Clarín

Conmoción en Villa Devoto por “Mukeño”, un vecino acusado de violar a menores

Un nene de 12 años se quebró en Nochebuena y les reveló a sus familiares los abusos que sufría desde 2015. En el caso hablan de más casos: le escracharo­n la casa.

- Nahuel Gallotta policiales@clarin.com

La familia estaba afuera, en la vereda, disfrutand­o de los juegos artificial­es de sus vecinos. Y.A.E (12) era el único que no había salido. Cuando se vio solo, se tomó los restos de los vasos del brindis de las 24. A la hora que debería llegar Papá Noel, él pensaba en cómo revelarle a su familia todo lo que había padecido entre 2015 y 2016.

Cuando el resto entró, “Y” comenzó a preguntar por su tía. A los gritos, pidió que la llamaran por teléfono. Luego se puso a llorar y les pidió discul- pas a sus hermanos y a sus sobrinos. Nadie entendía nada. “Ustedes me tienen que entender; no saben lo que me pasó… por eso nadie entiende por qué soy así de violento con ustedes: a mí me violaron”. Sus familiares seguían sin comprender de qué hablaba. “Fue ‘Mukeño’. Me violó”, concluyó el menor en su casa de Villa Devoto, mientras seguía llorando.

Lo abrazaron, lo calmaron, lo hicieron ducharse y lo acostaron. Durante esa madrugada, su familia entendió todo: por qué había dejado de ir a la escuela, hasta quedar libre; por qué había dejado de cruzarse a la pelopincho de la vereda de enfrente, salir a jugar al fútbol y andar en bicicleta con sus amiguitos de la cuadra, para encerrarse en la pieza con la computador­a y no salir más; también, comprendie­ron la causas de la violencia con la que trataba a sus hermanos menores. A la mañana siguiente, “Y” recibió la visita de su tía. A ella le confesaría más detalles.

“Mukeño”, de 26 años, es un hombre de nacionalid­ad uruguaya cuyo nombre aquí se reserva. Vivía a doscientos metros de su casa, sobre la misma calle. Lo había visto crecer; era el mejor amigo del hermano mayor de “Y”. Si bien hacía un buen tiempo que se había mudado, en su última época en el barrio solía pasar por su casa para ir juntos al cyber. “Mi sobrino me contó que cuando se quedaban sin plata, ‘Mukeño’ le ofrecía ir a seguir jugando en la computador­a de su casa”, asegura “Mecha”, tía de la víctima. “Empezó a darle besos en la boca, a tocarle las partes íntimas y a encerrarlo en la habitación. Lo tenía amenazado para que no hablara con nosotros”.

Esa mañana “Y” le mostraría a su tía las conversaci­ones de Facebook que mantenía con “Mukeño”. Clarín pudo acceder a ellas. La última es de septiembre de 2016, pero habían comenzado en 2015. En ellas, el abusa- dor le dice que quiere ser “su papá”, le pregunta si tiene cámara para verlo, si la pasa bien cuando están juntos, si alguien lee los mensajes que se mandan y le cuenta su plan de construirs­e una casa para vivir juntos. “Y” casi no le responde, o solo lo hace con monosílabo­s. Le insiste en que le devuelva un celular que le robó. “Si me querías tanto, ¿por qué me tocabas el pito?”, lo increpó en el último chat. Ese mismo día se presentaro­n para hacer la denuncia en la comisaría 45°, con jurisdicci­ón en la zona.

El último martes, desde las 18, familiares, amiguitos y vecinos de “Y” se reunieron en la puerta de la casa de la madre de “Mukeño”. Cortaron la calle, pintaron el frente y la vereda con aerosol. “Violín”, lo escracharo­n con pintura, varias veces.

“Hasta que no se entregue no nos vamos”, le exigían a su mamá, que juraba ser la única de la casa. “Durante las protestas algunos vecinos se me acercaron para contarme de intentos de abusos que sufrieron sus hijos por parte de este hombre”, dijo Viviana, mamá de “Y”, que decidió enviar a sus hijos a lo de unos familiares para prevenir una eventual venganza del acusado. “Era como de la familia”, explicó.

“Mukeño” conoce los movimiento­s de la casa de quienes los denuncian. Por las redes sociales, a los familiares de “Y” los contactaro­n otros que habrían sufrido lo mismo. “Estamos buscando más víctimas, para que lo denuncien y logremos que pase años en la cárcel”, señalaron.

En un momento de la protesta, una de las abuelas de “Y” se descompuso. Mientras se recuperaba lo vio y gritó: “Mukeño” estaba saltando de terraza en terraza. Más tarde se terminaría presentand­o ante la Policía.

Según pudo saber Clarín, lo hizo en la comisaría 45°, asegurando que querían incendiar la casa de su madre. Fuentes policiales confirmaro­n que hay una causa por abuso abierta en su contra pero que está libre.

Este medio intentó comunicars­e con el Juzgado Criminal y Correccion­al 56, a cargo de la denuncia, pero no recibió respuesta. Ayer por la mañana, “Y” declaró en la comisaría de la Comuna 12. Hoy le harán análisis médicos.

“Mukeño” estaría trabajando como personal de seguridad. Antes lo hacía como remisero. En el barrio muchos lo recuerdan por lo mismo: estar en cybers o un local de video juegos siempre acompañado por niños mucho más chicos que él. De adolescent­e, tenía su grupo de amigos en la esquina de su casa. Allí, en Baigorria y Lomas de Zamora, conoció al hermano mayor de “Y”.

En las redes sociales, los vecinos no puede con su indignació­n. Tampoco con la sorpresa: hoy se reunirán a las 19 frente a su casa. ■

La familia hizo la denuncia y empezó a recibir versiones de otros vecinos del barrio

 ?? DIEGO DÍAZ ?? Indignació­n. El frente de la casa que atribuyen a la madre del denunciado, llena de pintadas, ayer. Hoy volverán a concentrar ahí.
DIEGO DÍAZ Indignació­n. El frente de la casa que atribuyen a la madre del denunciado, llena de pintadas, ayer. Hoy volverán a concentrar ahí.

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