El posible traslado a los precios
El Gobierno desató el corsé que implicaba tener una meta inflacionaria de 10% para 2018 y el mercado respiró con subas del dólar (+4,6%),la Bolsa(2,7%) y los títulos públicos( 3%) en un nuevo marco para 2018. Lo hizo después de que en 2017 la meta fuera 17% y la inflación sería del 23/24% y después de meses en los que el alto nivel de las tasas de las Letras del Banco Central (Lebacs) se demostró insuficiente para bajar los índices del precios al andarivel que pretendía el Central.
En números, el esquema consistía en que las Lebac pagaban 28,75% anual, superaban con holgura a la inflación y le ponían un “piso” alto al costo del financiamiento que debían pagar los particulares, las empresas y el propio Tesoro Nacional. Además, ese elevado nivel de la tasa favorecía el ingreso de dólares para comprar Lebac y que, a la vez, aumentaba la oferta de divisas favoreciendo el atraso del precio de la divisa.
El anuncio del ministro de Hacienda de que habían decidido “recalibrar” la política y “postergar” por un año la meta de 10% para bajar la inflación en un acto de realismo y en el intento de coordinar la estrategia “gradualista” para bajar el déficit fiscal frente a la dureza de la política monetaria.
Un resultado inmediato fue un salto del dólar de 4,6% que lo llevó a $19,27 en el mercado mayorista. Nadie en el Gobierno se puede llamar a engaño por el dólar porque fue buscado después de meses en los que se lo consideraba atrasado. Los datos del comercio exterior muestran que las importaciones crecen 20% en lo que va del año mientras las exportaciones lo hacen a un magro 1,2%.
Pero también el salto del dólar introduce la preocupación sobre el traslado a precios en en un tiempo en el que los bolsillos están digiriendo las subas de gas, luz, combustibles y prepagas y se viene un salto del 25% en el boleto del transporte.
La nueva meta del 15%, que deja atrás el sistema de bandas, lejos de aliviar compromete más la posición del Banco Central. ■