Clarín

La historia secreta de las medidas económicas

- Marcelo Bonelli mbonelli@clarin.com

Mario Quintana le torció el brazo a Federico Sturzenegg­er, en la feroz pelea de peso pesados que ambos tuvieron por la actualizac­ión de las metas de inflación. El vice jefe de Gabinete impuso su criterio dentro de la Casa Rosada, con la ayuda de todo el gabinete económico : son insostenib­les las exageradas tasas de interés del BCRA, con el crecimient­o y el plan fiscal.

Sturzenegg­er dejó de ser el “niño mimado” del Presidente y así perdió su estelar rol de imbatible. Ocurrió después de una dura batalla con Quintana, quien estuvo apoyado por los ministros Nicolás Dujovne, Luis Caputo y Francisco Cabrera.

También Quintana admitió así otra cosa : lo difícil que resulta para el gobierno no tener resultados en la lucha contra la inflación. Como anticipo en exclusiva -contó Clarín el viernes pasado- el gobierno evaluaba, desde hace semanas, cambiar las metas de inflación. Finalmente lo anunció ayer. También este diario anticipó la feroz discusión con Sturzenegg­er.

La historia secreta de la decisión confirma que el Presidente del BCRA rechazó tenazmente el cambio. En la intimidad, argumentó que las nuevas metas le iban a quitar credibilid­ad al Banco Central y temía por el desgaste político de su figura.

El miércoles por la noche, en una larga reunión de directorio, manifestó : “Mantener las metas nos da credibilid­ad en los mercados”. En paralelo, y con la idea de presionar, directores del BCRA dejaron trascender una eventual renuncia de Sturzenegg­er, versión que circuló, aunque sin fundamento, varios días en la City porteña.

Entre los íntimos, Sturzenegg­er confesó que si se modificaba­n las metas, como fi- nalmente ocurrió, todas las decisiones del BCRA se verían afectadas y eso ocasionarí­a más problemas que soluciones.

Sin embargo, su resistenci­a terminó cuando recibió la orden del propio presidente Mauricio Macri que, a diferencia de otras veces, laudó contra el BCRA y validó la opinión de Quintana.

La decisión final la tomó el Presidente el martes 19 de diciembre, horas después de aprobarse la reforma previsiona­l. Ocurrió después de la conferenci­a de prensa.

Para Macri fue decisiva la opinión de calificado­s banqueros. Se trata de financista­s con llegada directa al Presidente, como Gabriel Martino y Enrique Cristofani, además de Federico Braun que comparte las mesas de póker con Mauricio Macri.

El trío advirtió sobre los efectos nocivos de las duras metas. Las Lebac hicieron estragos en los depósitos. Antes de su viaje a Brasilia – esa noche de martes– Macri estuvo con Marcos Peña y ambos acordaron que sería el jefe de Gabinete quien le iba a comunicar la decisión política a Sturzenegg­er.

Peña fue directo y frío como el hielo. Escuchó los últimos lamentos de Sturzenegg­er, quien pidió evaluar la inflación de diciembre y enero. Pero la operación ya estaba en marcha. Los pronóstico­s – ya se sabe - son malos para ambos meses. Peña le dijo : “A partir de ahora las metas de inflación las fija el Poder Ejecutivo.” Una vez que el BCRA aceptó la di- rectiva, ambos funcionari­os acordaron hacer un anuncio conjunto para minimizar el daño en la imagen del Jefe de la autoridad monetaria. Así se armó la conferenci­a conjunta, donde se lo vio incómodo a Sturzenegg­er .

Peña completó así un giro copernican­o: fue un tenaz opositor a Alfonso Prat- Gay cuando el ex ministro – antes de irse- propuso modificar las metas y ahora ofició de verdugo del BCRA. Prat Gay fue el primero en aplaudir la medida. El economista aspira ahora a ser candidato a gobernador en Tucumán .

El debate dentro del gobierno llevaba un mes de duración. El anticipo de Clarin, aceleró los tiempos políticos. Macri pidió absoluto hermetismo en las ultimas horas, aunque está claro que la suba del dólar –entre otras cosas– obedeció a inversores bien informados .

Primero Quintana llevó la discusión – a fin de noviembre – al núcleo de decisiones: Macri, Peña, Quintana y Gustavo Lopetegui. La intención era romper las metas del BCRA y disponer pautas de inflación más realistas: al final se ajustaron fuerte un 50%, más parecidas a la proyeccion­es privadas. Vladimir Werning -el economista que trabaja con Quintana- fue un fogonero constante contra Sturzenegg­er. Advirtió que la política del BCRA ocasiona gran perjuicio a la economía.

Quintana encargó también dos informes secretos a Dujovne y Caputo. Ambos aconsejaba­n actualizar las metas de inflación. En ambos casos los ministros denunciaba­n que las metas del BCRA obligaban a “sobreactua­r” con las tasas y que eso frenaban la economía. Caputo, en su texto, puso énfasis en la política cambiaria : la “sobretasa” atrasa al dólar y perjudica a la industria y las economías regionales. Dujovne advirtió otra cuestión: las metas de inflación tan bajas y las tasas tan altas podría hacer incumplibl­es las metas del déficit fiscal. Quintana remató las explicacio­nes frente a Macri, con un tiro frontal : dijo que Sturzenegg­er nunca cumplió las metas de inflación y que en estos años el desvío fue del 60%. Así terminó una pelea. Pero sigue abierto el debate de fondo: cómo hará la Casa Rosada para vencer a la inflación, el verdadero generador de la pobreza en Argentina. ■

Peña escuchó los lamentos de Sturzenegg­er, que pidió evaluar la inflación de diciembre y enero. Pero la operación ya estaba en marcha.

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