martín e Ituzaingó, con intendente­s peronistas. También Hurlingham (PJ), donde quedaron a centésimas. "Pero pensá que van a estar María Eugenia y Mauricio traccionan­do la boleta. Así que podemos ganar varios más", se emocionan. Por esa fe en la tropa propia, remarca un funcionari­o, dejaron en espera a los intendente­s opositores, sobre todo massistas, que llamaron presurosos con su garrocha lustrada. ■

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En La Matanza. Vidal, en una visita reciente a la cooperativ­a La Juanita.

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