A cuatro años del accidente, la salud de Schumacher es una incógnita
En mayo su abogado dijo: “No puede andar o levantarse sin ayuda”. Así ofreció la última información oficial.
Las fechas generan recuerdos y los recuerdos disparan preguntas. Hace cuatro años una noticia paralizó al mundo del deporte. Michael Schumacher, séptuple campeón de Fórmula 1, fue ingresado en coma a la clínica Universitaria de Grenoble tras una brutal caída mientras esquiaba en los Alpes de Meribel. El impacto le había provocado serias lesiones cerebrales que lo dejaron al borde de la muerte. A cuatro años su presente se encierra en signos de interrogación.
Todo es hermetismo y silencio en torno a la salud de uno de los íconos del automovilismo moderno. “Schumacher logró avances en las últimas semanas y meses pero aún le queda un largo y duro camino por delante”, informó el último parte médico oficial. Fue en septiembre de 2014. Des- de ese momento sólo quedan trascendidos. “Extrañamos a Michael; él sigue luchando”, declaró hace unos días Jean Todt, presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y uno de los mejores amigos del ex piloto durante el acto de inauguración del Hall de la Fama de la FIA en París.
El camino de la rehabilitación del alemán se divide entre la escasa información oficial que difunde su familia y algunos detalles paralelos que disparan especulaciones periodísticas.
Luego del accidente que sufrió el 29 de diciembre de 2013, Schumacher permaneció seis meses en coma inducido hasta que logró despertar. Luego fue trasladado a su mansión en Gland donde su esposa Corinna adaptó una habitación para que pudiera recibir la atención de los médicos especialistas durante las 24 horas.
Los gastos del tratamiento se cal- culan en alrededor de 140 mil euros por semana; más de 7 millones al año. Aunque eso no es problema para la familia del piloto más ganador de F 1. En el último informe publicado por la revista estadounidense Forbes, Schumacher figura quinto en el ranking de los deportistas más ricos de la historia.
Jean-François Payen, el médico que coordinó la atención del ex piloto en el hospital de Grenoble, diagnosticó que la recuperación demandaría al menos tres años. El plazo ya se superó y los rumores sobre su estado de salud se multiplican al compás del silencio oficial.
“Hay que entenderlo; es cuestión de dignidad”, argumenta Sabine Kehm, representante de Schumacher y la mujer en la que recaen todas las preguntas sobre su evolución. “Desearía poder mostrarlo tirado al sol”, resumió.
Mientras tanto, las novedades ocurren en otros ámbitos. Los dos hijos de Schumacher, Mick y Gina-Marie, se mantienen activos en las redes sociales. El joven de 18 años comparte fotos de su incipiente carrera como piloto de la Fórmula 3 Europea y la joven de 20 publica imágenes de equitación, el deporte que la apasiona. Lo curioso es que ambos en sus mensajes incluyen las etiquetas #TeamMichael (Equipo Michael) y #KeepFighting (Sigue luchando) aunque omiten detalles sobre la salud de su padre.
En mayo la Justicia condenó a la revista alemana Bunte a pagar una indemnización de 50 mil euros a la familia de Schumacher por publicar detalles falsos de su recuperación. “Es más que un milagro de Navidad; Michael Schumacher puede volver a caminar”, afirmó el título de la publicación.
Para contrastar esos datos el abogado de Schumacher, Felix Damm, aclaró ante el Tribunal de Hamburgo que “Michael no puede andar o levantarse sin ayuda”. Sin pretender hacerlo ofreció así la última información oficial sobre el estado de salud del campeón. ■