Una súbita ola de protestas por la crisis económica jaquea a la dura teocracia iraní
Hay marchas en las principales ciudades desde hace tres días. Rechazan la inflación, el desempleo y la corrupción. Insultan al presidente Hassan Rohani y al líder supremo Alí Jamenei.
El gobierno iraní intentaba ayer frenar una ola de protestas que se extiende por el país contra el alza de los precios, el desempleo y la corrupción pero que ha tomado una fuerte gravitación política. El reclamo por la situación económica se transformó en furia hacia el poder, con llamados a la renuncia del presidente Hassan Rohani y consignas contra el líder supremo Alí Jamenei. El duro régimen islámico llamó a no participar en nuevas “manifestaciones ilegales”, en el tercer día de las mayores protestas desde 2009 en el país.
Decenas de estudiantes se concentraron ayer ante la entrada principal de la Universidad de Teherán para re- clamar contra el poder, pero una contamarcha oficialista se movilizó para tomar el control del lugar, según videos publicados en redes sociales y en la prensa. La policía antidisturbios intervino para impedir a los estudiantes que tomaran las calles.
Las nuevas manifestaciones tuvieron lugar el mismo día en que el ministro iraní del Interior, Abdolreza Rahmani Fazli, pidió “a la población que no participe en manifestaciones ilegales, ya que se crearán problemas a sí mismos y a otros ciudadanos”.
El jueves y el viernes, cientos de iraníes salieron a las calles en una decena de ciudades, incluida Mashhad, la segunda del país, en protestas contra el poder y las dificultades económicas. En 2009 un movimiento de desconteto social creció en todo el país contra el presunto fraude cometido por el nacionalista Mahmud Ahmadinejad en los comicios de reelección de ese año.
Los manifestantes corean ahora consignas contra el moderado presidente Rohani y los “corruptos”. También se oyeron cánticos contra el ayatollah Alí Jamenei, líder supremo iraní, y contra la vida acomodada del clero, al que acusan de no empatizar con los problemas reales de la sociedad: “La nación es un mendigo, mientras los clérigos viven como Dios”, gritaban.
En videos publicados en redes sociales se veía a los manifestantes de la ciudad santa de Qom gritar “¡Muerte al dictador!” y “¡Libertad para los presos políticos!”.
Desde la otra vereda, en un intento por demostrar poder, el gobierno logró movilizar a miles de simpatizantes, que marcharon en varias ciudades para celebrar el aniversario del fin de “la sedición”, el 30 de diciembre de 2009, cuando fueron sofocadas las protestas contra Ahmanidejad por la manipulación de las elecciones.
La televisión pública hizo referen- cia ayer por primera vez a las protestas sociales, considerando necesario escuchar “las reivindicaciones legítimas” de la población. Pero también denunció a los medios y los grupos “contrarrevolucionarios” en el extranjero que intentan aprovechar estas concentraciones.
En Mashhad, donde comenzaron las protestas, unos 50 participantes fueron detenidos luego de enfrentamientos con la policía, un hecho que fue repudiado por Estados Unidos
“La nación es un mendigo, mientras los clérigos viven como Dios”, gritaban.
“firmemente” el viernes.
En un comunicado, el Departamento de Estado acusó a los dirigentes iraníes de haber “transformado un país próspero dotado de una historia y de una cultura ricas en un Estado renegado a la deriva”.
“Señal de alarma para todo el mundo”, tituló el diario reformista Arman, mientras se multiplicaban los llamados al gobierno de Rohani para que tome medidas para solucionar los problemas económicos del país.
El diario conservador Javan hablaba de “movimiento social” y recuperaba una declaración del presidente afirmando que “los enemigos (de Irán) atacaban el apoyo popular al régimen”.
La promesa de relanzar la economía, debilitada por las sanciones internacionales, estuvo en el centro de la campaña presidencial de Rohani, un religioso moderado reelegido en mayo. A pesar del levantamiento de algunas sanciones tras el acuerdo sobre el programa nuclerar iraní, y de que se limitó la inflación a alrededor de 10%, la tasa de desempleo en Irán sigue siendo alta (12%, según cifras oficiales). La economía iraní ha mejorado desde que el acuerdo internacional alcanzado en 2015 retiró sanciones que pesaban sobre el país, pero los efectos positivos aún no llegan al pueblo. Los precios de varios artículos, como el huevo, se ha elevado hasta un 40% en los últimos días, y los granjeros culpan del aumento al incremento del precio de los productos importados.
“Es difícil predecir si las protestas continuarán, ya que han sido una sorpresa total”, declaró a la AFP Payam Parhiz, redactor jefe de la plataforma reformista Nazar. “El país se enfrenta a grandes desafíos, como el desempleo, los altos precios, la corrupción, la falta de agua, las desigualdades sociales y el desequilibrio del presupuesto”, escribió en Twitter Hesamodin Ashena, consejero de Rohani.
“La solución de los problemas económicos es la prioridad del país”, dijo a su vez Ebrahim Raissi, candidato conservador derrotado por Rohani en mayo. “Si los miembros del gobierno muestran determinación en solucionar los problemas económicos, el pueblo los apoyará”.