Clarín

Grabich: “Necesitaba saber si quería volver a nadar y me di cuenta de que tengo ganas”

El medallista de bronce en el Mundial de natación de 2015 se sobrepuso a un bajón y replanteó su futuro.

- Hernán Sartori hsartori@clarin.com

Sacrificar todo en pos de un objetivo claro. Saber que se puede. Sentir el progreso. Vivir la adrenalina. Gloria. Más gloria. Flashes. Notas. De nuevo al entrenamie­nto. Meseta. Las metas quedan lejos. Y llega el bajón. El deportista de alto rendimient­o suele pasar por este ciclo y es su temperamen­to el que define su futuro. Federico Grabich conoció este proceso y, en diálogo con Clarín, admite que pensó en dejar de nadar. Pero todo fue fugaz y decidió darse la chance de volver a ser el que fue. Por eso se irá dos meses a entrenarse a Australia.

“Desde Londres 2012, todo fue ascendente hasta 2015. Pero 2016 estuvo muy cerca de ser una mierda -confiesa con crudeza-. En Río hice mi marca en los 200 libre pero en los 100 estuve un poco arriba, no pude entrar a las semifinale­s y me quedó la bronca de no tener una revancha dos semanas después en un Campeonato Argentino. Aunque si hubiera hecho menos tiempo, me habría matado, je”. -Pasa que en la natación te jugás todo en 40 centésimas. Es plata o... -¡Ah, sí! Sé que mis pruebas son así: es la gloria o te quedás afuera muy fácilmente. Después del Mundial en Indianápol­is, me tranquilic­é durante las vacaciones para pensar qué quería. Necesitaba saber si quería volver a nadar. Y realmente me di cuenta de que tengo ganas. Creo que tengo algo más para dar para mí y para la Selección. Me siento de 20 años, aunque la recuperaci­ón no es la misma, je. -¿Pediste consejo de un profesiona­l para elaborar lo que querías hacer? -No, lo charlé con mi ambiente cercano: con mi entrenador­a y con mi familia. No es fácil pedir ayuda sin saber lo que quiero. La beca del ENARD me bajó, como correspond­e. Pero cuando te va muy bien, están todos. Y cuando te va mal, sos el peor y escuchás a algunos de afuera decir: “¿Para qué seguimos gastando en este deportista?”.

Este deportista fue amo y señor en 2015, con el oro en los 100 libre y la plata en los 200 libre de los Juegos Panamerica­nos de Toronto, y su histórica medalla de bronce en los 100 libre del Mundial de Kazan.

Pero llegó a Río de Janeiro 2016 con una mochila enorme y se fue sin siquiera una semifinal. Hoy, a los 27 años, el de Casilda sabe lo que quiere: volver a ser. Y por eso viajará el 13 de enero a Australia.

“En Brisbane hay un buen entrenador con un buen grupo de nadadores de mis pruebas. Allá levantás una piedra y sale un buen nadador -resume-. Así que la idea es entrenarse por ejemplo junto a Kyle Chalmers, el campeón olímpico, y Cameron McEvoy. Elevé este proyecto a la CADDA y al ENARD con paciencia y a conciencia, porque no quería que me preguntara­n con razón: '¿A qué vas? ¿De vacaciones?'. No, yo quiero seguir. Esto no me garantiza ganar medallas, pero voy a mejorar”.

-¿Te arrepentís de no haberte ido a entrenarte afuera antes?

-No. Estuve viviendo un año en Barcelona, pero no entrenándo­me con nadadores de mis pruebas. No me

Si en dos años no volví a estar cerca de mi mejor rendimient­o en 100 metros libre, es que algo pasa”. Federico Grabich

arrepiento y lo que propongo con este cambio lo hago para no reprocharm­e nada. Me imagino que cada pileta tiene algo distinto. Si no, nadaríamos todos iguales. Intuyo que puede ser bueno. Veo los registros de los entrenamie­ntos y están bien. Pero veo que no mejora la marca y algo está fallando. Indudablem­ente. Así que apunto a mejorar los 48 segundos en los 100 metros y 1m47 en los 200. -¿Teafectó la presión de tener que refrendar tus logros de 2015? -Por presión propia. A los de afuera aprendí a llevarlos, porque si ganás una medalla en un Mundial, es lógico que te pongan otra en unos Juegos Olímpicos. ¿Quién no soñaría con eso? Lo importante era seguir trabajando hacia una meta clara. No salió tan mal, pero no como yo quería. -Pero no entraste a una semi en Río... -No fue lindo. Me fui desilusion­ado pero feliz porque había aprendido a disfrutar lo que quería. No a estar de fiesta, pero a estar contento por competir en excelentes condicione­s físicas. El único torneo que no disfruté fue Londres 2012. A Río entré con una sonrisa y salí con media, pero se me pasó. O recordás todo el tiempo eso o intentás cambiar algo para que te pase menos o no te pase. Al cabo, es sumamente difícil estar en un podio. -¿En tu deporte eso es más notable? -En la natación es difícil estar siempre al ciento por ciento. Para algunos es fácil, como para Michael Phelps, que se tira al agua y le va bien en los torneos que elige. Pero ojo que en Río ganó 6 medallas y en ninguna se acercó a su tiempo. Él se puede dar ese lujo, como Usain Bolt, de seguir ganando con un tiempo choto. Yo salí tercero en el Mundial pero subí 50 centésimas y quedé 22°. Es así. Es cruel. -Bill Sweetenham, el entrenador australian­o que los asesora, dijo de vos: “Tiene potencial para estar entre los cuatro mejores del mundo. Pero sólo si él quiere. Necesita consistenc­ia y preparació­n”.

-A Bill lo conozco. Siempre va a faltar algo. Me mudé a Rosario para tener una pileta mejor. Y el proyecto en Australia es para intentar mejorar con un buen grupo de trabajo. Tampoco me puedo buscar un kinesiólog­o de Córdoba o de Buenos Aires si vivo en Rosario... No me puedo olvidar que llegué a mi mejor rendimient­o haciendo las cosas desde mi casa, desde mi lugar. No es que me fui a entrenar a Estados Unidos con un grupo excelente para llegar. ■

 ?? MARIO QUINTEROS ?? Volver a ser. “Creo que tengo algo más para dar”, reconoce Federico Grabich ante Clarín.
MARIO QUINTEROS Volver a ser. “Creo que tengo algo más para dar”, reconoce Federico Grabich ante Clarín.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina